꒰ O1 - editado ꒱

8.8K 975 163
                                        

Miraba la carretera con sorpresa por los diferentes colores que hacían presencia, tocaba cualquier cosa que estaba a su alcanza para buscarle una función, estaba completamente fascinado con el mundo exterior ya que nunca había tenido la oportunidad de verlo.

Él estuvo en aquel hogar por muchísimo tiempo, los cuidadores le decían que había llegado cuando a penas era un bebé y fue muy complicado su cuidado. Sumado a eso ninguna familia se atrevía a adoptarlo, los híbridos no tenían muy buena fama y muchas personas los veían como algo aberrante, salvajes que podrían llegar a hacerte muchísimo daño, temían más cuando se trataba de híbridos carnívoros.

Pero ahí estaba, yendo a su nueva casa con sus nuevos padres: YoonGi y JiMin. La primera persona que se le había acercado en tanto tiempo fue JiMin, él era dulce y le tuvo paciencia, se acercó a él lentamente y lo venía a visitar todos los días después del trabajo. Finalmente, pudo tener la confianza de aquel híbrido de zorro y logró adoptarlo.

En su cabeza se reproducían diferentes imágenes de su nueva vida, seguro tendría una habitación sólo para él o quizás la compartiría con su nuevo hermano–¡porque él había escuchado que tenía uno!–, tendría muchos juguetes y ropa nueva, le cansaba llevar las mismas prendas de siempre. Ahora comería más adecuadamente y podría salir a correr por el patio, también empezaría el jardín y saldría a pasear los fines de semana, pero en lo que más pensaba era en su nuevo hermano.

Por estar de metiche logró descubrir que su nuevo hermano también era un híbrido, a lo mejor se llevaban más bien de lo que todos esperaban.

—Muy bien, cariño ¡Ya llegamos!—el carro frenó de manera repentina y JiMin volteó para avisarle de su llegada.

Lo ayudó a bajar mientras que YoonGi tomaba su maleta y una pequeña mochila. La casa era normal pero tenía un jardín muy espacioso y con muchas flores, desde lejos ya se podía sentir su agradable aroma ¿A quién no le gustaría pasar sus tardes en aquel lugar? A TaeHyung sin dudas le encantaría.

—¿Y-ya podemos entrar?—preguntó ansioso el pequeño, su cola se movía de lado a lado delataban su emoción. No quería parecer muy impaciente o molesto pero tenía ganas conocer a aquel híbrido.

—Claro que sí, perdón por hacerte esperar tanto, peque.—el hombre de cabello negro palmeó dulcemente su cabeza y le sonrió para luego entregarle las llaves a su pareja—Entren, yo guardaré el auto.

Ambos asintieron y comenzaron a caminar por aquel camino de piedra rodeado por flores. La casa era protegida por una reja negra con pinches arriba, eso daba mucho miedo y a la vez lo hacía sentir seguro, la casa tenía dos enormes ventanas que dejaban ver lo poco de la sala. No pudo ver a nadie ahí pero si noto el gran espacio que había, ideal para jugar en días de lluvia.

Su, ahora, padre se agachó hasta estar a su altura, soltó su mano por un rato y peinó su cabello—Me hace sentir muy afortunado tenerte ahora conmigo y prometo que te haré el niño más feliz de todo el mundo ¿Sí?—el pequeño TaeHyung podía jurar que al rubio se le estaban aguando sus pequeños ojitos y lo único que se le ocurrió hacer fue dejar un beso en su mejilla—Bueno, no te hago esperar más, JungKook también debe estar harto de esperar.

Y así sin más entraron al hogar. Una vez que estuvo dentro pudo sentir aquel dulce olor a cachorro, no podía saber muy bien sobre aquel ser ¡Él aún es muy pequeño y sus sentidos no están bien desarrollados!

—¡JungKook, llegamos!—JiMin avisó su llegada y unos pequeños pasos se escucharon arriba, por inercia el cachorro se escondió detrás del mayor, ocultarse era una buena forma de protegerse aunque en realidad no sabía de qué. Y al final pudo verlo; ojos grandes y brillosos, orejas de color azabache, una linda sonrisa con dos paletitas un poco más grandes que los dientes normales ¡Era muy adorable!

—¡Hola conejito!—Tae saltó de su lugar y se dirigió agitando su cola hacia donde estaba el otro híbrido, era ligeramente más alto que él pero eso no le quitaba lo tierno—¡Me llamo TaeHyung y ahora seré tu hermanito!

La sonrisa de JungKook se borró al instante, no creía que la gran sorpresa de la que hablaban sus padres era él. Frunció su ceño y se alejó de aquel niño, parecía ser que por ese repentino acto el niño también se había desanimado un poco.

—¿Quién es él?—preguntó tosco y miró a JiMin, estaba bastante nervioso, no pensaba que JungKook reaccionaria tan brusco con el pequeño pero antes de que pudiera decir algo, YoonGi entró al hogar sintiendo el ambiente pesado que había—¡Quiero q-que se vaya!

—JungKook.. Baja un poco la voz.—YoonGi optó por acercarse un poco al híbrido de cabello azabache pero este se alejó más, impidiéndole acercarse—Él es TaeHyung, es tu hermano y debes respetarlo, ahora es parte de nuestra familia.

Pero eso no causó más que llantos en JungKook, quien se negaba en aceptar a aquel híbrido con su hermano, sólo eran celos de niños, él había sido el único niño de la casa y todos lo miraban, sabía que con la llegada de TaeHyung eso cambiaría—¡N-no quiero! É-él.. ¡Él no es mi hermano!

—¡Suficiente, a tu cuarto!—la situación sólo se volvió más caótica con el grito de YoonGi, sin embargo el niño hizo caso y subió a su cuarto entre un mar de lágrimas. El mayor volteó a ver a su pareja y al pequeño Tae, el cual tenía la cabeza gacha, estaba muy triste por haber generado tal situación.

—Cariño ¿Te.. Te parece si vamos a ver tu cuarto?—el híbrido no tuvo de otra que asentir, realmente ahora no tenía tantas ganas de quedarse si era una molestia para el conejito.
Su cuarto no era grande pero tampoco muy pequeño, las paredes estaban pintadas de un lindo amarillo y tenía pegatinas de animalitos pegadas por todas partes y su cama se veía muy suavecita—Lamento que JungKook se haya comportado así contigo, cariño. Él era nuestro único hijo hasta ahora, ahora está un poco mal pero se le va a pasar.

—Está bien, s-señor.. Aunque él se ve muy bonito enojado.—JiMin rió ante las palabras del pelirrojo, pese que anteriormente su niño lo trato mal, él seguía teniendo una buena imagen de él.

—Tae.. Sabes que ahora puedes decirme papá ¿No?—llevó el cabello del niño detrás de su oreja, sólo para ver un poco su rostro y sonrió, sin duda había valido la pena todos esos días intentando ganar su confianza.

El híbrido asintió lentamente y con el corazón agitado por la felicidad respondió:—Sí.. Papá.

¡rayito de sol! kookv ꒰ EDITANDO ꒱Where stories live. Discover now