Apoyé mi mano sobre su hombro, y el balanceo comenzó por parte de Emi. Un vals sencillo, y tan significativo. Unimos nuestras frentes, al igual que la miradas, pérdidas en los ojos del otro...

—But I can't help... Falling in love with you (Pero ni puedo evitar...  Enamorarme de ti) —susurró Emilio, sobre mis labios, regalandome un tierno y lento beso.

Al finalizar llevó amabas manos a mi cintura, y su barbilla sobre mi hombro. Yo coloque mis manos sobre sus hombros y apoyé mi cabeza sobre su nuca.

—Tienes un culo tan lindo —subió mi playera, y sentí como un frío aire recorría mis glúteos.

—¡Emilio! —intenté apartarme pero él me detuvo.

Dejó húmedos besos en mi cuello, mientras seguía aferrando a mi cintura. Por instinto mis pies descalzos de pusieron de puntillas.

Ladeé mi cabeza para permitirle más pasó a esa área. Su subió hasta mi oreja mordiendo con delicadeza el lóbulo de esta. Posicioné mis manos sobre su nuca, y el jugaba a recorrer toda mi espalda con las suyas, se detenían justo antes de llegar a mi trasero, por lo que estiraba mi cuerpo para que accidentalmente sus manos llegaran a esa zona.

—¿Quieres hacerlo ya? —preguntó Emilio excitando.

—¿Tienes condones?

Solo asintió con la cabeza. Lo tomé por los hombros y lo arrojé a la cama. Abrí sus piernas para posicionar mi cuerpo entre ellas. Bajé hasta sus labios y deposite un beso pequeño en ellos, el cual fue interrumpido por el vaivén de caricias en mi cuerpo.

Me alejé lo suficiente para tomar sus muñecas con fuerza, llevando ambas a sus costados. Roce mis labios con los suyos, pretendiendo que los besaría, pero cada vez que él se acerca o intenta abrir la boca para besarme yo me alejo. Hacía lo mismo sobre su cuello, pasando mi cálido aliento sobre él. Sin embargo de vez en cuando lamía y él soltaba gemidos... Ahora sé que lo disfruta.

—Joaco bésame... ¡Hazlo ya! —intentó salir de mi agarre, sin embargo, tuve más fuerza que él.

—No lo haré... Si no lo pides bien —mordí mi labio inferior.

—Bésame mi amor, por favor... Bonito déjame tocarte...

—Las cosas serán diferentes está vez —uní nuestros labios.

Emilio me besó desesperadamente, mordiendo en cada succión. Utilizaba la punta de su lengua para jugar en el contorno de mis labios.

Sin darme cuenta sus manos ya estaban sobre mis glúteos, aparentando descaradamente por abajo de mi ropa interior. Abría mis nalgas y con uno de sus dedos intentaba tocar mi entrada, me puse en cuatro, aún sobre el, lo que me permitió estar lo suficiente lejos del alcance de sus manos en esa zona que por hoy no estoy dispuesto a que toque.

Subí su playera, se levantó un poco y la retiro completamente, dejando desnudo su torso ligeramente bronceado. Acaricié con lentitud cada centímetro de él, dejando húmedos besos en su abdomen.

Llevé mi mano hasta su entrepierna. Gracias a la elasticidad de la tela de sus pans, logré tomar su pene ya erecto. Inicié masajeando de arriba a abajo, hasta notar lo duro que ya estaba. No quiero ser cruel, así que baje con fuerza los pantalones de Emilio, dejándolo completamente desnudo.

Su miembro necesitaba urgente atención... Lo lleve dentro de mi boca, lamiendo y succionando la punta como a una paleta, mientras que con una mano lo estímulo. Finalmente introduje la mitad del miembro dentro de mi boca, dando rápidas embestidas.

Emilio sostiene mi cabeza y levanta la pelvis para profundizar. La punta llega a mi garganta, lo cual me provoca náuseas, así que paro unos seguro sin dejar de masturbar con mi mano.

—¡Oh... Ah! ¡Así! Ah... Umh —gimió Emilio antes de venirse en mi mano.

Tomé una de las toallitas en el tocador, y de paso tomé un condón. Emilio solo acaricia mi torso y me mira tranquilo.

—Está vez lo haremos a mi manera...

—¿A qué te refieres? —preguntó agitado.

Me acerqué seductor a su oído.

—Te quiero hacer mío... Tal y como tú lo hiciste conmigo la otra noche...

—No... No Joaquin ¿Estás loco? —me retiró de encima.

—Bien, solo quería ver como se sentía... Prácticamente no he perdido la virginidad en esa zona... Si no es contigo será con alguien más —aclaré.

Bajé de la cama, y fuí directamente al espejo, simulando arreglar mi cabello y parte de mí playera. Mostré mi lateral al espejo para mirar mi trasero. Elevé mis puntas para que este se notara más, también subí un poco mi playera. El bóxer está justo a la mirad de mis glúteos...

Emilio me mira descaradamente, lo miro desde el espejo. Mi trabajo para seducirlo está funcionando.

—¿Te gusta lo que ves? —pregunté, mirándolo directamente.

—Mucho...

—¿Recuerdas que en el en vivo pasado... Tú dijiste que bailaba muy bien, y en privado?

Emilio asintió. Fuí directamente hacía mi celular, e hice reproducir Tormenta de arena de Dorian.

La canción es perfecta para bailar y dedicar justo ahora...

Movía mis caderas de un lado a otro, elevo mis brazos y acarició mi cuerpo de la manera más sensual que puedo.

Intentaba sacar el pecho y mi trasero al mismo tiempo simulando una "lombriz", lo hacía lento y bajaba hasta quedar en cuclillas. Estiré mis piernas para levantarme, elevando mi trasero primero y después mi torso.

El cuerpo desnudo de Emilio me permitía ver como generaba una erección.

—Solo una canción más ¿Si? —gateó hasta tomar mi celular, sentándose en la orilla de la cama.

La canción que ahora se escuchaba en toda la habitación es Downtown de Annita y J Balvin.

—Estás jugando con fuego —sonreí.

Movía mis caderas de atrás hacía adelante, haciendo rebotar mi trasero, mientras mis rodillas se flexionan un poco.

Cada vez que la canción mencionaba la palabra "Downtown", bajaba rápidamente al suelo, quedando en cuclillas haciendo el mismo moviendo en mis caderas.

Me acerqué a Emilio de espaldas, y repetía el movimiento justo frente a él, mientras tomaba y acariciaba mis piernas. Esperé la parte de la canción

Sé que me quieres ver, bajando por toda tu piel.

Para quedar justo frente a él, sostenerme de sus rodillas y bajar lentamente para después subir de la misma manera.

Emilio tomó mi playera y la retiró en un rápido movimiento. Me obligó a sentarme en el borde de la cama, para después subir a mi torso.

—Quiero ser tuyo.

—Te prometo que no te voy lastimar. Te voy a cuidar y necesito que te sientas seguro ¿Quieres musiquita?

Emilio solo sonrió, para después asentir.

La canción más perfecta para este momento Two men in love de The irrempressibles.

(Smut que decidí eliminar)

⚫⚫⚫⚫

EMILIACO 🏳️‍🌈. #Wattys2019Where stories live. Discover now