5. Una aguja en un pajar

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Al llegar a su departamento y darse cuenta de que Michiru no está, Haruka comprende que esta vez sí debe estar muy molesta... y obviamente cualquiera en su lugar lo estaría.

Con la cabeza hecha un lío y el corazón latiendo al mil, la rubia toma de nuevo su motocicleta para ir a buscarla a los lugares que suele frecuentar y a los que acostumbra ir cuando está triste o enojada.

Así, Haruka va al acuario, al parque, a su cafetería favorita, a la alberca del gimnasio, al puente desde donde se ve el mar... Y nada.

Finalmente, como un rayo de esperanza se le ocurre ir al departamento de Setsuna, esperando y rogando por encontrarla ahí. Así que se apresura y en cuanto llega empieza a tocar el timbre con insistencia.

-Hola, Setsuna... ¿has visto a Michiru? - pregunta Haruka alterada en cuanto su amiga le abre la puerta.
-Hasta que apareces, Tenoh... - responde la peliverde lanzándole una mirada fulminante
-Por favor dime si Michiru está contigo.
- ¿Dónde demonios te metiste todo el día y toda la noche?
-No estoy para interrogatorios, respóndeme, por favor.
-Sí, la vi en la madrugada cuando vino aquí desesperada por no saber de ti.
-¿Está aquí? Imagino que no querrá verme, pero por favor, necesito hablar con ella.
-No está aquí, pero pasa, dejó algo para ti.
-¿Entonces dónde está?
-No lo sé... Haruka, ¿dónde estuviste? - preguntó Setsuna haciendo una expresión de desagrado cuando la rubia entró y se encontró más cerca de ella - apestas a cigarro y alcohol... Me imagino que estuvo muy buena la fiesta.
-Setsuna, en serio, no estoy para sermones. Necesito encontrar a Michiru.
-Pues, suerte con eso - respondió Setsuna con la seriedad que siempre la ha caracterizado - toma - dijo entregándole el sobre - ella dejó esto para ti...

Haruka abrió con desesperación el sobre y sus ojos se desorbitaron con lo que leyó en aquella carta.

"Haruka... Para cuando recibas esta carta yo ya estaré muy lejos. Me voy porque creo que ha llegado el momento de dejarte en libertad. No quiero que sigas sintiéndote atada a mi, si lo que en realidad deseas no es estar conmigo. Llevo mucho tiempo siendo paciente, tratando de confiar y de creer, y esperando que por tu propia voluntad seas quien decida volver a mí. Pero hoy descubrí que eso no va a pasar y ya no puedo más. Hoy llegué a mi límite y ahora sé que algo se ha roto entre nosotras, quizás no he sido suficiente para ti, o tus motivos tendrás, pero yo ya no quiero continuar sintiéndome de esta manera. Así que sé libre y sé feliz con quien has elegido. Yo me llevo el recuerdo de todos los momentos maravillosos vividos a tu lado y te agradezco por ellos. Ten presente que aunque no me veas, siempre estaré pensando en ti y deseando lo mejor para ti. Y si alguna vez me necesitas, búscame en tus sueños, que yo te esperaré en los míos; encuéntrame en nuestro más grande anhelo y en el recuerdo de aquella noche estrellada, a la orilla del mar. Siempre tuya, Michiru".

-No puede ser... - y ahora la que lloraba desconsolada era Haruka - ¿por que, Michiru?
-¿De verdad no sabes por qué, Tenoh? - preguntaba Setsuna con frialdad - si la hubieras visto como yo la vi anoche, entenderías perfectamente por qué... Con tus mentiras y tu cinismo lograste apagar su luz, hiciste pedazos su corazón, un corazón puro y enorme que todo este tiempo había sido sólo para ti. Y a la primera que hay problemas, ¿qué haces tú? Vas y te revuelcas con otra - La rubia sabía que, aunque sus palabras eran muy duras, Setsuna tenía razón, así que se limitó a escuchar en silencio y con la mirada baja - Haruka, acabas de perder a una mujer excepcional y maravillosa por una estúpida aventura y por actuar según tus más básicos instintos, sin pensar en las consecuencias de tus actos... Ah, y antes de que preguntes: no sé a dónde fue y no, ni creas que voy a quebrantar las reglas para ayudarte a encontrarla.

Haruka salió de ahí sin decir nada, cabizbaja y sintiéndose el peor ser de todo el universo. Estaba desesperada, pues sin una sola pista de por debería empezar, no tenía ni idea de dónde ir a buscar a su sirena.

