Double DD (de Bolivia para el mundo)

Double Death

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Double DD

Capítulo 2: Double Death

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Por fin llegaba el fin de semana y Dina no hacía otra cosa que agradecer al gran dios de las albóndigas y el espagueti porque por fin podía tener tiempo para ella misma sin tener a su tía Dona respirando en su nuca para ver si hacía sus deberes escolares.

Para este día eligió el magenta para el color de su cabello entre otras cosas. Terminó de maquillarse alrededor de los ojos como queriendo dar la impresión que sus parpados pertenecían a una caucásica y la boliviana salió llevando un pequeño bolso cubierto con pegatinas de estrellitas sonrientes y brillantina.

Sus amigas la esperaban en el centro comercial del Desdémona & Diana, que era el enorme edificio donde vivía con su tía. La sección de departamentos era exclusivo para la gente rica, claro que ni ella o su tía lo eran, pero les dieron el penthouse gracias al record militar de Dona y como forma de convencerla para que viviese en la ciudad.

―Lamento llegar tarde.

―¿Cómo puedes llegar tarde al centro comercial si vives justo arriba?

―Perdón.

El variado grupo consistía en varias subculturas urbanas, incluyendo a algunos chicos.

No era intención de ellos el de recorrer el inmenso centro comercial, sino dirigirse hacia la estación de los trenes magnéticos y tomar la ruta que pasaba por el túnel Dual Diamond, que conectaba la antigua Belfast con Escocia; allí, en territorio de Gran Bretaña, se realizaría el concierto de varias idols singers virtuales, incluyendo clásicas como Hatsume Miku.

―Menos mal que tu tía te quitó el castigo justo a tiempo por lo del concierto.

―Sí, creí que se me iban a quemar las pestañas de tanto estudiar y hacer deberes.

―¿Cuáles pestañas? ¿Las postizas o las naturales?

―Que gracioso, me muero de la risa. Pero ya, en serio, no fue divertido como tú tampoco lo eres o lo serás.

―Chúpatela.

Así hablaban cuando Dina y una de sus amigas chocaron de frente con unos tipos que llevaban ropas con capuchas que les cubrían buena parte del rostro.

―¿Estás bien? Oigan, ¿por qué no se fijan por dónde van? o mejor dicho, fíjense por dónde voy.

Dina se calló de repente al ver los ojos del grupo de hombres que ni se molestaron en pedirles disculpas, alejándose luego.

―¿Qué pasa?

―No sé, los ojos de esos idiotas me recordaron a los de mi tía. Me recorrió un escalofrío por la espalda que no sé explicar.

―Es la minifalda que llevas, no te tapa nada y se te ve hasta la raja. ¿Te pongo una monedita?

―Se te ven los dos agujeros, te va picar la abeja al medio.

Dina no hizo caso al comentario y luego de sacudir la cabeza, ella y su grupo tomaron un bus panorámico para dirigirse a la estación de trenes, sin sospechar que los sujetos de hace un rato, hacían otro tanto.

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En el cuartel general de la División de Combate y Contrataque de Respuesta Rápida Urbana o también llamada como Double Death (DD), Dona Durán hacia uso de todo un lujo: relajarse en el trabajo y pensar en su relación con su sobrina problemática.

«No es que sea una mala chica, pero la fase que está atravesando es como un enema de plomo fundido en el culo. Dios, y esas ropitas que lleva, creo que voy a tener que ponerle píldoras anticonceptivas en sus bebidas. Gracias dios del espagueti y las albóndigas por la píldora del día después».

―¿Algún problema, Coronel?

―No es nada, solo pensaba en mi sobrina, es muy impulsiva y temo que la vayan a expulsar del colegio.

―¿El Donald Dresden, cierto? Ese es un colegio élite y de pensiones muy caras.

―No fui hecha para ser madre y tengo que encargarme de mi sobrina, debo estar haciéndolo fatal.

―No diga eso, yo por mi parte no sé cómo lo hace. Digo, con todo el trabajo que tiene y se las arregló para estar la semana pasada supervisando a la pequeña Dina.

―Pues ya somos dos y ya no es tan pequeña como la última vez que visitó el cuartel general.

―¿En serio? Pues ya quisiera verla...

―¿Se te ofrece algo?

―¡Perdón! Parece que hay algo a punto de surgir.

―Fue corto el descanso ―dijo y luego, acompañada por su subalterno, se dirigieron a la sala de estrategias para recibir el último informe de inteligencia de Divine Dream.

Lo que le reportaron no le gustó ni un poco o al menos eso se veía gracias a su semblante severo.

―¿Y cuántos de estos terroristas tenemos en la ciudad?

―No deben ser muchos tratándose de Acción Francesa, se consideran a ellos mismos como una especie de lobos solitarios. Una visión romántica que busca expandir las ideas monárquicas de épocas previas a la Primera Guerra Mundial por todo el mundo.

―Serán imbéciles. ¿No deberían estar conformes con que sus fanáticos monárquicos restableciesen la monarquía en Francia y que se llame el Reino de Lis?

―Tiene razón, Coronel, pero fueron traicionados en el Reino de Lis y buscan alcanzar viejas glorias al atentar contra Copa Doble D.

―¿Tú también? ¿Por qué diablos todos insisten en llamar a la ciudad de esa manera? Es Divine Dream, ese es su nombre oficial.

―Los de Acción Francesa la llaman Ciudad M.

―¿Por defender el multiculturalismo? ―preguntó uno de los subordinados.

―Sí, combina con ciudad mierda o ciudad de mierdosos, que también es como la llaman.

―Pues no es de extrañar, en el mundo actual, la idea del multiculturalismo es una gran amenaza a los nacionalismos pasados y las monarquías presentes.

―Es como usted dice, Coronel.

―¿Saben cuál es su objetivo?

―Sí, señora, pretenden derrumbar el túnel Dual Diamond.

―¿Meta?

―Interrumpir el Diva Dynamite, el concierto llevado en Escocia, eso afectaría mucho la imagen de Divine Dream ya que luego este no podría realizarse aquí... ¿Señora? ¿Coronel Durán? ¿Dona?

―Dina fue al concierto.

No sabían que pasaba por la mente de su superior de campo, pero todos y cada uno de ellos tragó saliva. Se notaba que Dona Durán se sumergía en un remolino de furia contenida.

CONTINUARÁ...

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