9. Aaron

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Alyssa está callada mientras damos la vuelta en el estacionamiento del centro comercial. Ha estado así desde el lunes.

¿Resumen? Bien, el lunes fue un día extraño para nosotros, recién nos recuperábamos del desacuerdo del sábado anterior, fuimos a mi casa, nos besamos un poco...bastante, y luego trató de interrogar a mi madre porque quería saber que causaba el dolor que no estoy dispuesto a admitir.

Después de aquella situación tan tensa lo lógico habría sido distanciarnos un poco, pero es notable que ninguno de los dos pudo. Ayer, martes, hablamos en la escuela como si nada y hoy salimos a comprar ropa para la maldita fiesta.

—No entiendo porque ella tenía que venir—digo molesto, fulminando a su amiga sentada en la parte trasera por medio del retrovisor.

Esta se encoge asustada, parece una chica agradable, sin duda afín a Alyssa, a mamá le habría encantado verme con ella, por eso estoy especialmente cruel...

Bueno, eso y que quería estar a sola con Alyssa, para ver si llegábamos aún más lejos que el lunes.

Esta última me dio un golpe en el brazo.

—¡No seas malo con Kim! —me riñó—está aquí porque es mi amiga, y tiene que comprar ropa también.

La miró a través del retrovisor y compartieron una sonrisa cómplice. Alyssa parecía realmente satisfecha.

De hecho, tenía razón, el plan era de ellas, yo me había colado porque estaba aburrido y no quería volver sólo a casa, y además necesitaba ropa si quería llevar a cabo mi plan de protegerla del imbécil de Ian.

Al final, luego de cinco minutos, encontramos un estacionamiento. Dejo que Alyssa me ayude a bajar y me empuje por el centro comercial, hoy no estoy de humor para pelear.

La escucho hablar sin parar con Kim, y mierda, debo admitirlo, siento celos, yo quiero de su atención también, ojalá supiera alguna verga sobre vestidos de chicas.

—¿Qué tal si vamos aquí? —nos propuso Kim, señalando una tienda.

Creo que Alyssa y yo pusimos la misma cara de terror, era una tienda "gótica" (¡Como no!) muy al estilo de Kim, que parecía más una tienda de disfraces.

—¿Por qué no? —dije, ahora emocionado.

Kim casi salto de alegría, miré a Alyssa para dedicarle una sonrisa angelical, ella solo me miraba confundida por mi reciente buen humor.

Ay, sería tan divertido tomarle fotos.

•••

No les mentiré, estoy decepcionado.

Aún tengo el celular en la mano, supuestamente preparado para tomarle una foto y burlarme de ella por el resto de su vida, pero no puedo hacerlo, ¡Cada puñetero vestido le queda bien!

O bueno, al menos eso me parece a mí, porque Kim ha rechazado varios.

—¿Qué tal este? —nos dice ahora, girando sobre sí misma.

El vestido es precioso, es de un azul marino encantador y se le ciñe al cuerpo en los lugares precisos. Se me corta la respiración, no ayuda que esté sonriendo de aquella manera.

—Te ves hermosa—se me sale sin poder evitarlo, carraspeo para ocultar el tono de baboso de mi voz—digo, hermosa como una princesa de cuentos para niños.

Ella frunce el ceño.

—Entonces debo buscar otro—dice con determinación —no quiero verme como una princesa, sino como una reina increíblemente mala que tiene sometido a su pueblo, y cuenta con un harén enorme.

Aaron & Alyssa. |COMPLETA|Where stories live. Discover now