Capítulo I

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Mi vida en la pequeña Texas no era muy agradable de lo que uno puede pensar. Mi vida en esa escuela era un caos terrible, los chicos de grados inferiores

me hacían lo que ahora se puede llamar "Bullying", y sufría mucho ya que me había declarado Gay. Había un chico llamado Michael, el era una persona muy especial ya que me entendía como nadie en el mundo. Sus padres no sabían nada sobre su elección sexual, cuando ellos se enteraron, lo sacaron de la escuela y lo inscribieron en una escuela de militares, para corregirlo de esa maldita elección.

De pronto caí en una profunda depresión ya que sin Michael no iba a ser lo mismo.

Un día normal como cualquier otro, después de estar soportando las bromas hacia mi, a la salida de la escuela me tomaron por sorpresa y comenzaron a golpearme, en ese momento creí que moriría como siempre lo había soñado desde el maldito día que entré a esa escuela. Me salvo un chico el cual no conocía, pero lo había visto en mi escuela trabajando como secretario.

Llamaron a mis padres y les comunicaron de lo que ocurrió esa tarde, recuerdo a ver estado en el hospital unos 9 días ya que los golpes que me proporcionaron los "matones" si así se les podría decir, me podrían a ver matado. Ese mismo día, luego de llevarme hasta el hospital, mis padres me sacaron de esa escuela y nos mudamos a George Town, luego de a ver salido del hospital.

La llegada a esa hermosa ciudad fue un poco patética ya que mis moretones me impidieron poder descansar en el vuelo, y me había quejado todo el maldito viaje hacia mi nueva ciudad.

Llegar unas semanas antes a la "nueva casa" fue fantástico ya que podría conocer un poco la ciudad y poder conocer personas nuevas, hablando de este tema, no me consideraba una persona muy amigable, ser tímido te cierra algunas puertas hacia las nuevas amistades.

No puede ser, había pasado 2 semanas desde mi llegada a George Town y en 2 días comenzaba la escuela por dios, estaba emocionado y a la misma vez podía sentir el escalofrío en mi espalda al recordar lo que me había sucedido en la antigua escuela. Ya era domingo y eran las 4 de la madruga y me encontraba sentado enfrente al computador hablando por video chat con mis mejores amigas:

*Ana, una chica la cual le gustaba mucho hacer bromas y pasar el tiempo leyendo novelas.

*Agustina, en un grupo de amigos nunca falta la chica aplicada que siempre tenía 10 en sus notas.

*Valentina, la chica callada, pero cuando hablaba siempre decía algo sabio para reflexionar.

*Nerina, la chica que siempre hacia las tareas y nos ayudaba en ellas.

*Martina, nunca faltaba la chica la cual cantaba todo el tiempo, era un karaoke vivo.

-¿Qué hacen chicas?.

-Nos reunimos a pasar la noche -Exclamo Ana comiendo una rebanada de pizza.

-Las extraño chicas -Solté sollozando una lágrima falsa.

-*Rieron* Nosotras también Shane.

-Chicas me temo que iré a dormir, miren la hora que es.

-Ve ve a dormir, luego hablaremos Te queremos.

-Yo también las quiero chicas.

-Adiós -Dijeron en un coro.

-Adiós.

Debía admitir que amaba a estas chicas con todo mi corazón.

Logre levantarme a las 17:48 de la tarde ya que debía ordenar mis cosas para el primer día de escuela.

Mi madre grito para que bajara a comer. Creo que demore al menos unos 10 en la mesa y luego subí corriendo hacia mi habitación, antes de dormir revise por enésima vez mi mochila, controlando las cosas para no olvidar nada.

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Mi maldito despertador sonó a las 6:49 de la mañana, me levantaba temprano para poder ducharme y desayunar.

Mierda ¡El día llego! Dije en mi mente tratando de forzar una mínima sonrisa al mirarme al espejo, al cual me encantaba estar enfrente de el por horas.

Camine las 3 cuadras hacia mi escuela, por cierto mis padres trataron de mudarse lo más cerca posible de mi escuela ¿Habrá sido por mi culpa? No lo sabía pero algo podía suponer.

Podría decir que mi vida había cambiado sólo un poco pero no, en mi nueva escuela había un chico que me había tomado como su principal objeto de maltrato, su nombre era Stefano. Su intento de hacerse amigo mío, fue para poder luego de eso tomarme como idiota y hacerme lo que el quería. No me agradaba decir esto pero creo que lo odiaba al mismo tiempo que pensaba que era lindo ¡¿Porqué mierda me pasaba esto a mi?! Siempre me pasaba lo mismo con los chicos que me molestaban.

Odiaba lo que Stefano me hacia pero a la vez agradaba su mirada cuando me veía, amaba decir en mi mente: "Me sentaría y te vería por todo el día sin cansarme de ti"...

Podía ver en su mirada que algo muy oscuro guardaba dentro de el pero, ¿Pero cuál sería su gran secreto?.

Trataría de averiguar cual era.

Lo Imposible, es Posible (Historia Gay)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora