Black Beauties: RED LIGHTS [TERMINADA]

Capitulo 2: El nuevo profesor de historia

  A la mañana siguiente me levanté con pocas ganas de siquiera ir a desayunar, pero aun así me obligué a levantarme y seguir adelante, porque no quería volver a esos días en los que prefería quedarme acostado sin hacer nada y preocupar a toda mi familia. Así que me fui a bañar para poder despejarme un poco y para que el dolor de espalda que tenía pasara un poco y cuando me sentí lo suficientemente bien como para poder continuar, salí de la ducha, encontrándome en el pasillo a mi hermana.

-¡Sasha!- le dije con una leve sonrisa- Buenos días.

-Hola hermanito- me dijo despeinándome un poco el cabello mientras me sonreía.

  Sasha y yo teníamos la misma altura, y aunque nos llevábamos un poco más de dos años, ella me trataba como si fuera el menor de la casa. Aunque no era la única que hacía aquello.

-¿Cómo despertaste? ¿Te duele algo?- preguntó algo un poco más seria.

-No, no.

-Pero tienes ojeras- me contestó llevando sus manos a mis mejillas.

-No he dormido muy bien eso es todo- le contesté con una sonrisa- Será mejor que me siga preparando, no quiero llegar tarde.

-De acuerdo. Yo tambien me tengo que preparar y…- miró su reloj-¡OH MIERDA!- exclamó encerrándose así en el baño y yo riéndome por lo bajo por la cara que puso al ver su reloj.

  Seguí mi camino hasta mi dormitorio, cuando tambien en el pasillo me crucé con mi hermano.

-¡Oh!- exclamó mirando con una leve sonrisa, la cual, como siempre no le llegaba a los ojos- ¿Cómo estás?

-Bien ¿y tú?

-Bien bien- me contestó mostrando nuevamente esa falsa sonrisa- Va a ser mejor que ayude a mamá en el desayuno.

-B- lo llamé, ya que siempre lo había llamado así porque su nombre era Brandon.

-¿Qué sucede?- me preguntó mientras se volteaba para verme desde el segundo escalón contando desde arriba de la escalera.

-Sabes que… ya debes de dejar de sentirte culpable por lo que pasó. No fue tu culpa- intenté decirle firmemente, pero mi voz en un punto se quebró, haciéndolo sentir mal, y como rebote, haciéndome sentir mal a mí, porque aunque sabía que no tenía la culpa, él había estado manejando en aquel momento.

-Voy… a ayudar a preparar el desayuno- fue lo unico que dijo antes de voltearse e ir a la cocina para ayudar a nuestra madre.

  Yo suspiré pesadamente y continué mi camino hacia mi habitación, donde terminé de cambiarme porque me había olvidado la remera que quería ponerme y luego, antes de bajar a desayunar, tomé una campera liviana para no tener frío.

-Hola hijo- me saludó mi madre mientras me sentaba en la mesa junto con mis hermanos que habían terminado de poner la mesa.

-¡Pareces una bruja con los cabellos así Sasha!- le dije mientras comenzaba a reírme y ella me miraba con cara de pocos amigos.

-Es que nuestra madre querida- la miró de reojo- Me sacó a patadas del baño para terminar de poner la mesa y desayunar.

-Sabes hija que te llevare en coche a tu colegio, así que no molestes a los demás que tienen menos tiempo que tú para arreglarse- le contestó mientras se sentaba y así estábamos todos en la mesa, junto con nuestro padre, quien llegó minutos después cuando casi todos ya habíamos terminado.

-¿Tienes turno nocturno hoy?- le preguntó B a nuestro padre mientras se sentaba con cara de sueño porque había estado toda la noche trabajando.

-Sí. Toda esta semana porque estoy cubriendo a un amigo, pero ya la semana que viene termina por suerte- dijo cansado y le sonrió levemente a mi madre quien se encontraba a su lado.

-Eso espero porque así nunca podemos pasar tiempo juntos- le dijo ella con un leve puchero en los labios, lo que provocó que mi padre riera con un poco más de ganas y le diera un leve beso en los labios.

-Lo siento bebe. Pero prometo que ya la semana que viene me tendrás todo para ti- le dijo mientras ambos se sonreían con dulzura.

-¡Ay! ¡Ya paren de tirar tanta dulzura que recién comenzamos el día!- exclamó Sasha tapándose los ojos mientras que todos nos comenzamos a reír.

-Me voy- grité luego de tomar la mochila y tambien las llaves de casa la cual siempre las dejaba dentro de un pequeño cuenco que teníamos apoyado en una pequeña mesa a lado de la puerta para no perderla.

-De acuerdo hijo. Suerte y mándale saludos a Juliana.

-Si mamá- le dije y salí sin siquiera esperar a mi hermano quien iba hacia la misma dirección que yo, porque siempre terminaba alcanzándome por lo lento que caminaba.

  A mitad de camino me alcanzó, pero como siempre el camino hasta mi colegio, ya que quedaba más cerca, fue en puro y absolutamente silencio, lo cual no siempre me agradaba y aquel día no lo hacía.

-Nos vemos luego- me dijo mi hermano volteándose para poder irse.

-B…- comencé y desvíe la vista de los ojos de mi hermano.

-¿Qué sucede?- preguntó al ver que yo no continuaba con lo que iba a decirle.

-N…Nada… nos vemos.

-De acuerdo. Te paso a buscar por la tarde ¿sí?

-Está bien- le contesté asintiendo con la cabeza y él me saludó con su mano alejándose de mí.

  Entre al aula donde teníamos clase y vi que Juliana se encontraba sentada como siempre en su banco al lado del mío, la saludé con la mano y me senté a su lado.

-Hola compi- me dijo con una sonrisa en el rostro mientras sacaba mis apuntes para poder comenzar con el pie derecho con aquella asignatura la cual no me agradaba mucho.

  Un hombre de unos veinte y pocos entró al salón y todos se sentaron y callaron. Llevaba un traje negro, camisa del mismo color, corbata roja y unos pantalones del mismo color que el saco y la camisa. Su tez blanca resaltaba y más lo hacían sus ojos grises-plateados muy raros. Era… como una escultura griega, hermoso, llamativo y con un aura completamente interesante, pero tambien algo oscura.

  Giré mi mirada hacia mi amiga y levanté una de mis cejas. Ese no era el profesor que yo recordaba. Un hombre regordete, de unos cincuenta y muchos, con un mostacho lo suficientemente desagradable y para nada higiénico para los que se sentaban delante de todo.

-Vino hace unos días- me dijo con una sonrisa- A que es guapo ¿no?- se rio.

  ¿Guapo? Guapo hasta le quedaba corto. Era un jodido modelo sacado de una de las mejores revistas del mundo.