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En la habitación de Marinette.

Ya había pasado una semana desde que la chica sabía la identidad de héroe de Adrien y...

El chico estaba de brazos cruzados y con el ceño fruncido mientras veía como Plagg, el gran kwami de la destrucción que extinguió a los dinosaurios, estaba abrazando la mejilla de una risueña Marinette.

¡Hace una semana que no iba a casa con él!

Se la pasaba con Marinette y sólo iba cuando surgía algún problema, siempre llegando a tiempo.

-¿Sebes? Plagg es mi kwami.

Dijo el ojiverde, algo molestó por ver como Marinette, quien siempre le daba atención, le ignoraba gracias a Plagg.

-¿Tienes hambre, pequeño?- preguntó la peliazul, ignorando totalmente a Adrien mientras le daba un pedazo de queso a un alegré Plagg.

-¡Esto es el paraíso! Casate conmigo y dame mucho, mucho Camembert.

Y ésa fue la gota que derramó el vaso.

Adrien, apartó a Plagg de Marinette, agarrandole de la cola.

-¡Adrien!

Marinette se levantó, dispuesta a defender al kwami pero el rubio la alejó con una mano.

Él siempre estaba sólo y aunque Plagg no era la mejor compañía, era su único amigo cuando a su padre le agarraba sus locuras y no lo dejaba salir.

-Chico, seré amable contigo por que una dama está presente.
Sueltame ahora mismo o perderás una mano.

Amenazó el kwami, el cual mostraba su manita de la cual emanaba una energía oscura, igual al cataclismo.

Adrien, temiendo por la seguridad de su mano (o su vida ya que Plagg no sabía lo que era el control) liberó al kwami el cual se acercó a Marinette, quien lo abrazo, apoyandolo sobre su mejilla.

-Eres muy malo con Plagg.
Debería hablar con Ladybug para ser yo la nueva Chat noir y cuidar bien a está cosita linda. - dijo la ojiazul, con una enorme sonrisa... ¿malvada?

Adrien, estaba por repetir la acción de hace un rato pero se detuvo al ver que Plagg estaba listo para atacar.

Rendido, el chico se cruzó de brazos y le dio la espalda a ésos traidores.

Como siempre, aquellos a los que más ama, se alejan de él.

Plagg y Marinette intercambiaron miradas cómplices, antes de la chica abrazar a Adrien y el kwami posarse sobre el hombro de él, sorprendiendolo.

-Ya, sólo fue una broma.
Gracias a que me dejaste afuera de mi casa aquella vez, me castigaron por una semana y Plagg me vino a visitar, para planear una venganza ya que estaba aburrido.
Nosotros ni siquiera nos llevamos muy bien ya que mi mala suerte se alimenta y... es peligroso.

Y con oír éso, el chico volteó su mirada para ver al tranquilo kwami que comía queso sobre su hombro.

Ése kwami, estaba llevando por un mal camino a la dulce y terca Marinette.

Adrien suspiro profundo, se dio media vuelta, liberandose del abrazo de su amiga y le extendió su puño, sorprendiendo a la chica.

-Ladybug me castigó y no puedo chocar el puño con ella, así que yo estoy peor que tú. - aclaró, extrañando ése saludó tras la victoria.

Marinette, miró el puño de su amigo, acercó el suyo lentamente para chocarlo pero antes de lograrlo, abrió su mano y la posó sobre el puño de Adrien.

Un castigo es un castigo, con o sin máscara.

-Bueno, supongo que estamos a mano. - dijo ella con una gran sonrisa mientras él la imitaba.

Mejor dejaba las cosas en paz con Marinette.

Continuará...
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¡Hola!

Tengo ganas de escribir una historia Marichat... raro.

Espero que les haya gustado el capítulo.

Gracias por su tiempo.

Volveré...

Nuestro secretoDove le storie prendono vita. Scoprilo ora