Capitulo 15: ¡Al fin la vida me sonríe!

79 9 6
                                    

—Ana, escúchame, este no es tu lugar —Santo Dios, pensé que Cassandra podría comprenderme pero resulta que tanto ella como mi hermana parecen haber desarrollado moral, ya no las reconozco

К сожалению, это изображение не соответствует нашим правилам. Чтобы продолжить публикацию, пожалуйста, удалите изображение или загрузите другое.

—Ana, escúchame, este no es tu lugar —Santo Dios, pensé que Cassandra podría comprenderme pero resulta que tanto ella como mi hermana parecen haber desarrollado moral, ya no las reconozco.

—Cass, no me voy a quedar en tu casa mucho tiempo, solo consigo trabajo y... —Ella me interrumpió.

—No es eso, pero no puedes irte así de tu casa ¡piensa en tus padres!

—¿Y quién piensa en mi? ¡No quiero casarme con Rodrigo!

¿Por qué nadie podía entenderlo? He vivido todo el tiempo por y para mi familia, me he exigido más de lo que podía dar ¡Por primera vez quiero pensar en mi!

—Por Dios Ana, tú no sabes lo que es tener que escapar de tu casa por un matrimonio obligado, al menos Rodrigo es de tu edad no un viejo rabo verde que solo quiere que le calientes la cama.

—¡¿Y tú si?!

—¡Si! ¿Acaso crees que yo quería dejar a mis padres en ese mugroso pueblo? ¿Irme a Madrid sin conocer a nadie? Tú no conoces mi vida, solo eres una niña mimada que está haciendo un berrinche por no lograr lo que ella quiere.

De repente se escuchó el llanto de Roy, genial nuestros gritos terminaron por despertarlo.

—Iré a calmar a mi hijo, pero tú y yo no hemos terminado de hablar Ana María —observe cómo salía de la cocina, donde estábamos hablando, para ir a su cuarto donde habíamos dejado al niño.

Me sentía frustrada ¡Cassandra no entendía! Yo solo quiero iniciar una vida con Vicente, casarnos, tener hijos, envejecer juntos, se que todo esto suena muy romántico pero es lo que quiero y le pese a quien le pese es lo que haré, como que me llamo Ana María León Cortes.

Sigo escuchando el llanto de Roy, pero no voy, a pesar de que me he encariñado con él no quiero que se acostumbre más a mi presencia, no cuando me iré para ya no regresar.

No me mal entiendan, lo que menos quiero es causar problemas en casa o a Cassandra y es por eso mismo que me voy, Valentina me ha dado la oportunidad de ser libre, de ser yo y pienso aprovecharla.

(...)

Toulouse de noche es muy bonita, al menos más bonita que Madrid, esa es mi impresión o quizá era la libertad de poder ser yo misma.

Pensé en mi vida en Madrid, en mis padres y en Vicente ¿por que mis padres no pueden entender que seré infeliz al lado de Rodrigo?

Él es un niño mimado, que seguro vive pegado a las faldas de su madre, tiene un trabajo que le fue dado por su padre ¡no tiene nada por si solo! Al menos el esposo de mi hermana se fue de la casa familiar para formar una familia con ella.

—¡Ana! —Mis pensamientos son interrumpidos por Cassandra, quien viene sola.

—¿Dónde está Roy? —Mi primer instinto fue preguntar por el niño.

—Lo deje con una vecina —¿Existe una persona más descuidada que Cassandra? Como se le ocurre dejar a Roy con una total desconocida. Tenía ganas de pegarle— ¿Qué quieres?

—¡Me preocupe por ti!

—¡Pero no a costa de dejar a Roy con una desconocida!

—Mari es perfectamente capaz de cuidarlo.

—¡Ah! ¡La dichosa vecina tiene nombre! Mira no regreso porque quiera, sino porque me preocupo por el pequeño.

—Por Dios, pudieron haberte raptado, prostituido o algo peor y tú te preocupas por Roy que está caliente en su nueva cuna siendo cuidado por mi vecina que también es mi compañera de trabajo, pero esto no se trata de mi hijo ¡se trata de ti!

—¡¿Y a ti que más te da si algo me pasa?! Ya me quedo bastante claro que no me quieres aquí.

Cassandra se paró y me jalo de un brazo para sentarme en una banca.

—Jamás dije eso ¡claro que te quiero aquí! Me has traído a mi hijo y estoy muy agradecida, pero ¿has pensando en tus padres? ¿En cómo se deben de sentir? ¡Joder! En tu hermana que está embarazada de alto riesgo, ella te quiere muchísimo ¿has pensado en cómo se debe de sentir?

—¡Pues se lo merece! —grite sin pensar y así como lo hice, Cassandra me dio una bofetada, una que dolió tanto como la que me había dado mi madre.

—Está bien, puede que tus padres te valgan un soberano cacahuate, que Rodrigo te importe tres pueblos, pero jamas vi un amor de hermanas tan puro como el que te profesaba Juliette ni tú a ella ¿por qué has intentando sacarla de los calabozos sino? ¿Valía la pena en riesgo?

Sus palabras no eran duras, pero era cierto, pese a todo, la única persona que nunca me juzgó fue ella, mi querida hermana y de solo pensar en eso, comencé a llorar, todo era demasiado para mi, justamente por Juliette había terminado en esta situación y era la primera vez que mi hermana no estaba de mi lado, me sienta sola.

—Ana...—Cassandra quiso abrazarme pero no la deje, odiaba derrumbarme delante de las personas ¿por qué tenía que ser tan débil?

—No puedo Cassandra —dije entre sollozos—¿Por qué siempre tengo que pensar en los demás? ¿Por qué tengo que ser la niña buena? ¿La que siempre obedece? ¡Odio ser así! Juliette encontró el amor y su libertad ¿por qué yo no puedo? ¿Por qué siempre tengo que pensar en mi familia? Mi vida siempre ha estado regida por el deber ¡pues ya no más! —De nuevo me solté a llorar, simplemente no podía controlarlo, todo estaba siendo demasiado para mi.

Estaba tan mal que ella por fin pudo abrazarme.

—Chiquilla, no se trata de poder o no poder o si es justo o no ¿Por qué estás condenando tanto a Rodrigo? Quizá el esta en las mismas condiciones que tú y aún así trata de salir adelante.

—¡Ese tipo no siente nada ni por su madre! Cass, yo estoy enamorada de otro hombre ¿cómo me voy a casar con Rodrigo si amo a Vicente?

—Mira no conozco a Vicente, pero ¿tú crees que Rodrigo sea mala persona? Me ayudo a escapar.

—Porque yo lo amenace —reí con amargura.

—Aún así pudo haberse negado o chivado ¡y no lo hizo! —la vi con escepticismo— De acuerdo, ya me cuenta de que no te voy a hacer cambiar de opinión —veo cómo suspira— Te voy a ayudar.

—¿De verdad?

—Si ¡pero! —Ya sabía yo que no sería tan fácil—Tienes que comunicarte con tu hermana y decirle que iniciaras una nueva vida aquí en Francia y después de eso le hablaras a tu amor para que se venga, aquí se pueden quedar hasta que encuentren un trabajo digno.

De la euforia la abrace pero esta vez con lágrimas de felicidad corriendo por mi rostro. ¡Al fin la vida me sonríe!

Amor y Deber #LatinoAwards2020Место, где живут истории. Откройте их для себя