9. Huellas

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9. Huellas

24 DE ENERO DE 2014 (24 AÑOS) (29 SEMANAS)

“El mundo es un lugar impredecible al que llegamos para dejar una huella y seguir nuestro camino, es solo un lugar de paso donde podemos o bien encontrarnos a nosotros mismos o perdernos aún más de lo que ya estábamos. El mundo es un lugar al que llegamos para probar que somos capaces de manejar una existencia eterna en el reino de los cielos. El mundo nos permite reconocer el tipo de persona que realmente somos, podemos cometer pecados, pero siempre hemos de arrepentirnos de ellos. El mundo es el lugar al que llegamos para interactuar con otras almas que hay en nuestro camino y dejarán huellas en la nuestra… La cuestión no es qué es el mundo, es qué tan grande y fuerte es la huella que dejarás en las otras almas que encuentres en tu camino por el mundo.”

Melody Sophia Everstar, 2006

Ese había sido un escrito reflexivo que había hecho para la clase de literatura a mis dieciséis años, me sorprendía la manera que entonces ya tenía para escribir, bien, algunas partes eran repetitivas, pero a la final el mensaje era claro e invitaba a reflexionar, de la misma manera en que el profesor lo había pedido.

No nos había colocado un tema en específico, así que escogí el mundo, pero desde un contexto más religioso que de cualquier otro modo, ¿Por qué el mundo y las huellas que dejamos en nuestro paso por él? Porque  siempre había deseado dejar una gran huella por el mundo, convertirme en el tipo de persona que haría a las personas cuestionarse por las cosas y les haría ver varias de las cosas que realmente importaban en la vida.                                                                                                                                                                                                                                                             

Por ese deseo de dejar una potente huella había usado este día viernes, para salir a hacer una gran compra de comida no perecedera para luego ir a los barrios pobres y entregar una bolsa por familia, y bueno, no, no me sobraba el dinero como para hacer esta clase de cosas, pero el hecho de poder hacer un aporte así fuese tan pequeño como regalarle un dulce a un niño que no sabe lo que es un dulce, porque no tiene los recursos para tenerlos, me daba felicidad, me hacía sentir llena de mariposas en el estómago y me brindaba satisfacción, así que mes de por medio procuraba juntar dinero y voluntarios con mis conocidos para hacer estas compras y llevarlas a esas personas que lo necesitaban, ellos podrían ser muy humildes, pero eran más agradecidos que aquel que lo tenía todo.

Ese día había juntado a Sappire, Sabine, Logan, Thomas, Cassandra, incluso a Ana, Mario, su hija Isabella, Charly y Josh, para que me colaboraran en este tarea y si todo salía bien, podíamos traer a varias de las otras parejas de las clases prenatales a colaborar a dejar una huella positiva y bien plantada en la vida de esas familias necesitadas.

Un grupo de once personas podía parecer decente, pero no le llegaba a los talones a la cantidad de personas que necesitaban cosas así que terminamos por llamar a mis padre y a los de Logan, aumentando el grupo a uno de quince personas, dos de ellas muy embarazadas y otra siendo una niña pequeña.

    - Como es la primera vez de la mayoría de ustedes entonces les sugiero que se separen en grupos con quienes ya han venido antes, no se preocupen, no tienen que correr a la siguiente casa, si les ofrecen algo no duden en aceptarlo, muchas de estas personas no tienen para dar más que un vaso de agua, pero son felices regalando aunque sea ese pequeño detalle, si creen que quieren llorar o algo así reprímanlo hasta alejarse de estas personas, ellos no quieren ni necesitan lastima, necesitan ayuda, y amistad por su parte – suspiré y miré a mi “equipo” – Bien, dividámonos en los pequeños grupos de cinco y comencemos.

The Secret Daddy Of My Baby (Libro#1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora