Conducías bajo la lluvia para llevar un pequeño pastel de cumpleaños a Jungkook que se encontraba algo resfriado. Miraste el pastel en el asiento del copiloto y la carta que escribiste para él con tanto amor. No lo negarías, estabas muy feliz y emocionada por darle el pastel y la carta. Aunque en tu sorpresa también habría una cena en casa hecha por ti.
Un detalle más un bello momento.
—Te va a encantar mi amor...—Sonreiste y moviste tus pies por emoción.
Después de unos minutos de conducir bajo esa fuerte lluvia, ya te encontrabas frenta a la casa. Desde hace unas calles apagaste las luces del auto para que no se percatarse de que habías llegado por algún reflejo en las cortinas de las ventanas de su habitación o de la planta baja. Tomaste el pastel como la carta y saliste del auto con estos bajo tu chaqueta. En los pocos segundos que corriste del auto a la casa te mojaste mucho. Lo que te pareció muy buena suerte fue encontrar la puerta sin llave. Aún tratabas de no hacer ruido hasta que escuchaste un sonido demasiado hiriente.
Era una voz de mujer...
—Jungkook, hazlo y ya...
Dejaste el pastel y la carta en la mesa de la sala y fuiste a la recámara de Jungkook.
Cuando abriste la puerta encontraste a tu mejor amiga estaba en la cama de Jungkook, lo tenía sujetado del cuello. Él estaba con el torso desnudo y con el cabello mojado. Estabas totalmente sorprendida y decepcionada.
-—Jungkook...—tu voz salió tan rota que ni tú reconociste que era tuya.
Él te miró y de un tirón quitó los brazos de tu amiga de su cuello.
—Ji... Por favor... Déjame explicarte... No es lo que crees.- se acercó a ti y te tocó de los hombros.
Ese toque te dolió tanto que comenzaste a llorar. No había nada que explicar... Y eso era lo peor. Solo se burló de ti y nada más.
—No expliques nada... Solo olvídalo— diste la vuelta para irte.
No podías hacer nada. Tal escena te había matado y destruido diez veces.
—¡Ji!.
Escuchaste a tus espaldas que Jungkook comenzó a correr a ti y tú hiciste lo mismo pero a la salida. Aún lloviendo saliste al auto para irte para siempre de esa casa.
—¡Ji!
Tu mundo se había caído contigo debajo. Estabas rota. Totalmente rota. Sentías que morías ya que amabas a ese chico y apresiabas a tu amiga, la considerabas una hermana. Entre tanto pensamiento tuviste suerte de llegar a casa sin ningún accidente pero no quisiste bajar del auto.
Mientras tanto con Jungkook:
—¡Lárgate y no vuelvas!
Corrió de la casa a la rubia teñida. Lo que quiso evitar antes, lo estaba haciendo ahora, tocarla. Por culpa de ella, las cosas estaban terribles ahora. Tu ex mejor amiga ya se encontraba fuera de la casa bajo la lluvia mientras Jungkook se quedó en la casa solo. Lloraba por la acción tan cruel que había cometido, aunque no tuviera culpa, su miedo era auténtico.
Cuando él miró a su sala miró un pequeño pastel con una carta arriba. Tomó la carta y tenía el nombre de Ji con su puño y letra. La abrió con sus manos temblorosas y un escrito largo apareció frente a sus ojos.
[Ji]
¡Feliz Cumpleaños Jungkook!
Espero y el pastel te haya gustado. Ha decir verdad no sabía que regalarte ya qué, bueno, ¿Qué no tiene Jungkook?
Tiene todo. Incluso mi amor.
Y yo tengo el de él.
Lo sé.
En fin, quería decirte que te amo. Nunca lo dije antes pero lo escribo aquí, así que tendrás que esperar un poco para oírlo de mi propia voz. Gracias por estar conmigo y apoyarme en todos mis días. Por fortalecerme. Sé que nunca me harás daño, en ti confío.
Ahora yo quiero devolverte lo que tú me das. El pastel es el regalo uno, la carta el dos y la cena que prepararé o preparé (según cuando leas la carta) es el tres. Espero te gusten porque van con todo el amor de mi ser.
-Te amo Kookie-
Ji....
Eso bastó para que Jungkook soltará a llorar más. Lastimó a quien prometió protección y amor hasta la muerte.
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