Capítulo 7.1 - Búsqueda infructuosa

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- Estoy dentro, Imh. ¿Me copias? Cambio. Kejjjjj... - trasmitió Miguel, imitando el sonido de las radios militares, como si fuera una misión secreta. 

- ¿Qué fue ese sonido? - preguntó Imh, que solamente atendía a los pensamientos que Miguel trasmitía, sin interpretarlos.

- Una radio militar... Tú no me entiendes, ¿cierto?

- A veces no. Bueno, veo que ya te mimetizaste con el grupo de niños.

- Sí. Intentaré interaccionar lo menos posible, para no distraerme de nuestra conversación.

- Bien pensado. Ahora mira todo lo que puedas. A 25 senx encontraras el lugar en el que localicé por última vez la nave.

- ¿Senx? ¿Qué es eso?

- Perdón, es la unidad de medida que utilizamos en Ioss. Son casi 20 metros en tu escala métrica.

- ¡Ah, gracias por la aclaración! ¿En qué dirección?

- Suroeste.

- ¡Entendido, cambio! Kejjjj...

Miguel avanzó por las instalaciones, acompañando a un grupo de niños de segundo básico. Miraba a las profesoras encargadas de los pequeños a ratos, de reojo, siguiendo y admirando sus sinuosas formas como si se tratara de obras de arte.

- Recuerda que estamos viendo lo mismo, Miguel. ¡Concéntrate en el lugar!

- Sí, perdón. Es que no se siente nada especial cuando una extraterrestre ocupa tus ojos para ver el interior de una base militar en búsqueda de pistas sobre una nave interestelar.

- ¿Qué dijo? - preguntó Catalina, una de las docentes.

- ¿Qué? ¡Nada, nada, nada! Bromeaba conmigo mismo. Tonteras que se me ocurren a veces - respondió Miguel al percatarse que había verbalizado la frase entera, sonrojándose al ser indagado por la educadora.

- Zafaste por poco... Antes de responderme, fíjate si tienes la boca cerrada - recomendó Imh, sin enojarse por la falla de Miguel.

- ¡Perdón! ¡Casi saboteo nuestra misión! Menos mal que el militar que nos guía en la visita estaba lejos y no escuchó nada de lo que dije - se disculpó Miguel, esta vez de forma mental, retomando la conversación con Imh.

La caminata los llevó cerca de un hangar, el que coincidía con la última posición medida por Imh. Ese era el sitio donde estuvo almacenada su nave, debía ver si quedaba alguna de sus partes o alguna pista que le ayudara a saber de su paradero.

- Miguel, ¿estas pensado lo mismo?

- Sí, creo. Es un hangar, un buen sitio para guardar aviones o naves de otro tipo. Pero está abierto, no hay nada extraño guardado ahí, se ve un avión en reparaciones nada más.

- Acércate por favor, vamos a confirmar con visión térmica. Si la nave estuvo ahí, alguna radiación debe permanecer como remanente.

- No me acercare tanto como para parecer que estoy espiando - recalcó Miguel, temiendo ser encarcelado por los militares.

- ¡Oh, mi error! Puedes realizar un considerable zoom desde que reparé tus ojos, olvide mencionártelo antes. Lamentablemente, no puedes hacerlo solo, tengo que enviarle la orden a tus kozou para que lo logres.

- ¿Qué?, ¿Acaso puedo volar también y se te olvidó mencionarlo? - preguntó Miguel, sorprendido por tener habilidades escondidas.

- No, eso es de comics. ¡Concéntrate! Haré el zoom para que no debas acercarte.

Efectivamente había rastros de radiación, pero eran tan ínfimos que no ayudaban a conocer el paradero de la nave. La piel de Miguel se puso helada por la impresión de mirar el hangar con ese filtro. Veía el calor emitido por los cuerpos de los aviadores que reparaban el aparato guardado en el sitio, moviéndose como figuras ígneas, plasma con forma humana, lava con movimientos conscientes. También pudo ver como irradiaba desde el piso unos filamentos luminosos, ondeantes, que se extendían y se perdían en el aire. Debían pertenecer al artefacto de Imh. 

La Última Morada - Zona ProhibidaWhere stories live. Discover now