—Pero no todos lo creen, hay quien piensa que hace magia y que es una buena persona—siguió relatando Thomas—Por aquí la llaman *La Dame Blanche*.

— ¿La Dame Blanche?—repitió Bill alzando una ceja.

—La dama blanca—tradujo del francés Thomas—Dicen que hace magia blanca, le tienen mucho respeto a mi madre.

Bill se quedó pensando en lo leído en el diario, como Claire tuvo que casarse a la fuerza para evitar ser tachada de bruja y poder salvar así su vida. Conocía esa parte de la historia y tenía que tener cuidado de no revelar nada, pues se suponía que nadie se lo había contado y podía irse sin querer de la lengua.

Trató de cambiar de tema, abriendo la cesta del almuerzo que compartieron los dos sentados sobre la paja. No era mucho, un poco de pollo, pan y queso.




Comieron en silencio, hasta que Bill decidió romperlo para conocer algo más de Thomas.

—No sabía que hablabas francés también—comentó de repente.

—Tuve un buen tutor, y mis hermanas también—dijo Thomas con orgullo—Mis padres se han preocupado mucho de nuestra educación, mi hermano Duncan y yo aprendimos varios idiomas aparte de otras artes como poesía.

— ¿Te gusta la poesía?—preguntó Bill, pensando que no le pegaba nada.

—Mi madre tiene la culpa—contestó Thomas sonriendo—Antes de acostarme siendo yo niño, en vez de contarme un cuento me recitaba poesía. Y he llegado a apreciarla, cuando estoy lejos de casa la recito en voz baja, me recuerda mucho a mi madre.

—Claire me comentó que pasas mucho tiempo fuera, y tus hermanas te echan mucho de menos—dijo Bill, esperando no sonar demasiado cotilla cuando solo era curiosidad.

—Es por la promesa que le hice a mi padre—murmuró Thomas resoplando—Hace años tuve un pequeño altercado con una guardia británica, insultaron el honor de mi padre y casi termino en el fuerte Williams, donde fue azotado mi padre.

Bill sintió un escalofrío al oír sus palabras, pensando en el dolor de Claire al pensar que su hijo seguiría los pasos del padre.

—Era joven y me dejé llevar por un impulso—siguió relatando Thomas—Mi padre intervino, si no llega a ser por él... como resultado, perdimos parte de la cosecha a cambio de mi libertad. Fue entonces cuando le prometí a mi padre no volver a poner en peligro a la familia y fui exiliado.

— ¿Exiliado?—repitió Bill.

—Más o menos—dijo Thomas sonriendo— Mi padre pensó que lo mejor era que no estuviera cerca de las patrullas británicas, al conocer el trabajo de mi madre muchas veces vienen a verla con algún herido y mi padre pensó que cuanto más lejos estuviera yo mejor. Por eso me mandó a una propiedad que tenemos a dos días se aquí, perteneció a la madre de mi padre, Helen, y trabajo esas tierras con ayuda de mi primo Jamie y su mujer Joan.

—Donde me encontraste—murmuró Bill— ¿Y no estarán preocupados por ti?

—Muchas veces salgo de caza y no regreso en 3 días—contestó Thomas—Saben que estaré bien, me conozco estas tierras como la palma de mi mano. Y seguro que alguien ya les habrá avisado de lo ocurrido con la patrulla británica y que yo estoy aquí en casa.

—Tu madre me comentó que tus primos echan una mano en la granja—empezó a decir Bill.

—Jamie es el mayor, lleva el nombre de mi padre en su honor—empezó a relatar Thomas sonriendo—Es de mi edad. Luego le sigue Caroline, que también está casada. Luego va Janet y el último es Ian, que me está echando una mano con la yegua.

Once in a lifetime (Je suis prest)Where stories live. Discover now