Capitulo 23

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Anna mantuvo la mirada fija en mi, en su mente analizando la situación, en esta clase de cosas Anna era muy analítica, fría y calculadora.

-Si, deberían verse allí, tiene que darse cuenta que no necesitas de el.- Lanzó con seguridad.

Agarré mi móvil, WhatsApp, Julian...

"No hace falta, nos vemos allí, Anna conduce" Le dí la información justa y necesaria, no vacile y envié el mensaje, fui seca y cortante, pero no mas de lo que fue el correrme la cara, por mas motivos que tuviese que clase de novio hace eso? Bueno, "novios" que estúpida que soy, yo aquí como una tonta concibiéndolo ya como mi pareja, cuando en realidad nunca tuvo el coraje de dejar claro que es lo que somos.

Aquellos pensamientos me dejaron la sangre hirviendo, cosa que agradezco, ya no había posibilidad de que me arrepienta por tratarlo de forma tan seca.

"Que? Que dices? De ninguna manera, en 15 minutos estoy en tu puerta"

Mire a Anna, leí el mensaje en voz alta... ¿Qué debería hacer?

-Olivia, no te dejes manipular, el debe respetar tus reglas, debe respetar tu espacio. No dejes que se entrometa.

"Julian, no, estoy hablando en serio, te veo allí."

En menos de un minuto tenia cinco llamadas perdidas del idiota. Pero no les di importancia, ya estaba camino a la fiesta, en donde sin importar que, me divertiría, disfrutaría con mis amigos, y si tiene la decencia de asistir de todas formas, pues le movería el culo en la cara.

Apoyando mi cabeza en la ventana del carro, dedique aquellos minutos a pensar, me dedique el silencio a ver pasar las luces del trafico en una ciudad anochecida, aprecie la gente caminado tranquila, sin apuro. Me encontraba haciendo lo mismo que hacia antes de que me duerma aquella noche, la noche en donde todo cambio, la noche en que tuvimos el accidente, a partir de ese día, muchos aspectos de mi vida han cambiado, desde aquel entonces que no escucho la voz de mi padre, sin bien ha mejorado y ya no se encuentra en terapia intensiva, los médicos le practicaron una traqueotomia, (es un procedimiento quirúrgico en donde se ejecuta una abertura en la traquea con el objetivo de que le paciente pueda respirar) por tanto no puede hablar, pero antes de eso había pedido explicitamente que no quería que ninguno de sus hijos lo viera en aquel estado, la única que lo visitaba era mama. También en aquellos días, conocí a Julian, todo paso tan rápido, lo bese a solo días de haberlo conocido, lo provoqué, me insinué de forma sexual, y prácticamente actué muchas veces como una zorra, y ahora de solo recordarlo la vergüenza me consume, yo no soy así, en que momento cambie tanto? que por el solo hecho de querer que se fijase en mí actué como otra persona? Sin dudas no quiero ser esa clase de chica, y si una vez que vuelva a mi estado Olivia natural, a el dejo de parecerle atractiva, pues entonces de que me sirve estar con alguien se interesa en la falsa versión de mi?

Mezclada y distraída entre aquellos pensamientos el viaje se hizo mas corto de lo que hubiera pensado y Anna ya se encontraba en el aparcamiento.

-Okay...lista?- Dijo la blonda entusiasmada.

-Claro- dije recomponiendome en el asiento y tratando de mostrar mi mejor cara de entusiasmo. La verdad que luego de haber pensado en todas aquellas cosas, lo ultimo que quería en este momento era ver a Julian.

Noté que Anna no desbloqueaba el seguro del auto. Me volví a ella para entender el por que se tardaba tanto. Anna se encontraba mirando fijamente mi pierna, el vestido se había levantado un poco y dejaba a la vista mi cicatriz, una fuerte cicatriz que de estar a la vista no pasaba desapercibida, había sido profunda y hoy la marca era prepotente. Reaccionó al ser descubierta, y me dirigió una mirada de pena, la cual no respondí, y yo misma desbloquee el seguro.

-Vamos? Dije fingiendo mi mejor sonrisa.

La fiesta la organizaron los alumnos del ultimo año de mi escuela, con el fin de celebrar que faltaba poco para que este año "tan único e irrepetible" termine. Ambos de mis hermanos se encuentran aquí. Acompañando a sus novias las cuales están en el ultimo año, cada quien trajo a su pareja. Me pregunto si ellos sabrán que Julian vendría a la fiesta.

