Double DD (de Bolivia para el mundo)

Sin dinero no hay copa doble D

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Double DD

Capítulo 5: Sin dinero no hay copa doble D

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No había nadie a la vista en el callejón iluminado, de pronto apareció la silueta de un hombre delgado y alto que cubría su rostro con la sombra que le proporcionaba su boina.

Detuvo sus pasos y al darse vuelta elevó la mirada, también su rostro se hallaba cubierto en gran parte no solo por las sombras sino también por el cuello de tortuga que llevaba el suéter.

―Sigues con tan buen oído como siempre ―dijo una voz de mujer haciendo que el sujeto se diese la vuelta muy rápido, se veía sorprendido.

―Y tú, como siempre, amiga, tan silenciosa como un gato.

Dona Durán y el sujeto desconocido entraron por una de las puertas del callejón e ingresaron a lo que se veía era un cuartucho muy sucio, subieron las gradas y traspasaron la entrada de una habitación sencilla pero limpia.

―Dime, ¿qué novedades me traes del asesinato del embajador?

―Usaron rifles de carga semiguiada, del tipo dinamo dual.

―Con razón no pudimos localizar el origen del disparo, esas descargas son capaces de dar giros muy agudos. Debieron tener un segundo hombre que señalase el objetivo con láser. ¿Alguna idea de dónde pueden estar esos malditos?

―Ninguna, pero en el aeropuerto tendrías que revisar si hay aviones de la China Reconquistada prontas a abandonar la ciudad. Supongo que este es un trabajo ingrato, ¿me equivoco?

―No, pero qué se le va a hacer. Los enemigos de ayer son los aliados de hoy. La China y Rusia de antes tenían regímenes contrarios al multiculturalismo, pero luego de la Tercera Guerra Mundial, esos países son monárquicos y radicales en su postura contra Divine Dream. Nos guste o no, debemos ayudar a los comunistas atrincherados en Taiwán, son el menor de los males.

―El legado de Hans Mustafá persiste. No se detendrán hasta acabar con el multiculturalismo e imponer sus agendas ultranacionalistas por todo el globo, fue muy bueno que hayas acabado con ese hijo de puta.

―Me di el gustazo, ya me voy, comunícame si te enteras de algo más.

―¿No quieres quedarte, guapa?

―No.

―Que fría, chica ―dijo el hombre y levantó una botella de cerveza a modo de despedir a la boliviana.

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Abrió los ojos de repente y empezó a temblar como si no pudiese controlar su cuerpo.

«Qué mierda, me siento tranquila, pero mi cuerpo no deja de temblar», pensó Dina y se concentró para relajarse dentro de lo que parecía ser la bahía de carga de un avión de transporte de mercaderías.

Se sorprendió de tener la mente despejada y tranquila, atribuyendo esto a que después de todo, tal vez se parecía mucho más a su tía de lo que creía

«Así que esto es lo que te pasa cuando te ponen cloroformo en la cara, yo pensé que el efecto tardaba mucho más y no era tan instantáneo», pensó al darse cuenta que a ella le pareció tan solo un segundo el transcurso de tiempo desde que perdiese la consciencia hasta que despertase. «Con razón las víctimas de secuestro tienen pocas oportunidades de escapar luego de sufrir esa experiencia, es un shock muy grande».

La joven se revisó y comprobó para su alivio que no fue abusada de forma sexual por los secuestradores.

«Esto quiere decir que no tuvieron mucho tiempo ni lo tienen. El avión no se mueve, pero eso pronto puede cambiar, debo hallar la manera de salir de aquí».

Dina se levantó y sacudió sus brazos y piernas para alejar los últimos vestigios de tembladera y luego buscó la forma de salir, por desgracia, parecía que la bahía de carga solo podía abrirse desde el exterior.

En la cabina del piloto, las luces de emergencia mostraban que se producía un incendio en la bahía de carga.

―Carajo, y estábamos a poco de despegar.

―¿Qué hacemos?

―Revisa deprisa, antes de que la torre de control nos pregunte por la demora.

Así lo hizo el hombre y con premura abrió la bahía de carga e ingresó al interior, no había ni un segundo que perder.

Pese a que sabía que no debía perder tiempo, se congeló ante lo que veía: la chica de antes estaba desmayada, pero asumía una postura muy sugerente.

Considerando que un pequeño manoseo no afectaría mucho a lo que vino a hacer, se acercó sin tomar precaución de ningún tipo.

Una fuerte patada a los testículos tumbó al hombre mientras este se puso a vomitar.

―¡Ni creas que porque tengo el cabello rosado, significa que no puedo defenderme!

Dina aprovechó la oportunidad que tenía y salió corriendo a la vez que lanzaba agudos gritos de socorro.

Esperó recibir ayuda, pero no tan pronto. Las luces de los vehículos de la policía y las estruendosas sirenas, iban acompañadas por tanquetas y personal que parecía provenir de la División de Combate y Contrataque de Respuesta Rápida Urbana, la Double Death como también era llamada.

Disparos efectuados con las extrañas armas, fue el gatillo para que comenzase una refriega en la que la jovencita se hallaba atrapada en lo que parecía ser fuego cruzado.

―¡Qué diablos está pasando, auxilio!

Una descarga de electricidad dirigida fue directo hacia ella.

Dina abrió mucho los ojos y cuando creyó que sería su fin, apareció un uniformado portando un escudo que neutralizó la mortal descarga.

―¡Dina! ¡¿Qué haces aquí?!

―¡¿Tía?!

―¡Ven, ponte detrás de mí! Llamando a la central de operaciones, hay un civil involucrado, cambien el ángulo de disparo y cobertura. No dejen que esos bastardos se escapen.

Dona llevó a su sobrina a un sitio seguro y apenas llegadas a este, ya todo terminó en el aeropuerto.

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Dina miraba con ojos muy abiertos el restaurante donde trabajaba, llegó el día de paga, pero todo el lugar se hallaba precintado.

―Entonces, ¿no voy a cobrar nada?

―Lo sient, pero tu sueldo no puede ser cobrado de ninguna manera.

―Pero trabajé tan duro...

―A veces el esfuerzo no lleva a nada, sé que suena feo, pero es así. Bienvenida a la cruel realidad del mundo de los adultos.

―¡Mi paga! ¡Mi copa doble D! ¡Devuélvanme mi copa doble D, hijos de puta!

Dona se acercó y procedió a calmar a su sobrina con cara de vergüenza ya que todos los transeúntes las miraban.

CONTINUARÁ...

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