—Lamento la interrupción —se disculpó—, aquí tengo el mensaje que enviaré al Norte, majestad.

La mirada de Daenerys pasó de sus labios a sus ojos en un rápido movimiento y Sansa sintió que su estómago saltaba dentro de ella, disimuló un suspiro.

—Lo leeré de inmediato —dijo Daenerys y estiró el brazo para pedirle el papel a Sansa, quien se lo entregó—. Estaré en mis habitaciones.

Daenerys le sonrió a Sansa y después miró a sus acompañantes, como avisándoles que no la siguieran. Sansa no sabía si también se dirigía a ella.

—Lady Sansa —habló la reina sin voltearse a verla, así que Sansa supuso que eso significaba que debía seguirla.

Las habitaciones de Daenerys eran sorprendentemente grandes. Consistían en toda una torre en forma de dragón enroscado, por fuera se podía ver lúgubre pero cuando estabas dentro el color rojo oscuro te deleitaba los ojos, cada cosa estaba perfectamente bien puesta en su lugar y todo parecía hecho a la medida. Eran las habitaciones más hermosas que Sansa había visto, y no pudo esconderlo ante Daenerys, ya que estaba tan absorta en ver cada detalle de la habitación que no se dio cuenta que la reina había estado observándola. Soltó una risita cuando la vio delante de ella con una mirada de ternura.

—Sus aposentos son preciosos —dijo la pelirroja.

—Gracias —Daenerys sonrió—. Pedí que la decoraran como las habían tenido los Targaryen por mucho tiempo.

—Hicieron un trabajo exquisito —Sansa dijo mirando a su alrededor.

—¿Cómo estás? —De pronto preguntó Daenerys.

—Estoy bien, majestad —contestó Sansa.

—Estaba muriendo por preguntarte en esa reunión, lamento tener que hacerte pasar por todo eso.

—Supongo que también es de mi incumbencia ahora que somos aliadas.

—¿Lo somos?

Sansa miró los ojos violetas de Daenerys, tenía el presentimiento de que iba a regañarla en ese momento.

—Mi hermana pronto regresará con la respuesta de mi primo —Sansa se había enderezado—. Estoy arriesgando la confianza de mi hermano en asegurarle otro de los reinos que desea gobernar.

¿Qué acababa de pasar? ¿Daenerys había dudado de su palabra?

—Sé que el mensaje que su hermano va a recibir no es toda la información que le dará, sé que Ser Davos le explicará que usted está aceptando la alianza conmigo para luego pedirme la independencia del Norte como recompensa.

Un sentimiento de terror se hizo presente en Sansa, tensó la mandíbula cuando Daenerys la encaró.

—Majestad —comenzó—, como ya le he explicado, el Norte no se arrodillará después de todo lo que ha luchado.

—Lo harán si su líder lo hace —dijo Daenerys.

—Mi hermano...

—No estoy hablando de su hermano, Lady Stark —interrumpió la reina—. Desde niña había oído las historias de Poniente, mi hermano me contó las suficientes como para saber que el Norte es diferente a todos los demás reinos, más leal. Hay una frase muy conocida de los Stark, sobre que siempre tiene que haber uno en Invernalia, y ya que usted es la Dama de Invernalia estoy segura de que el Norte le es leal.

—Jon es el Rey en el Norte —puntualizó Sansa.

—¿No es usted la hija legítima mayor de Ned Stark?

Reinas de PonienteWhere stories live. Discover now