Única parte

6 0 0
                                    

Podría empezar presentándome formalmente, pero apuesto que ya saben que nombre pertenece a mi rostro, sin embargo, mi nombre es Tania.

Solía ser una persona que entraba en el rango de lo normal, asistía a la facultad de psicología, tenia una rutina y seres queridos, jamás fui violenta... o eso creía hasta que me encontré a mi misma cubierta de sangre procedente del cadáver de mi compañera, llamada Judith.

Ya no recuerdo cuantas personas me han preguntado el porqué, ni que otros miles armaron la historia a su antojo.

Escribo esta carta como forma una forma de confesión a la verdad, como los cristianos confiesan sus pecados, todos antes de colgarme de las sabanas que he atado a la luz que cuelga del techo.

Mi primer pecado sucedió cuando despreocupadamente mire su cuerpo semidesnudo mientras se cambiaba de atuendo frente a mi, yo creo que en ese momento todo tomo un rumbo oscuro, pero no me di cuenta de lo que me sucedía hasta meses después, donde en la cocina de mi casa, nos besábamos.

Seguí apuñalándola aun cuando yacía muerta en el piso de la cocina de la casa, la casa donde viven mis padres, donde se profetiza el cristianismo, donde leíamos la biblia los domingos, donde he escuchado a mi madre repetidas veces maldecir a los homosexuales y sabiendo eso no me permitiría a mi misma sumergirme en el pecado.

Mate a Judith porque era el reflejo de mi pecado.

Yo  mate  a JudithWhere stories live. Discover now