dos

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Louis se despertó con el olor de algo cocinándose. Aspiró. Salsa de tomate. Frunció el ceño. ¿Zayn habría vuelto a casa?

No. De ninguna manera. Se sentó, y repentinamente su corazón se aceleró. Se había quedado dormido, con los niños. Los dos hijos de Ruth.

―¿Bruno?

El bebé tampoco estaba y entró en pánico por un momento, hasta que oyó voces que venían de la cocina, una de ellas era, definitivamente, de un adulto.

Tropezó en la cocina, parpadeando. ―¿Bruno?

―¡Papi Louis! El hombre hace pizza.

¿El hombre? Miró y sonrió al joven detrás del horno. Mierda, ¿cuál era el nombre del chico? ¿Qué estaba haciendo? ¿Dormir mientras un extraño estaba con sus hijos?

El hombre volvió su atención a Bruno en primer lugar.

―Es Harry, ¿recuerdas? ―Cuando Bruno asintió, Harry se volvió hacia Louis y le mostró una sonrisa―. Parecía que necesitabas descansar, así que pensé en empezar a preparar la cena.

―Yo. Gracias. Dios, lo siento, hombre. ―Se dirigió hacia la cafetera y comenzó a presionar los botones―. ¿Has sido bueno, Bruno?

Su hijo, ‘Dios su hijo’, asintió. ―Uh-huh.

―Ha sido muy bueno y no son necesarias las disculpas, mi nefasto plan está funcionando, estoy demostrando lo indispensable que soy, ahora vas a tener que contratarme.

Elizabeth balbuceaba desde su asiento para coches en una esquina, como si estuviese de acuerdo.

―Voy a llamar a tus referencias y el trabajo es tuyo. ―Necesitaba ayuda y Harry estaba aquí y necesitaba el trabajo.

―Adelante, llámalos ahora, tengo la cena bajo control. ―Las mejillas de Harry se enrojecieron ligeramente―. No es que esté tratando de decirte qué hacer, pero realmente me gusta este trabajo y también parece como si necesitaras que lo obtenga.

―¿Encontraste todo lo que necesitabas? ―Sabía que su cocina estaba más que surtida.

―Oh, sí, todo está muy bien organizado y en un absoluto orden. ―Harry señaló con la cabeza una mochila en una de las sillas junto al desayunador―. Mis hojas de referencia se encuentran en la mochila, en el bolsillo del frente.

―Gracias. Le dio un beso a Bruno de camino y se rio de Elizabeth, que estaba dando patadas y gorjeaba.

No tardó mucho tiempo en encontrar las referencias y entrando en la sala de estar, llamó a su hermana Jillian, en primer lugar. ―¿Jellybean? Creo que he encontrado canguro.

―¿De verdad? Oh, Louis, gracias a Dios. Empezaba a pensar que no lo haríamos. Dime todo sobre ella.

―Su nombre es Harry. Tiene un título en educación infantil. Tiene referencias.

―¿Su nombre? ¿Escogiste a un chico para ser tu canguro? ―Parecía escéptica.

―Sí. Sí, lo hice, a menos que quieras el trabajo.

―Dios, no. Sabes que los niños y yo no nos mezclamos salvo en dosis muy pequeñas. ―Podía imaginar su exagerado estremecimiento. Había sido un soldado los primeros diez días que había tenido a los niños, pero escapó en un segundo cuando dijo que creía poder manejar las cosas por su cuenta―. Así que tiene un título, ¿eh? ¿Y buenas referencias?

Revolvió los papeles. ―Dos profesores, el director de una guardería y Mickey de Out-Reach.

Conocía a Mickey, el hombre había pedido a su jefe que hiciera eventos para recaudar fondos para ellos y en los pocos años transcurridos desde entonces, Mickey y Louis se habían convertido en buenos amigos.

papá, papá y yo ✧ larry stylinsonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora