El comienzo de todo.

44 5 1
                                    

Narra Noelia:

-Gala deja de gritar de una vez- le dije ya harta de su griterío -. No eres la única estresada por la mudanza.

- ¡AYUDA, ME QUIEREN COMER! - gritaba Xana, que estaba subida encima de la mesa intentando evitar que Ares, el perro de Gala, le comiera.

-Ares ataca, ataca- animaba Gala.

Es que no podemos tener una mudanza tranquila, estoy harta de este lío que tenemos, cajas por aquí, cajas por allá, es un total desastre. Es que es imposible pasar y no tropezar por alguna cosa por el medio. Y Gala y Xana no ayudan a que esto mejore, ya ni hablar de Ares.

Primero tenemos a Gala, una chica de un metro sesenta y siete y muy inquieta, su pelo lacio y corto más rojo que él fuego y dos grandes esmeraldas como ojos. Si algo caracteriza a esta chica es que no puede estarse quieta. Que si saltando, que si corriendo. Haciendo desastres es peor que un terremoto. Y para complementar tenemos a su perro Ares, que si la dueña no se está quieta, él menos. Y cada que pueden aprovechan para molestar a Xana.

Después está Xana. Una chica de un metro setenta y dos, con dos preciosos ojos cafés que hacen juego con su pelo con mechas en verde. Xana se graduó del instituto con una media de 9, 5, cosa que a muchos le suele impresionar dada su actitud tan cambiante. Que si ahora soy feliz, que si me pongo triste, que si ahora quiero estudiar, a pasar a ser como una niña pequeña. Pero bueno así la queremos.

Y por último, estoy yo. Mi nombre es Noelia, mido uno setenta exactos y mis ojos son de color chocolate y están adornados por mis gafas. Mi pelo rizado cae en cascada haciendo resaltar mis mechas de color morado junto al color castaño de mi pelo natural. Suelo ser bastante, demasiado, ordenada, y la verdad es que en esta casa eso va a ser muy necesario porque juro que como todo siga así, a mí me va a dar algo.

Hace unos meses mis amigas y yo decidimos independizarnos de nuestras familias, o al menos esa era la idea. Al final sí, lo conseguimos, nos íbamos a mudar juntas. Pero nuestros padres nos pasarían dinero todos los meses para poder vivir y pagar los estudios hasta que pudiéramos conseguir un trabajo estable y que nos mantuviera. Vamos, todo un reto.

En fin, que empezamos a buscar un piso donde nos fuera posible pagar un alquiler, no quede lejos de nuestros estudios y de nuestras familias. Con lo que entre los pisos tan caros y en aquellos en los que no cumplían los requisitos se nos fue bastante tiempo.

Con lo que al fin un mes antes de acabar las clases conseguimos el piso. Y durante las dos  semanas siguientes de acabar las clases nos iríamos mudando. El problema llegó cuando teníamos que llevar todo, pues no podíamos o una se retrasaba. En fin, que acabamos llegando cada una cuando podía al igual que las cosas, montando un gran caos.

Yo fui la última en llegar, pues había tenido problemas para llevar las cosas y no podía coordinar de ninguna forma horarios para que alguna de las dos, Xana o Gala, me pudieran ayudar, pues estaban trabajando o haciendo algo. Con lo que ya llegando finales de la segunda semana conseguí llevar mis cosas a la casa. No llevaba mucho, solo algo de ropa, mis materiales de dibujo, mis libros y un portátil que cada vez que escribes, las letras se ponen a bailar, pero como aun funciona no lo tiro.

¿Y qué me encuentro nada más llegar? Que Xana está subida en una mesa (en verdad era una tabla de contrachapado encima de algunas cajas que parecía que se iban a romper todas) porque Ares le quería morder y Gala estaba gritando y animando a su perro a que lo hiciera.

-Noeeee ayúdame-rogó al ver que había llegado y parecía a punto de darle algo.

-Que no se puede mudar una tranquila- dije suspirando, ¡qué descontrol!- Ares, comida.

Y así Ares dejó de ladrar y vino a por su tan querida comida.

-Ale come. Xana ya puedes bajar- enserio, esto no podía ser más tranquilo.

-Aleluya, deja que te ayudo- dijo al fin, pues yo aún seguía cargando mis cosas.

-Noe, te toca la habitación del fondo- me explicó Gala.

-Gracias Gala, voy a dejar las cosas allí.

Y así, me dirigí a la que sería mi habitación. Que era preciosa y bastante luminosa.

Ya cuando dejé de subir las cajas y acomodarlas, salí de mi habitación y pude ver que Xana estaba tirada en el suelo. Y por lo que escuchaba Gala se estaba duchando.

- ¿Qué, estás cansada? - le pregunté.

-Pues sí. Con todo este trajín estoy muerta. Además, no hemos podido comer muy bien y hemos comido comida para llevar o precalentada.

-Por Dios, normal que estés así. ¿ Y no se os ha ocurrido avisarme? Sabéis bien que os podría haber traído comida de mi casa, que a mi madre no le importa poner dos raciones más de comida.

-Ya, pero con todo esto lo veíamos algo abusivo.

-Tu tranquila. Mi madre, teniendo en cuenta todo este trajín que llevamos y que seguro que se venía venir esta situación, me ha preparado una bolsa con unas cuantas fiambreras con comida. Con lo que tendremos comida casera para cenar- le dije.

-Adoro a tu madre. Te lo juro. Adoro su comida.

- ¿De quién? - preguntó Gala, que ya había salido del baño vestida y con un cepillo en la mano.

-De la madre de Noe. Nos ha preparado comida para que no nos preocupemos al menos de lo que cenaremos esta noche.

-Alabada sea tu madre Noelia.

-No exageréis. Además, ¿qué haces con ese cepillo en la mano? - le pregunté a Gala.

-¡Ah! Sí. Es para haber si alguna me ayudaba, es que no puedo. Durante la mudanza me he torcido la muñeca y me está costando moverla.

-Trae, yo te ayudo- dijo Xana- Mientras, Noelia ¿podrías calentar la comida de tu madre?

-Claro, solo esperar y cuando terminéis la hora de peluquería poner la "mesa" y la comida a Ares.

Y así terminó mi primera noche en la nueva casa. De algo estoy segura, y es que con este grupo de locas la vamos a liar muy parda.

3 Locas en una casa.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora