Ya los había interrogado con anterioridad, demostrando la completa falta de buen juicio de la que ambos padecían, venían de una familia pirata que se aislaron del mar tomando una isla para ellos y aunque no a todos les pareció estar muy desacuerdo con la decisión, se fueron a tierra de todas formas, pero por lo mismo a las nuevas generaciones no se les enseñaba el arte de la piratería, i la navegación, nada que les permitieran salir de la isla y así evitar de esa forma que se reintegraran al mar.

Cosa que resulto en un garrafal error de grande proporciones, los más jóvenes se amotinaron contra sus familias y se fueron al mar sin ninguna preparación o conocimiento previo, ocasionando que fueran atrapados más rápido de lo que se puede decir tormenta, y que cambiaran información secreta de sus conocimientos mutuos para que los liberaran del castigo, por consiguiente perdieron a tortuga por culpa de un montón de mocosos descerebrados, sin duda crímenes suficientes para mandarlos a la orca, pero... era su familia la que hacía valer las leyes, los llevaría a la mesa del diablo junto a la familia que ya había sido notificada, solo era cuestión de tiempo.

Llego hasta la cárcel de la isla, una casa con barias jaulas individuaos, camino hasta el mal llamado capitán y a dos jaulas de instancia su asustada mujer, podían verse, halarse consolarse pero no tocarse, algo que había aprendido podía llegar a ser mucho más doloroso que las torturas, y eso facilitaba mucho las cosas para todos después de todo él conocía muy bien que se sentía ese dolor y sin duda había aprendido a usarlo como arma.

- Bien mi estimado y joven capitán – espeto con burla el titulo – que tal si continuamos nuestra amena conversación.

- Púdrete – gruño en un arranque de valentía Reiner

- Hablaras con migo niño y de buena manera – dijo seguro - si te llegas a reúsas o a intentar hacerte el listo con migo, él – señalo al aterrado doncel – pagara todas las consecuencias de tus actos, a ver si así te hacemos hombrecito.

- No te atreverías – tartamudeo inseguro y con algo de miedo.

- ¿quieres apostar? – lo miro directamente a los ojos sin ninguna emoción en ellos complaciéndose al ver temar al chico – porque me encanta apostar, siempre gano.

Reiner prefirió no arriesgarse más de lo debió, ese hombre parecía ser capaz de hacer cualquier cosa y no permitiría que le hicieran nada a Bertolt después de todo era él quien lo metió en todo ese embrollo, sabía que los marinos de Rose respetaban a los donceles pero ¿los piratas lo harían? No quería conocer la respuesta.

- ¿Qué quieres saber? – pregunto dudoso

- Vez que no fue tan difícil muchacho - y con es el interrogatorio continuo.

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Podía ver la "orilla" de la isla de enfrente desde su posición en tierra, estaban en un conjunto de pequeñas islas que se utilizaban para el comercio de diferentes mercancías de distintos lugares, donde la tierra disponible era llenada de todo lo que se vendía, comida en reserva, diferentes tipos de animales, telas, ropa, joyería, todo muy llamativo. En el lugar solo contaba con un puerto lo bástate grande para barcos de carga, veleros y fragatas, el resto del paseo era solo a barcaza ya que los canales eran muy estrechos para barcos de mayor tamaño, tenían que conseguir provisiones para seguir su camino hasta la mesa del diablo.

Después de ya haber estado en tantas islas diferentes a lo largo del mar Mikasa comenzaba a considerar que lo extraño que eran los tres continentes que existían, con todas esas reglas y prohibiciones para con las personas que habitaban en el lugar reglándolas para que tenga determinadas actitudes, y las islas más cercanas ocurría casi lo mismo, mientras que en las islas que estaba más mar adentro todo era más fácil para vivir y con menos presiones.

Aun así tenía que estar atenta al barco si se descuidaba Annie la dejaría en ese lugar sin dudarlo, pero se podría decir que comenzaba a llevarse "mejor", en algunas ocasiones demasiado bien para el gusto de personas aristocráticas, y eso era lo más complicado porque su carácter fuertes ambas querían dominar la otra lo cual solo terminaba en peleas o en resultados muy subidos de tono que las dejaba acaloradas, sonrojadas, medio desnudas y muy enojadas al no conseguir que la contraria cediera.

Caminaba por las apretadas callejuelas del lugar mirando algunas de las cosas que vendían, cuando a lo lejos vio a una persona que creyó que nunca más volvería a ver en su vida, el capitán Erwin Smith estaba a unas tiendas más delante de ella, acompañado de su inseparable segundo Mike, eso si podía asustara ese hombre era un perro y podría encontrarla aun que no lograra verla, se escondió detrás de unos barriles llenos de hierbas aromáticas con la esperanza que el olor de las hierbas disipara el suyo y con algo de suerte podría lograr oír la conversación de ambos hombres solo tenía que ser discreta, si podía.

- Ya se está acabando el tiempo es hora de volver a casa – dijo tristemente Mike cuando pasaron cerca de ella, así que se decidió a seguirlos.

- Emprenderemos el camino de vuelta a María a penas zarpemos – la voz le temblaba parecía que en cualquier momento se echaría a llorar – estaremos pendiente mientras volvemos podríamos tener un golpe de suerte y encontrarlo.

- Se mantendrán los ojos abiertos – aseguro Mike – pero sabes tan bien como yo que el mas es muy grande y las posibilidades son muy pocas.

- Aun así siempre podemos encontrarlo – parecía enojado o tal vez impotente ante la situación – Eren

- Buscar a un príncipe que no quiere ser encontrado es una pérdida de tiempo – hablo la pelinegra a sus espaldas.

- ¿Mikasa?

Ambos hombres estaban sorprendidos y extrañados verla en ese lugar les daba esperanza con respecto al paradero del príncipe, pero al verla mejor no parecía la misma chica que habían conocido en sus ojos algo había cambiado y era difícil de encontrar y esa sonrisa socarrona, definitivamente no era la misa persona que tanto habían vivido para cambiar tanto, Erwin se preocupo si esa chica que era muy ruda había terminado así que podría haberle pasado al amable príncipe, necesitaba respuestas y las obtendría. 

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Como sabrán Venezuela tiene serios problemas eléctricos, y que actualmente estamos la mayor parte del tiempo sin energía eléctrica lo cual dificulta todo, en especial para los barrios que es donde hay más cortes y es complicado escribir publicar y todo eso.

Estoy haciendo lo que puedo cuando llega la luz pero son escasas las horas, y no sé cuánto tiempo baya a durar (en el noticiero dicen un año), estoy escribiendo en papel y luego lo paso pero igual es tardado, ere lo que pueda pero ahora más que nuca necesito paciencia de su parte.

Nos leemos.

En el marWhere stories live. Discover now