Capitulo 4: Mordida.

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  Cuando ingresamos al local la música a todo volumen inundó mis oídos, provocando un leve dolor en mi cabeza, ya que no estaba acostumbrado a ello.

-¿Estás bien?- me preguntó Juli por encima de la música, al ver que me había llevado una de mis manos a la cabeza.

  Yo asentí con la cabeza porque pocas ganas tenía de elevar la voz con la música aquella, que más que música parecía ruido para mis pobres oídos poco acostumbrados.

-¡Vamos allí!- me dijo señalando una mesa vacía- Estaremos más cómodos y no creo que la música llegue hasta allí.

-De acuerdo- le dije, pero tambien asentí con la cabeza para que mi amiga me entendiera y no me mirara con cara de “no te entiendo una mierda de lo que me dices” muy típica de ella.

-Voy a decirle a mi prima, tu quédate aquí- y dicho aquello, se acercó a su prima, quien se encontraba en la cola para poder pagar una de las tantas bebidas que tomaría aquella noche.

  Sonrió levemente cuando giró su rostro hacia mí y hacia la mesa que Juli le indicaba que estaríamos y hecho aquello, mi amiga se acercó a mi lado y me tomó de la mano arrastrándome hasta la mesa desocupada para que nadie más la tomara.

  La música se escuchaba un poco menos, pero no era que se podía hablar tranquilamente como a mí me hubiese gustado.

-Y dime, ¿Cómo te está yendo?- me preguntó mi amiga acercándose un poco más a mí para que pudiéramos hablar sin estar a los gritos.

  Me encogí de hombros.

-Bien, supongo.

-¿Te sigue doliendo las piernas cuando te levantas?

-Solo un poco. Ya de a poco me va doliendo menos, pero mi madre no quiere decirme que no podré volver a correr. Supongo que la destrozaría más aun el saber que yo lo sé aunque no fue por su parte.

-Lo raro aquí es que te lo tomes tan bien- comentó mi amiga levantando una de sus cejas.

-No es que me lo tomé bien. No creas que me encantó saber aquello- le dije mirándola con cara de pocos amigos- Pero pudo haber sido peor.

-¡Siempre tan positivo!- exclamó y palmeó con una de sus manos mi espalda- Nunca cambias.

-Solo soy realista de que pudo haber sido peor. Incluso pude haber muerto.

-Pero no lo hiciste- dijo con tono algo enojado porque el tema de la muerte no le gustaba en absoluto a mi amiga.

  La prima de Juli y dos de sus amigas se acercaron a la mesa con varias bebidas en las manos y nos dejaron a cada uno dos bebidas que nos dijeron debíamos de probar.

  La verdad era que pocas ganas tenía de tomar algo, y menos aún alcohol, el cual me caía como una bomba con el simple hecho de olerlo. Era un pésimo bebedor y siempre lo sería, pero aun así lo acepté sin rechistar.

  Pasadas un par de horas, Juli me insistió en ir a bailar un poco con ella porque se estaba aburriendo y además, según me había dicho se encontraba el chico de colegio que le gustaba, del cual, ni enterado estaba y no lo había visto.

  Bailamos pegados, ya que las personas a nuestro alrededor nos empujaban para poder tener ellos más espacio y sin que me lo esperara, Juli colocó sus brazos por detrás de mí cuello y acercó su rostro al mío.

-¿Qué haces?- le pregunté algo extrañado y sorprendido mientras la separaba.

  Comenzó a reírse como una desquiciada y supe allí que ya estaba fuera de sus cabales. Rodé los ojos y la acompañé hasta la mesa para poder tomar sus pertenencias y así poder irnos y dejarla en una cama para que descansara, al igual que yo quería hacerlo con muchas ansias, pero en mitad del camino una persona llamó mi atención.

-Espérame aquí- le dije a Juli una vez llegamos a la mesa y la dejé sentada en una de las sillas para ver si mi vista no había dado una mala pasada, pero no. Esta allí. Era él. El profesor de historia.

  Estaba hablando con un hombre fortachón que estaba vigilando una puerta. Ambos hombres asintieron y el profesor entró.

  ¿Qué hacía el profesor de historia en un lugar como ese?

  Me acerqué al grandote, quien me miró con cara de asesino serial.

-¿Qué hay ahí dentro?- le pregunté aunque sabía que no me contestaría.

-Nada que te interesa renacuajo. Lárgate- gruñó.

-¡Que modales!- exclame y me voltee para poder irme, pero choqué contra una persona más alta que yo.

  Elevé la vista, encontrándome así con un hombre un poco más grande que yo, de cabellos azabache al iguales que los del profesor, pero poco captaron mi atención aquellos cabellos, sino que lo hicieron esos ojos grisáceos- plateados. Hermosos.

-¿Necesitas algo? ¿Buscas a alguien?- me preguntó con una sonrisa lasciva.

-Solo… solo…

-¿Estabas interesado en Nicklauss- preguntó.

-¿Cómo… como sabe el nombre de mi prof…?- mi pregunta se quedó atorada en mi garganta cuando me di cuenta que no hacía nada bien en preguntarle aquello a un extraño.

-Así que Klauss ahora da clases- comentó el hombre con una sonrisa y rodeó mi hombros con una de sus manos- Y dime pequeño… ¿Qué más sabes de mi hermanito?

-¿Herman…?- pero no pude terminar mi pregunta, incluso sentía como el aire se me iba de los pulmones cuando los labios de aquel hombre chocaron contra los míos.

  Comencé a retroceder, hasta que choqué contra una pared. Una necesidad, una sed de aquello comenzó a apoderarse de todo mi ser y el hombre que se estaba apoderando de toda mi boca sonrió al notarlo.

  Comenzó a repartir besos por mis mejillas, por mis orejas y yo sin poder siquiera reaccionar y solo… sentir como pequeños jadeos se escapaban de mis labios, hasta que… llegó al cuello.

  Un fuerte dolor  comenzó a recorrer todo mi cuerpo procedente de aquella zona en la que aquel hombre me estaba mordiendo. Si mordiendo.

  Quise sacarlo de encima de mí. Quise alejarlo, pero sentía como poco a poco iba perdiendo la consciencia, hasta que sin darme cuenta, todo se esfumó, quedando solo atrapado en una negrura de la cual no sabía si lograría salir.

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Muejejejejejejejejejejejeje Dany ya fue mordido y no por cualquier vampirito XD jajajajajajajaja

¿Qué pasará ahora? Mmmmmmmm............ No sé XD jajajaajjajj

Black Beauties: RED LIGHTS [TERMINADA]Onde histórias criam vida. Descubra agora