Capitulo 4

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" Los Badalyan "

El hermano mayor de Lía me arrastra hasta llegar a la parte trasera del edificio.

La zona de embarque.

- Perdón... - susurro.

- Ella era infeliz de todos modos, solo la hacían sufrir, ya no sufre... Te lo agradezco.

No puedo creer que agradezca que provocará la muerte de su amiga y hermana adoptiva.

- Esto es lo único que puedo hacer - coloca un brazalete alrededor de mi muñeca este lleva el número 027.

- ¿Que estás haciendo? - pregunto al ver cómo guarda mi brazalete anterior.

- Te llevaré al yate de esta noche, se irá del puerto, tu único propósito es pasar desapercibida como una de las prostitutas que llegaron allí, que no te bajen de ahí Andrea.

- ¿ Que pasa si me encuentran ?

- Planean torturarte a media noche en medio del cambio de personal, te matarán antes de tu entrega mañana.

- Pero... Me vendieron por miles de...

- Aquí les vale la lealtad, están buscando venganza por lo que hiciste...

Me guía entre unas bodegas hasta entrar en una gran caja de vinos. Estuve allí hasta que él logró transportar la caja hasta el barco, no tuve ninguna apertura en donde se podría ver, en el momento en que estuve en la bodega del barco luego de que le pidieran al hermano de Los salir. Abro la tapa de tablas de madera y salgo. Mi única salida fue un pequeño pasillo con escaleras que llevaron a una cocina, allí tome una copa con líquido naranja que estaba sobre una bandeja, eso junto a unos lentes oscuros. Debía pasar desapercibida. Salgo de la cocina hacia un costado del barco, un largo pasillo cuya vista era el amplio mar de aguas oscuras. Se podría escuchar la música proveniente de la popa o zona más amplia donde la fiesta de ricos estaba en su punto más alto, siento una mano alrededor de mi cintura, mi cuerpo salta en su lugar y giro para maldecir.

Un señor de pelo blanco y ojos rojos me sonríe, claramente no está en sus cinco sentidos, habla hacia mí oído en un idioma que desconozco totalmente. Hace un sonido desagradable antes de hacerse a un lado y vomitar mientras se sostiene de la barra del barco. Veo el cigarillo entre sus dedos y no dudo en tomarlo y alejarme de él.

Para evitar que me siga camino entre un pasillo con diversos acuarios, creo que un yate era mucho más pequeño, esto parece un barco de crucero.

Entro a la habitación más sola y semi oscura. Es un cuarto de billar iluminado por dos luces tenues de color naranja. Agradezco internamente que no halla nadie aquí.

Me quito los zapatos de tacón y acomodando el vestido, me siento sobre una de las mesas mientras observo los palos y diversas pelotas, empiezo a ordenarlas para distraerme.

- ¿Qué haces aquí? - habló una voz desde algún lado de la habitación. Al fondo una puerta. Por el tono fuerte es más que notorio que es un hombre.

- Yo... Estaba organizando esto...

- ¿A quién acompañas? - pregunta como si esa fuera forma de identificarme.

- Eso a tí no te importa.

- ¿Qué acabas de decir? - sus pasos se acercan saliendo de la oscuridad, definitivamente es un hombre, me digo al ver su alta estatura grandes hombros y pelo a la altura de su oreja y con el largo suficiente como para cubrir un poco sus gruesas cejas.

VodkaWhere stories live. Discover now