|•Estatura•|

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Un salto. Otro salto. Y otro salto. Un salto más.

¡Joder! ¿Por qué era tan pequeña?, sabía que lo era más que sus hermanas pero no pensaba que para tanto.

Una bonita rubia de ojos celeste cielo, llevaba más de 10 minutos en ese sitio, brincando y brincando, todo por intentar alcanzar a una comida de cachorro para su nuevo perrito bebé que habían encontrado en la calle hace unos dos días.

Sus hermanas la habían mandado a comprar al supermercado ya que la mayor tenía una reunión con el club de Ciencias y la de enmedio tenía práctica de basketball, ¿O era fútbol? ¿Baseball? ¿…Clases de baile? ¿Tenis? ¿Volleyball? ¡Ahg! ¡Que iba a saber! Aquella pelinegra practicaba tantas cosas que se sorprendía que aún tuviera tiempo para llegar a casa y pasar un tiempo de hermanas juntas. Aunque pensándolo bien, tal vez por eso la pelinegra era la más alta del grupo.

La pequeña rubia, llamada: Burbuja, nunca fue muy alta, después de los 13, no siguió creciendo. Actualmente mide 1.55 ¡Cuanto detestaba ser tan pequeña!

Y también detestaba que los estantes del super llegaran tan arriba.

¿¡Qué no podían hacer una sección especialmente para los bajitos!?

Siguió intentando pero la maldita comida estaba demasiado alta. Miraba como otros chicos y algunas chicas tomaban lo que querían sin problema. Eso la hizo rendirse.

Se sentó en el suelo con las piernas cruzadas y un puchero en sus labios, pensando en una estrategia para alcanzar de una vez por todas esa comida, tal vez si le pedía ayuda a algún chico.

Se levantó y buscó con la mirada a alguno que se mirara amable, pero… no había ninguno. Todos estaban en la fila pagando.

Era la única en ese pasillo.

Ni modo. Tenía que seguir intentando.

Comenzó a saltar en el lugar para alcanzar esa inalcanzable comida, irónico, pero así lo miraba ella.

De repente, una blanca mano, que por lo que se mira era de un chico, agarró fácilmente una de las comidas para cachorro.

Ella giró sobre si misma y se encontró a un guapo chico de cabellos rubios, ojos azul marino y una sonrisa angelical que la miraba atentamente.

Burbuja se sonrojó sutil pero notablemente por tener a un chico tan apuesto tan cerca de ella.

La sonrisa dulce del chico, que por cierto se llamaba Boomer, se convirtió en una maliciosa y traviesa sonrisa ladina.

Burbuja ladeó la cabeza mientras que el chico simplemente… se fue.

La ojiceleste se cruzó de brazos mientras golpeaba sutilmente el suelo contra su pie en forma de molestia ¿¡Qué ningún chico sabía el significado de caballerosidad?!

Dio media vuelta y dirigió su mirada a el alimento para perro, ¿Era tan necesario que un cachorro se alimentara sanamente?

Pronto, sintió unas manos rodeando su cintura y se confundió más cuando esas manos la elevaron en el aire para por fin alcanzar el producto.

Burbuja tomó el empaque y sus pies volvieron a tocar suelo. Se dio vuelta, ansiosa por ver a la persona que la había ayudado.

Y se llevó una sorpresita al encontrarse con — Soy Boomer. — Se presentó el chico a quien anteriormente había visto.

La chica tragó duro debido a la máxima cercanía que había entre ellos — Burbuja. — Dijo a duras penas.

Boomer sonrió tiernamente y dejó un corto y a la vez un muy dulce beso en los labios de la chica, dejándola completamente sonrojada.

Nunca le había gustando tanto ser bajita.

ØN€ §HØT$ 。。PPGxRRB。。Where stories live. Discover now