De una adolescente torpe, dos hermanastros de bellas sonrisas, una amiga fiel, una Fresita y 1Fan enamorado.
|SINOPSIS en el interior|
***
Esta historia fue hecha con la ayuda de los lectores por medio de votaciones para la trama y continuación. La...
—Irte. En este momento solo estoy trabajando y no quiero hacer nada más.
—¿Hablarás conmigo mañana? —Mi gesto serio le indica con certeza que la respuesta es no—. ¿El lunes?
—Vete, Brad. Déjame trabajar.
Pretende replicar una vez más pero Ariana llega a mis espaldas y con firmeza, pero amabilidad, le habla:
—Si no vas a consumir nada, te pido que te retires. Y si vas a consumir algo, yo puedo ayudarte. Emily, ve a atender las dos mesas que acabaron de ocuparse.
Asiento dócil y camino hacia donde me dice. Volteo a mirar un momento y Brad va saliendo.
No queriendo salir sola cuando mi turno acabe en un rato, le envío un mensaje a Fresita para que venga a acompañarme. Si Brad está por ahí, al menos puedo estar con Cris e ignorarlo... ya de por sí se me hace complicado eso, pero con alguien a mi lado tengo un poco más de fortaleza.
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Ya en nuestra habitación, Fresita me mira mientras me quito un par de ganchitos del cabello. Anoche —o esta madrugada más bien— dormimos las tres con Ash en mi cama; yo tuve que levantarme a trabajar pero ellas dos se quedaron hasta más tarde durmiendo. No han tenido oportunidad de preguntarme cosas con respecto a lo ocurrido en las últimas horas, pero sé que Fresita está en su mente buscando la manera de abordar el tema.
—¿Cómo te fue hoy?
—Bien, igual que siempre.
Llego a la cama, donde ella ya está medio acostada, y me meto bajo las cobijas.
—¿Quieres hablar de lo que pasó?
—¿Sobre qué exactamente, de todo lo que pasó?
—Sobre lo que quieras. Sobre el lindo momento con Ethan o el horrible con su hermanastro. O sobre el trabajo. Tú dime, yo escucho.
Apago la lamparita de la mesa, dejándonos casi en total oscuridad, pues la lámpara de su lado sigue encendida. Me recuesto completamente.
—Debo agradecer a Ethan que no llegara a casa sufriendo por montones. Fue un lindo detalle el animarme con el columpio y con sus palabras.
—Nos lo pareció también. Puede que realmente esté cambiando.
—Aún tengo mis dudas, pero la ayuda de anoche no se le puede menospreciar.
—¿Y con Brad?
—Te voy a contar algo... anoche tuvimos un momento especial, ¿sabes? Compartimos nuestro segundo beso, pero fue como el primero porque ambos lo queríamos y fue en privado. Me sentí tan bien, Cris, que me aseguré que íbamos a tener una relación o algo similar... una real más bien.
