Verde oscuro

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Tienes forma de reducir 
la eternidad a un segundo,
sentada justo en el centro
apagas mi piel en llamas.

Comienzas un ritual de noches 
enfermas para sanar días 
que aún no han nacido.

Al despertar abrazo la niebla,
beso el frío intenso y vivo.

No es este vacío que me llena
ni esta sed que me sacia,
es que aún sigas mi sombra 
como el refugio de tu luz.


Una risa se escapa de tu boca
y yo me despojé del sentir.


Ajeno a ti concentro todas
mis fuerzas para invitarte 
a este baile de locura.


Tú en derredor de mi 
en este borde que se disculpa,
en este corazón que se adormece.


El grafito de tus trazos
siempre forman mi silueta.


El tema de mi poesía siempre
gotea tu nombre en mis versos.


Por cada segundo aquí dentro 
nuestras almas se  acuñan en si
sosteniendo ese oro de miradas,
esos besos de diamantes.
 

Inmortalizados en una carta 
sin sellar, para en otro tiempo 
vivir momentos que
todavía no pueden respirar.

Ámbar Where stories live. Discover now