Cuando, donde y como el amor quiera

Capitulo 16: Simples espectadoras

- Calle no te estoy pidiendo que lo aceptes, lo vas a aceptar y punto. Además ¿qué te vas a usar mañana a la noche entonces? – preguntó Poché sonriendo picadamente.

- ¿Mañana a la noche? Mmm que yo sepa no tengo que hacer nada mañana a la noche – decía Calle mientras trataba de recordar sus actividades del día siguiente.

- ¿Segura? Porque la última vez que revise mi agenda tú y yo mañana a la noche tenemos una cita ¿Me ibas a dejar plantada? – preguntó la peliazul haciendo pucheros.

- Déjame entender, ¿me estás invitando a salir? ¿Y en vez de ponerte de rodillas y rogármelo lo exiges? – A esta altura Calle no podía abandonar el juego.

-Calle – Poché se puso de rodillas – Quieres que ruegue, lo hago, quieres que te lo pida cantando lo hago, quieres que te baile lo hago. Lo que quieras. Pero necesito que me dejes demostrarte que puedo contigo, que si hay alguien en este mundo que puede quererte como te mereces soy yo – Poché hablaba en serio las bromas en este momento estaban demás. Necesitaba esta cita.Calle levantó a la peliazul – no tienes que hacer nada de eso, sólo tienes que decirme a que hora pasas por mi – dijo la castaña sonriendo e hizo sonreír a la otra chica.

Poché agarró a Calle por la cintura y la apretó contra ella, acercó su boca a la de la castaña y murmuro – me gustas tanto que por ti me tiro de esta terraza – Calle pensó que se venía el beso pero Poché nuevamente la sorprendió – A las 8 pasó por ti nena – le dio un beso en la mejilla y empezó a caminar hacia las escaleras.

-Ayyy peliazul, peliazul, que vas a hacer conmigo – se dijo así misma la artista gráfica- Apagó las luces y se fue a su dormitorio. Esa noche estaba segura de que sus sueños no iban a ser mejores que la realidad que estaba por vivir.

Departamento de Calle – Al medio día

- Muy buenos días a todos y todas. Natalia, Vale que gustos tenerlas DE VUELTA en mi casa – Calle recién se levantaba, casi imposible le había resultado dormirse después de tanta cosa sucedida. -¿cómo está mi princesa y nueva estrella de rock? – Le dio un beso en la cabeza a su hija – Mamá, papá ¿encontraron a gusto la habitación? – preguntó a sus padres amablemente.

Los otros cinco se miraban como si del estomago de su amiga estuviera saliendo un Alien.

- Mami ¿estás loca, borracha o que? – preguntaba Beth.

- Otra vez con esa pregunta Beth, voy a tener que hablar con tu madre de eso – Calle evitaba las miradas que estaba recibiendo.

-Pero es que esta vez la niña tiene razón C, ¿qué tomaste? Tu recién levantada sonriendo no es algo fácil de dirigir. Parece que estamos en una dimensión paralela – Natalia era la más sorprendida con el cambio de su amiga. Demasiadas mañanas habían pasado juntas como para no conocer el humor de su amiga.

-¿Qué pasa? ¿Acaso una no puede estar contenta? Anoche fue una buena fiesta, mi hija me dedicó una canción...

- Poché también te la dedicó C. – Agregó Valeria

- Si mami, mamá fue la que eligió la canción. Dijo que ella nunca había visto un ángel pero que estaba segura de que eran igualitos a ti – contó Beth. Esta niña no se daba cuenta de la clase de comentario que decía. Entre los comentarios de Beth y las bombas no hay diferencias.

Los adultos se miraron entre si.

- Eeeeee... bueno, cómo sea, ¿acaso no puedo estar contenta? – preguntó Calle al resto de los presentes.

-Nooo – contestaron a unísono.

-Calle tu padre y yo vivimos 18 años contigo. No hubo una sola mañana, escucha bien, una sola mañana que te sacáramos una sonrisa. Ni cuando eras porrista, ni cuando fuiste punk, ni nada, sólo te levantabas, tomabas tu café y te ibas. O German ¿te acuerdas esa vez que casa me mata porque no había lavado su uniforme? – preguntó Mafe a su esposo