BlackPink y Tú

Terminamos (3/3)

—Debes entender a T/n, está celosa y triste porque siente que quieres ocultar lo de ustedes y por eso aceptaste lo del Jefe

—¿Crees que estoy feliz? —Jennie habló luego de Jisoo. —¿Crees que me gusta cenar con alguien que solo habla de si mismo? ¿Crees que me gusta estar así con alguien que no amo?

—No llores, Unnie —Rosie abrazó a Jennie al verla al borde del llanto. —Mejor ve y habla con ella

—Ella necesita espacio, pequeña —Jennie se levantó con tristeza, Lisa y Rosie se levantaron para ir tras ella.

—Ella también lo necesita, chicas —Jisoo las tomó del brazo.

—En serio me preocupan —Comentó Lisa.

—Solo esperemos que esto se solucione

—Y pronto

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—Chicas, ¿Dónde está T/n? —Jennie se acercó a las demás.

—En su cuarto

—Cuiden de ella mientras regreso, Kai ya me está esperando —Jennie suspiró y se fue.

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—¿A dónde vas, T/n? —Rosé me preguntó acercándose.

—Saldré por un poco de aire

—Iremos contigo —Lisa y Rosé se iban a levantar pero las interrumpí.

—No, no es necesario —Negué. —Son mis mejores amigas, sé que saben que necesito estar sola —Ellas asintieron en medio de un suspiro.

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—¿Qué le pasa? —Rosé preguntó preocupada al ver como la menor de todas llegaba a toda velocidad a casa, subiendo directo a su cuarto.

—No entiendo, T/n salió bien, ¿Ahora qué?

—Volví, chicas —Jennie entró con una sonrisa.

—Hola, Jen~

—Iré a ver a T/n

Dicho esto, subió a las habitaciones en busca de su pequeña.
Tocó la puerta un par de veces y abrió sin esperar respuesta.

—¿Qué te pasó? —Me preguntó Jennie al ver mi mano lastimada.

—Estoy bien

—¿A eso le llamas estar bien? —Se cruzó de brazos.

—¿Por qué te importa?

—Porque eres mi novia, porque te amo

Reí sarcástica ante sus palabras. —Si de verdad es así, ¿Por qué dejaste que te besara?

—¿Q-qué?

—¡Dijiste que eso no sucedería!

—T/n, no es lo que parec--

—Jennie, tengo la foto —Hablé molesta. —Yo te vi. Te vi con mis propios ojos —Suspiré. —¿Por qué no solo me dejas? Si tanto quieres estar con él, vete. Haz lo que quieras con él, dale besos y abrazos. ¡Cómetelo, si quieres!

Sentí como me empujó. —Esto por gritarme —Lo hizo de nuevo. —Esto por no confiar en mi —Y una vez más, caí contra la cama.—¡Y esto por juzgarme sin razón!