🌷 U 🌷

628 89 0
                                    

🌷 «Único» 🌷

Luhan se ha cruzado con personas molestas. De esas que irrumpen en los asuntos donde nadie nunca les han mencionado, y no esperan que te molestes porque creen que su intervención es un acto divino de dios. De esas que dedican su tiempo a inventar rumores y sembrar discordia, como si hacerlo fuera disciplina olímpica y molestar a Luhan concediera medalla de oro y plata.

Las conoce desde el Instituto, cuando surgían los rumores sobre su afeminada apariencia y no faltaba el chico o chica bufón que emitía altas carcajadas el día que al castaño se le ocurría aparecer haciendo uso de un suéter rosa. Se las cruzó también en Universidad, cuando alcanzó la nota máxima en su ensayo para Changmin y uno de sus compañeros sospechó que había sonsacado al profesor.

Es fácil ignorar a las personas molestas y es que, ellas nunca esperan que no les presten atención. Desean saber que han calado hondo en su persona y que lo han lastimado o puesto a dudar pero, realmente, Luhan siempre ha sabido cómo hacer oídos sordos y cerrar los ojos para evitar ver a la cara a esos que no tiene nada mejor en lo que ocupar su tiempo.

Excepto en esa ocasión. El primer lunes del cuarto mes de una rutina que comenzó cuando se mudó con Sehun. No sabe cómo ocurrió, no sabe siquiera si acaso ha sido un mal sueño y él se lo ha inventado todo pero siente el veneno correr por sus venas y la sangre agolpándose en sus orejas mientras corre en dirección del edificio pequeñito al que se ha mudado con su príncipe azul. No quiere estar encerrado en casa después de lo que pasó pero sí quiere subir hasta la azotea y acomodarse entre las macetas del precioso jardín que Sehun le fabricó.

Las palabras de aquella doctora (de la que ya ni siquiera recuerda su nombre) se repiten constantes en su memoria, como si entre más las repasara menos pudiera discernir sobre si tenía razón o no. Tal vez la tiene. Tal vez Sehun se equivocó y Luhan es solo uno de los mil millones de chinos que habitan en su país.

—¿Mil cuatrocientos tres millones de chinos y él sólo me quiere a mí? No creo que tenga algún sentido —le dice entonces a su rosal, el más bonito y grande de los cinco que ha florecido por encima de sus hermanos después de hacerle creer que en su semilla no había ninguna flor.

—Mil cuatrocientos tres millones, quinientos mil trescientos sesenta y cinco chinos para ser exactos y sí, yo sólo te quiero a ti —la voz de Sehun, hablándole desde la entrada a su pequeño rincón de hojas verdes y flores multicolores se deja escuchar y Luhan siente el llanto agolparse en sus ojos y las manos temblarle mientras acaricia una rosa.

—Sigue sin tener ningún sentido —replica, bajito, como si quisiera en realidad que Sehun no le escuchara.

—Lo tiene para mí y yo soy el que te quiere —sonríe el coreano, acercándose a él hasta ponerse en cuclillas y acariciándole una mejilla que se abulta cuando Luhan se restriega contra su mano.

—¿Por qué me querrías sólo a mí?

—¿Quién no te querría sólo a ti? —responde de vuelta—. No es un dato comprobado por la ciencia ni un número estratosférico que alguien consulte en Wikipedia, pero es lo que mis ojos ven y te recuerdo que fue un simple humano el que miró un día al cielo y descubrió que allá arriba había estrellas, lunas y planetas... Y es que eres único, Xiao Luhan y estaría muy loco si en lugar de besarte dejara que siguieras creyendo que Nancy tiene razón y que eres uno más entre los muchos chinos que hay.

Porque incluso si no lo ve, si no lo puede percibir, del mismo modo en que lo hace su novio, lo cierto es que Luhan es único y hay más que solo su belleza para adjudicarle un adjetivo de tal magnitud.

Están sus gestos cuando el mundo está mirando (todos coloridos y altamente notorios) y esa gama de expresiones que sólo Sehun le conoce. Están sus ruidos como de niño y sus melodías como de cantante profesional y fichado por una agencia de entretenimiento. Están sus miedos, sus dudas, sus fortalezas y sus más resplandecientes virtudes. Están todas esas cosas que conforman a un Luhan y que lo hacen ser diferente incluso si hay más chinos que rosas en el mundo.

Como si realmente importara, está un solo Sehun que ama desesperadamente a su único Xiao Lu. 

🌷

¿Busqué cuántos chinos hay en China en Wikipedia? Pues claro que sí. ¿Supe leer el número a la primera? Creo que ni siquiera eso hice bien, así que perdonen mi dislexia numérica 😅

ABC's love || HunHan ver. ✔Where stories live. Discover now