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JinYoung comenzaría a trabajar con un nuevo interno, nunca había trabajado con alguien así, de hecho la enfermedad aun era un tanto rara, pero mataba a miles de personas, lupus, una enfermedad un tanto rara e inusual, claro que era una enfermedad que se podía controlar pero era incurable, su paciente, según le dijo su compañera de trabajo que aun estaba a tiempo para ser salvado, aunque no entendía mucho el porque lo habían mandado internar, no era una enfermedad con la cual debías estar metido todo el tiempo en un hospital.

Aunque lo supo un poco cuando lo vio descansar, las marcas que parecían ronchas adornaban todo su cuerpo, para muchos les daría asco, pero ese era su trabajo, así que no tenía tiempo para asquearse, sería estúpido, tomó la tabla de información y se sentó a su lado para leer todo acerca del chico, ahí encontró el detalle importante, alguien naturista que se negaba a tomar medicamentos, su necedad lo había llevado a tener problemas en el estómago, terribles problemas, tanto que tuvo una intervención quirúrgica, así que su familia no tuvo de otra que internarlo, lo miró por un momento con desprecio, no entendía como existía gente así que se negaba a recibir una atención sólo porque "no es natural" ni siquiera los productos "naturales" son cien por ciento procedentes de una buena descendencia, revisó la bolsa de agua y la de medicamento inyectada, todo iba en orden, observó su rostro de nuevo y sus cabellos dorados, parecía alguien tranquilo, supuso que no sería gran problema y podría leer unos libros durante su tiempo libre, o algo, ya que lo había puesto a cargo únicamente de él, empezó a creer que era por el simple hecho de que la familia de aquel chico se deshacía en dinero, y claro, ese hospital dónde laboraba no era nada barato.

—Bien, todo parece estar en orden YuGyeom— dijo en silencio, particularmente, Park tenía la maña de hablarles por su nombre a sus pacientes, claro que la mayoría no lo escuchaban, además siempre lo hacía cuando estaban dormidos, frente a ellos despiertos sería incómodo.

Estudió medicina con el afán de poder salvar a otros, pero justamente ahora siendo un casi recién salido de la carrera era muy difícil conseguir trabajo, así que decidió empezar por lo bajo, trabajando como un simple enfermero, ir escalando sería una buena idea.

Optó por salir y dejarlo descansar, parecía agotado, aun podía notar esas ligeras ojeras asomarse debajo de sus ojos.

Al día siguiente, llegó temprano y se paró frente a la cocina del hospital, saludó a todos y tomó un par de alimentos que pensó que le gustarían, algo para él también y rezó porque el menor estuviese despierto, así podría trabajar más cómodo.

Al entrar a la habitación lo vio de pie, mirando a la ventana, este aclaró su garganta para llamar su atención cosa que no fue difícil.

—¿Por qué estoy aquí?¿Quién eres tú? Quiero que me regresen a casa carajo.

—Uno, te internaron, dos, tu enfermero, y tres no creo que sea posible— respondió de la manera más tranquila que pudo.

—Quiero regresar a casa.

—No puedo hacer eso— el menor frunció el entrecejo, y estaba totalmente dispuesto a gritarle, pero se contuvo.

—Quiero mi teléfono, no estoy tan estúpidamente idiota para saber que no me afecta tener mi móvil.

—Reglas del hospital, toma te traje tu desayuno.

—Me importa un comino eso, quiero hablar con mi familia— Park cerró los ojos, un tanto fastidiado de su actitud.

—Come, es mi labor que estés bien.

—Por eso mismo, mi bienestar esta en mis cosas.

—Soy un enfermero, no tú hada de los deseos, yo acato reglas, no te complazco, así que come y cállate— espetó molesto, haciendo que el menor refunfuñara pero se acercase a comer los alimentos.

hasta el final; pj; ky; osजहाँ कहानियाँ रहती हैं। अभी खोजें