You Shook Me (Roger Taylor/ Queen)

Baby I love your way ( one shot)

- y quien es ella?
- bueno Dominique que ya te lo he explicado, es una amiga de Claire, se va a casar hoy y por eso estamos yendo a la boda.

Mientras conducía el  auto  colina arriba recordaba mis años de universidad, no era una amiga de Claire pero a quien le importaba, esta chica, ____ específicamente, había satisfecho mis deseos más profundos y sucios, quería volverla a ver pero no en estas circunstancias, sin embargo había sido lo suficientemente educada para invitarme a su boda, sobre todo vengativa, yo decidí abandonarla en el momento más crucial de la relación, cuando ya estaba enamorada y a mi se me había acabado el potencial sexual para seguir con eso, nunca fui de atarme pero para variar estaba comprometido con Dominique, bueno los tiempos cambian y rápidamente.

La recepción era bastante lujosa, según sabía se casaría con un hombre mayor, mucho dinero, poca energía, dispuesto a dar todo lo que fuera necesario para no pasar sus últimos momentos de vida tan solo.

- buenas tardes, su nombre por favor.
- Roger Taylor

Reviso la lista y con un ademán nos indicó la mesa en donde debíamos sentarnos, la mayoría de personas allí tenían ya sus setenta años y si no era aún más, me disculpe con Dominique para ir a buscar a ____, ansiaba verla para felicitarla por su "éxito" en la vida.

- disculpe, la novia? - pregunte indiscretamente.

Me miraron extrañado

- soy su primo, Roger, tal vez deben haberle hablado de mi, podría pasar a verla, traigo un encargo.

Esta caja en mi mano sería mi coartada perfecta.

- oh ya veo, pase por favor.

Después de atravesar el portón, me encontré entre velos de color azul oscuro. Parecía haberme adentrado en una jungla psicodélica pero a la final llegué a verlo. Un ángel sentado sobre la cama arreglándose el cabello, traía lencería de color blanco, puramente virginal, puse seguro a la puerta y después me hice presente con mis pisadas.

- querido, que bueno que hayas venido, trajiste mi ligero?

No sabía que era yo.

- te ves preciosa.

Se volteó hace a mi, esperaba una reacción fría y escasa de emociones pero sin embargo una sonrisa gigante se pintó en su rostro, abalanzándose a mis brazos pronunció mi nombre.

- Roger, que alegría verte aquí, pensé que no vendrías.
- y perderme tu gran día? Estás loca.

Deslumbraba con su aroma, sus labios rojos, sus senos voluptuosos como una cascada infinita, ella era algo que ni en un millón de años podrías olvidar.

- has venido solo?
- no, he traído a mi novia Dominique.
- debes presentármela después si?

Continuaba con su cabello,yo simplemente estaba parado mirando el arco de su espalda hasta su trasero.

- y que te parece la recepción?
- bastante bonita, debe haberle costado una fortuna a tu esposo.
- pues... - su tono cambio- me imagino que si pero lo hace por quedar bien con el resto, jamas es conmigo.
- y entonces porque te vas a casar?

Acaricie su hombro lentamente, no podía resistirme a ella, nunca pude hacerlo, ahora que era mas conocedor de la vida me preguntaba porque deje ir algo tan bello y que me hacía tan feliz.

- porque lo quiero aún así.

Mi mano parecía enfriarse en ese momento, alejé mi tacto de su piel suave como la seda.

- podrías ayudarme a ponerme el vestido?
- claro que si - dije tembloroso.

Era algo simple, pero necesitaba un poco de esfuerzo, cuando acaricie sus curvas tratando de acomodar las tiras ella esbozó silenciosamente

- recuerdas cuando me atabas con aquellas cuerdas rojas porque te gustaba jugar conmigo?

No supe responder.

- lo recuerdas? - me miro fijamente- se que si, aún tienes esos ojos de color azul que tanto me gustan, pero nuestros destino se desviaron por tu culpa, gracias por venir.

Un beso en mi mejilla, debía tomar la oportunidad, nuestros besos volviéndose más húmedos cada vez, mi lengua recorriendo su cuello, no parecía importarle en lo absoluto, bajo los tirantes de su pequeño camisón para darme paso a sus pechos, sus pezones rosados y puntiagudos.

- lámelos por favor, necesito que lo hagas.
- segura?
- no quiero abrirme a nadie más que a ti.
-Tus deseos son órdenes.

Succione ligeramente cada uno de ellos,el tiempo era limitante, acariciaba mi miembro sobre la tela queriendo despertarlo, ya me había adelantado, estaba duro como una roca para ella. La cargué para depositarla en la cama, hice a un lado su ropa interior develando así su humedad, introduje dos de mis dedos, gemía sobre las almohadas de satin rojo.

- por favor hazlo, ya no puedo esperar.

Ella mismo, impaciente, abrió mi cremallera, parecía casi arrancar la ropa que me cubría, por primera vez en toda nuestra historia ella dominaba el juego, subió cubriéndome con su calor y dejé escapar un gemido, entraba y salía de su sexo produciéndome un placer inimaginable, pronto alcanzamos el orgasmo, me dejé venir dentro porque todo parecía una fantasía.

- debo arreglarme- susurró.
- lo se, y yo debo volver con Dominique.

Nos besamos por última vez, cuando estaba cerca de la puerta pude dejar que mis pensamientos se desconectaran y solo mi voluntad hablara.

- y si nos vamos de aquí?

Sonrió ampliamente, asintió con su cabeza y volvió a mis brazos.

- Amo tu manera de ser.
- prométeme que no me vas a dejar sola nunca más.
- nunca jamas.