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Roger se abalanzó sobre Kheira y con mucha intensidad, pasión y también desesperación empezó a besarla. Pero ella lo paró.
- Roger espera... Aquí no... - dijo ella como pudo - Está bien vamos - le respondió él
Los dos jóvenes, cogidos de las manos corrieron como locos desesperados a su habitación compartida. Al llegar cerraron la puerta con pestillo y una guerra de besos se desató entre ellos. Hasta que Roger se tumbó en la cama y luego Kheira se abalanzó encima de esta.
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- ¿Estás segura de esto? - le preguntó él un poco preocupado y a la vez un poco nervioso - Sólo me siento segura si es contigo. Te lo prometo - le contestó ella - No quiero que hagas algo con lo que no te sientes segura - le dijo él - Estoy segura - le dijo ella con una gran y hermosa sonrisa
Tras esa afirmación, otra vez en pié los besos fueron aumentando hasta que la ropa entre ellos cada vez sobraba más y más.
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Llegado al punto que ninguno tenía ropa, Roger empezó a besar el cuello de Kheira lo que provocó unos jadeos. La cogió por la cadera y ella enroscó sus piernas en la suya. Él, con mucho cuidado la acostó en la cama a la vez que la besaba. Los besos bajaron por el cuello hasta los pechos, lentamente bajó hasta su abdomen. Roger con su mirada buscó la de ella para que diera su consentimiento. Cuando ella lo miró asintió ante esa pregunta que estaba rondando en los pensamientos de Roger. Ante su consentimiento, el se introdujo en ella con mucho cuidado provocando una pequeña mueca de dolor en ella.
- ¿Estás bien? - le preguntó él al ver su cara de dolor - Sí... Ya sabes... Soy... Virgen - le dijo ella con una sonrisa tímida - Me alegro mucho de poder ser el primero entonces - le dijo él
Después de eso empezó a moverse ya dentro de ella haciendo que ambos soltaran gemidos. Al rato todos esos movimientos se volvieron mucho más rápido y todos esos gemidos entre los dos se volvieron mucho más sonoros aunque ninguno de ellos sonaba fuera de la habitación. Al salir de ella volvió a leventarla sentándola encima de él y empezó a besarla con mucha ternura.
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- Eres la mejor del mundo - le dijo él a ella al separarse - Gracias supongo - le contestó ella con las mejillas sonrojada - Te lo digo de verdad. Ya sabes como he sido siempre y ahora quiero poder demostrarte que he cambiado por completo... - Roger, no necesitas demostrarme nada de nada - le interrumpió ella - si me quieres solo quédate conmigo - Siempre estaré para ti. Mi corazón es sólo tuyo. Te quiero - le dijo él - Te quiero - contestó ella