Anna desapareció entre la gente, siempre me pregunto lo mismo ¿Por que insiste tanto en que la acompañe si en la primera oportunidad que tiene se escabulle, luego por lo general la reencuentro al final de la fiesta, con algún "nuevo amigo, usualmente en estos casos me paso la noche entera con Angie, pero hoy era el cumpleaños de la mamá de Adams obviamente que clase de nuera seria si no asiste.

Me encaminé hacia la barra...No pretendía tomar, pero no quería estar de pie sola en medio de una fiesta, así que, que mejor manera de pasar desapercibida que en una barra?

Ya sentada en la banca, apoye ambos codos en la dura madera de la barra. Saqué mi móvil y me dispuse a leer los mensajes, quería saber si Julian había hecho algún otro intento en vano de conectarme, en ese caso quería saber que podría haber escrito.

Pero para mi sorpresa no había nada, ningún mensaje, ni una llamada mas perdida. Nada.

-Hey! Olivia?- Me despertó de mis pensamientos una voz, esa voz, ya la conocía. Una voz, que en un tiempo no muy lejano era capaz de erizarme la piel, un horrendo escalofrió recorrió mi columna vertebral y se instalo en mis huesos. No, no podía ser el , que hacia aquí?. Giré mi cabeza abruptamente, con el deseo de estar equivocada. Pero definitivamente mis sentidos de alerta no estaban errados, esa voz correspondía la persona que tantas pesadillas me había ocasionado.

-Ho..hola Marco.- Dije seca, temblorosa, y con un nudo en la garganta que se habia formado tan rápido que a penas lo había notado.

-Veo que el titubeo sigue siendo parte de ti.- Musitó sonriendo de lado.

-Mh.. pues sí.- Dije corriendo mi vista, mirando distraída hacia otros lados con el objetivo de que alguien mas me reconozca y venga a salvarme de esta conversación, y pues también implícitamente de esta persona.

-Te han comido la lengua los ratos a caso? Escucha Oli, se que han pasado cosas entre nosotros, que no fui la mejor versión de mi, se que actué mal y lo siento, pero no crees que ya es hora de perdonarnos, y seguir adelante?- Lo dijo como si ya todo lo hubiera planeado y replanteado en su cabeza.

QUE???? No, no podía estar diciéndome esto, podía ser posible que una persona sea tan hipócrita?

Largue una risotada, una de esas sarcásticas, exageradas y falsas. Con el solo fin de que no note que su sola presencia me dolía, que ver su rostro me daban ganas de llorar, y que su cuerpo a tan pocos centímetros del mio me provocaban unas incallables ganas de salir corriendo, le tenia miedo, pero no podía demostraselo.

-Okay Marco, ya tuve suficiente de ti, primero tu no tienes nada que perdonarme, soy yo la que tiene que perdonarte, pero lamentablemente soy la persona mas orgullosa que conocerás en tu estúpida e inútil existencia, así que por favor no insistas, no te perdonaré.- Di por terminada la conversación e intente ponerme de pie y marcharme, pero una gran mano, cuya fuerza ya había conocido en el pasado me sostuvo con fuerza

-Pues, no has cambiado nada, sigues siendo la misma chiquilina de ese entonces, si de todas formas no me ibas a perdonar tendría que haber seguido cuando me dijiste que parara- apretó nuevamente mi muñeca, pero con mas fuerza, dio media vuelta y se marchó.

No pude evitarlo, las lagrimas, intrusas lagrimas, comenzaron a golpear mis ojos, comenzaron a arder y por mas intentos que hiciese por reprimirlas no lo pude evitar, mi cuerpo temblaba, hacia mucho que no sentía esa emoción correr por mis venas, hacia mucho que me sentía así, con miedo, en peligro.

Corrí tan rápido como los estúpidos tacones me lo permitieron, corrí sin saber exactamente donde, solo pretendía crear tanta distancia como podía de aquella abominable persona.

Cuando mis piernas ya no daban mas, cuando ya la música desaparecía y se escabullía a los lejos, cuando ya la distancia entre el mundo y yo era suficiente, tope con algo, mejor dicho con alguien.

Alzé la mirada, y allí estaban esos ojos, ese penetrante azul o verde quizá, aquellos que de alguna forma me transmitían paz y tranquilidad, mis lagrimas de forma repentina dejaron de caer y caer, pero la vista al contrario se entumecía, se tornaba borrosa, y ya sintiéndome tranquila me deje vencer por aquel constante mareo.

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MI DOCTOR ©Where stories live. Discover now