Ni siquiera sabía si seguía en la ciudad, si estaba en el país o se había ido al extranjero... O peor aún, si el dolor la había hecho cometer alguna locura. "No, Michiru es muy fuerte y muy entregada a su misión, ella no haría algo así, porque sabe que la princesa la necesita", pensaba Haruka para darse esperanzas.

Después de caminar por inercia y sin rumbo, pensó en ir a buscar a Rei al templo, quizás con el fuego podría darle algún indicio, o al menos ayudarle a saber que Michiru estaba bien.

Así, ella que estaba acostumbrada a hacer todo por su cuenta y sin pedir la ayuda de nadie, debió tragarse su orgullo para ir y pedir ese favor.

Después de ir a su casa para darse un baño rápido, esperando que eso le ayudara a calmar la resaca que la estaba matando, Haruka se dirigió a toda velocidad al templo Hikawa.

-Haruka... ¿qué ocurre? - preguntó Rei consternada al ver llegar a la rubia alterada y con una expresión que denotaba tristeza, preocupación y arrepentimiento.
-Rei, necesito de tu ayuda - respondió Haruka en un tono suplicante.
-Claro, pero pasa y dime qué ocurre para que estés así de intranquila, y en lo que esté en mis manos ayudarte, por supuesto que lo haré - para la pelinegra resultaba de lo más inusual ver en un estado tan vulnerable a aquella rubia que siempre se mostraba fuerte y llena de valentía.
-Es una larga historia de la que preferiría no hablar ahora... en pocas palabras, hice una estupidez, Michiru se enteró, se enojó muchísimo y se fue sin decirle a nadie a dónde... - Rei la miraba sorprendida por su relato, pues si ella conocía a alguna pareja que parecía inseparable, esa era la de Haruka y Michiru - ¿crees poder ayudarme a encontrarla? - preguntó Haruka buscando en los ojos violeta de Rei la esperanza que en esos momentos tanto necesitaba.
-No puede ser... lo lamento mucho, Haruka. Y la verdad es que mi poder de adivinación no es tan grande, pero veré qué puedo hacer. Acompáñame a la capilla del fuego.

Luego de encender el fuego y realizar los rituales correspondientes, Rei le pidió a Haruka que se sentara junto a ella y se concentrara en mantener en su mente a Michiru mientras ella establecía la conexión con el fuego sagrado.

De pronto, luego de unos minutos de meditación, Haruka notó que la pelinegra estaba llorando y eso la preocupó, pues pensó que quizás algo malo le había ocurrido a Michiru.

-¿Qué pasa, Reí, por qué lloras? - se animó a preguntar cuando vio que la chica daba por terminado el ritual.
-Perdón - respondió ella secando sus lágrimas - los sentimientos de Michiru en este momento son tan intensos, que pude sentirlos como propios - la rubia la miraba expectante - como te dije, con esto no puedo saber dónde está, lo que sí puedo decirte es que su alma y su corazón están sufriendo mucho, tanto que pude sentir lo profundo de su dolor y su tristeza como si fueran míos. Y además, percibí su enorme necesidad por saber de ti, por tenerte cerca... No sé lo que haya pasado, pero ella te ama, Haruka, siente por ti un amor inmenso e incondicional, y te extraña, parece como si sintiera que la has abandonado.
-Gracias, Rei - respondió la rubia entre lágrimas - ahora sé que debo esforzarme por encontrarla y nunca más volver a perderla, y aunque no tengo idea de por dónde empezar a buscar, no me rendiré hasta dar con ella y recuperarla.
-¿Y no hay algún indicio que te diga a dónde pudo haber ido? ¿Algún amigo, familiar, algo que alguna vez te haya dicho?
-Ella no tiene familia y que yo sepa sus únicas amigas son ustedes, con Setsuna es con quien es más cercana, pero ni a ella le dijo a dónde iría... o no me lo quiere decir... me odia por hacerla sufrir y no la culpo, me he portado de la peor manera.
-Haruka... no sé cómo más ayudarte, pero cuenta conmigo si requieres apoyo o si necesitas hablar.
-Gracias...
-Y trata de pensar como ella, ustedes se conocen bien y tienen una conexión muy especial, a lo mejor de alguna manera te dejó alguna pista, piensa a dónde iría ella a refugiarse si se siente sola y herida.
-Ella sólo me dejó una carta, pero no dice nada en específico... es siempre tan misteriosa. Pero volveré a leer teniendo en cuenta tus palabras... gracias.

Búscame en tus sueñosWhere stories live. Discover now