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Otra tarde de primavera, pequeñas gotas de lluvia empezaban a caer, una leve neblina podía verse desde el octavo piso de aquel viejo edificio de apartamentos.

En la habitación 104 a oscuras con música lúgubre y un cigarrillo él se preparaba para salir, la lluvia había cesado y a tres cuadras en uno de los callejones estaba su lugar recurrente.

Habiendo llegado ahí miró a su alrededor sin ganas de beber pero aún así bebiendo, entregándose al olvido de sus miserias aquel joven se lamentaba.

Uno.
Dos.
Tres.

Empezaban las risas.

Uno.
Dos.
Tres.

Los mareos incrementaban.

Uno.
Dos.
Tres.

Su autocontrol lo abandonaba.

Uno.
Dos.
Tres.

El juego terminó.

Despertó en el bar empapado con sus fluidos, se levantó torpemente y el dolor de cabeza se hizo presente, el bartender suspiró cansado dedicándole una lastimosa mirada, se avergonzó y salió del lugar, compró medicina y regresó a aquel apartamento, se desplomó en su cama, hoy habrá un buen clima, sonrió.

Hoy tomaría de nuevo.

The Hideous Me Beyond The MirrorWhere stories live. Discover now