El recuerdo de un solitario niño.

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Oscuridad, tinieblas, soledad, dolor, miedo, pánico... Tristeza, angustia y desesperación.

Oigo gritos y llantos quebrados ¿Dónde estoy? Hace frío y el cuerpo me pesa, huele a sangre y apenas si puedo respirar ¿Qué es esto?-¡AYUDA!-Escucho una voz frágil e infantil gritar apagada por auxilio, un escalofrío me recorre la columna y se me comprime el corazón con brusquedad... Esa voz... ¡MIDORIYA! Mi pulso se aceleró violentamente mientras sin ser consciente de nada ya me encontraba corriendo rumbo a la voz.

Apenas si soy capaz de distinguir en donde piso y el eco de mis pasos me ahoga mientras jadeo agotado, parece que he caminado por horas y sin embargo no siento que me acerco nada a él-¡¿DONDE ESTAS MIDORIYA?!-Grito desgastando mi garganta y ante mi llega un horrible olor a sangre, mis rodillas tiemblan y caigo pesado al suelo, aplastado por una fuerza invisible, mis manos se resbalan en un líquido tibio y pegajoso.

¿Por qué te llamo Midoriya?

¿No somos ajenos todos a ese nombre? En especial tú...

Bajo inquieto la mirada y me paralizo. Sangre, mucha, mucha sangre ensuciando mis manos y ante mi un tembloroso niño de alborotados cabellos verdes que se retorcía presa de un dolor incalculable, el olor metálico característico mezclado con uno nostálgico y familiar que no era capaz de identificar me estremeció; pino, hierba húmeda, neblina y menta rociadas de miel... El aroma de Izuku... De Deku.

Ese es su nombre. Tu nombre ¿Dónde estoy? ¿Dónde estás tú?

Náuseas y escalofríos se acumulan rápidos en mi ser mientras me arrastro horrorizado hasta el tembloroso cuerpo de mi único amigo (Porque tengo a Shinso y Denver, pero contigo es diferente), y no le reconozco, es tan pequeño, tan frágil y delicado que parecía se rompería en miles de pedazos si le tocaba.

No, si lo conozco, sé quién es, es ese niño, el niño roto que existió antes de que Deku naciera como un reflejo de la frustración ante su condición. Es Izuku, un vestigio de tragedia y miseria que no tenía a nadie... Cuando todos éramos solitarios porque no nos habíamos encontrado aún.

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Los recuerdos de ser sumergido en las memorias más privadas del pecoso de pronto sacudieron el cuerpo de Shoto y la comprensión pareció iluminar su mente dispersa.

Sus ojos volvieron al frente, donde el inconfundible cabello verde revuelto de su amigo le saludo.

Las manos del con heterocromia temblaron con duda a escasos centímetros del joven más pequeño; su cuerpo tiritaba, se contraía y retorcía mientras jadeaba como en busca de alivio. Ante esto el joven de despeinados cabellos bicolor se sintió fragmentado en miles de trozos y pedazos desiguales, consumido por las dudas.

¿Qué le había sucedido a su amigo? ¿Quién se había atrevido a hacerle esto?

La ira y el odio sin dirección concreta crecieron voraces en él...

La violencia sólo genera más violencia y ese era un lenguaje con el que él ya estaba estrechamente relacionado.

Sin poder reprimir su temor el muchacho rompió en un llanto amargo y desgastado de la pura frustración que sacudía su sistema, con cuidado y miedo profundo a cada segundo de sus actos tocó al niño que se estremeció ante su tacto. Estaba frío, casi congelado, Todoroki se mordió el labio conteniendo una maldición mientras abrazaba al pequeño sintiéndose desdichado y miserable sin saber el porqué, entonces sus ojos agitados y enrojecidos chocaron de frente con los apagados y casi muertos del niño.

DekuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora