Cuando era pequeña mi padre me contaba historias sobre el mundo humano, lo muy distinto que era del nuestro y sobre que tan dañinas son las personas que viven allí.
El como si eras un niño mal portado te enviarían a quedarte una semana allí por castigo. Por eso siempre preferí no llevarles la contraría a mis padres.
Pero cuando entré en la etapa de la adolescencia empecé a cuestionarme la posible existencia de este supuesto planeta tierra.
Quiero decir, sonaba absurdo el como en ese lugar los peces debían limitarse a estar en el agua o el que ningún animal tuviera un parentesco directo con alguno de ellos.
¡Siquiera tenían poderes de guardianes!
Aunque lo más absurdo era el hecho de que una vez que morían, simplemente dejaban de existir.
Pero creo que lo más curioso de esto es que gracias a nuestra tradición me dieron la posibilidad de comprobarlo por mi misma haciéndome tragar mis propias palabras.
Cada vez que un guardian cumplía los dieciséis años tenía la oportunidad de explorar el mundo humano para ganar experiencia, pero claramente habían reglas.
Una de ellas era no revelar nuestra verdadera apariencia, iríamos en forma de animales por distintas partes del mundo.
Y la segunda era no relacionarnos con ningún humano, no importa la situación. Nadie aseguraba nuestro regreso si lo hacíamos, si con suerte volvíamos pero descubrían nuestra impuresa muy probablemente seamos desterrados.
Así que, adivinen de quién es el cumpleaños número dieciséis hoy.
ŞİMDİ OKUDUĞUN
leben und tod; pjm
Hayran KurguEra tan amable, al punto que rozaba mi propia estupidez. Pero podría afirmar, y hasta diría jurar que no me arrepentía. Así lo quería y siempre que sea por ti lo haría.
