𝐋𝐀𝐓𝐂𝐇 ━ the society.

volumen 3.

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NEW WORLD v.3
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Her.
— Cuídate.

Digo, apretando su chaqueta roja, por encima de sus pectorales. Baja y sube su cabeza, con su mano en el ridículo sombrero que traía puesto. Lo hace sonriendo, sin miedo.

— En serio. No sabemos qué hay ahí afuera.

Se enseria, aunque unos segundos después me muestra una tierna sonrisa de labios cerrados. Me besa la frente y se marcha con el grupo... A emprender una búsqueda de... Algo, o alguien. Ayuda quizá...

Desde el principio suponía que iba a ser en vano, internamente nunca quise que Grizz vaya. Y ahora me arrepiento de no haberle dicho que se quede. Más aún cuando ya pasaron al rededor de doce horas desde su partida y no teníamos idea de él o cualquiera de sus acompañantes.

Y aquí estábamos muchos de nosotros, en la iglesia. Desastrosa por la fiesta, botellas y vasos por doquier. Pensando lo peor. Algunos, como dijo Cassandra, preparándose a que pase lo peor. Y definitivamente pasó... Cuando vimos cómo entraban por la puerta del sitio los chicos, encabezados por Grizz. Pero eso no era lo malo, sino la manera en la que Luke caminaba deprimido con una chica en los brazos. Aún que eso no era lo verdaderamente malo. Lo realmente malo era que esa chica era Emily.

— ¡Emily! —grito corriendo hacia Luke.

Inmediatamente la recostaron sobre el altar. Acaricié su pelo mientras sentía como las lágrimas mojaban mi caliente rostro.

— ¿Que le pasó? —pregunté desesperada, agachándome hacia su inerte cuerpo.

Al hablar sentía el dolor que me causaba en el pecho y la garganta. Con Emily habíamos sido vecinas de toda la vida, mejores amigas desde la adolescencia, y algo distanciadas hace una semana por una pelea.

— Una cobra la mordió... Mañana la enterraremos.

Pensaba que de tanto llorar anoche podría llegar a quedarme sin lágrimas... Claramente no lo hice. Porque éstas y el dolor no cesaban, y no era algo que podía controlar.

Ignoraba el dolor que sentía en mis rodillas por estar arrodillada frente a la mesa en la que el cuerpo de mi amiga descansaba. Sus labios estaban azules y sus ojeras realmente oscuras.

Grizz me miraba, podía suponerlo, pero no hacía nada. Nadie lo hacia, todos observaban de pie. Más precisamente a mí, creo.

Sentí como Visser acarició mi hombro unos segundos, aunque yo seguí mirando a Emily todo el rato. Este me ayudó a pararme y me soltó. No quise mirarle los ojos porque no me sentía cómoda. Estaba cansada y quería ir a mi casa, pero mi hogar no quedaba en West Ham, si no en las afueras. Recordé que me quedaba en casa de Grizz, aunque no quería dormir esa noche ahí.

Voltee, iba a decirle que no me apetecía pasar la noche con él. Pero me encontré con Sam en su lugar. Todo ese rato pensé que era Gareth, cuando no lo era. Mi cabeza estallaba por el llanto y no quería discutir ni nada relacionado. Aunque me ha sorprendido el hecho de que haya sido precisamente él.

— Gracias —digo y asiente con una triste sonrisa. Me tenía pena.

Aviso a Helena que dormiría en su casa esa noche, a lo que asiente completamente. Y me largo de ahí junto con ella. Omito totalmente hablar con Grizz al respecto, viendo cómo me ha ignorado desde que me enteré la desastrosa noticia.

Me paso toda la noche pensando en porqué tuve que discutir con Emily, que si no nos hubiéramos peleado... Yo hubiera podido pasar esta última semana con ella, aprovecharla.

Helena me acaricia el brazo mientras estamos acostadas en la cama, consolándome todo el rato. Al menos mi mejor amiga está conmigo, e iba a aprovecharla lo más posible.

Pero lo que más me afectaba era que Grizz no se trató de comunicar conmigo en ningún momento, o que no me dijera nada en la iglesia.

Y, quizá sea por lo triste que me encuentro o lo dramática que me puse en esta situación, pienso en lo mucho que le doy yo a él y lo poco que él me da a mi. En todo sentido.

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No sean como Octevia, ¡no tomen grandes decisiones estando tristes o deprimidos!

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DEAROBINSON 2019