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Estaba caminando sin rumbo alguno, mirando hacia todos lados, observando detalladamente las ligeras e inofensivas gotas de agua que caían de un árbol congelado, ya llegaba la supuesta primavera, donde todo se iba a tornar en colores cálidos y la calidez del aire iba a adornar aquel paisaje tan primaveral.

Sus botas dejaban marcas en la nieve, cada una consecutiva a la otra como si fueran soldados haciendo una marcha los que estuvieran ahí.

Miró el cielo una vez más.

Ese blanco e invernal cielo, lamentablemente era cubierto por unas nubes que cuidaban al sol, como los guardias los cuales él solía comandar.

Se tomó un ligero descanso bajo un árbol, acomodó la nieve de forma que no le molestara en los más mínimo en su descanso, miró al pobre árbol.

"Tu también estás solo no?" Ocultó su boca del helado viento tras una bufanda blanca como la nieve del lugar.

"No te preocupes ya somos dos." Una inocente y pequeña sonrisa adornó su cara, aunque no se le podía observar sonreír, aquel árbol podría sentir la cálida sonrisa hacia él, en poco tiempo comenzó a llorar, aquellas débiles gotas de agua caían sobre la ropa de Iván, mojando por segundos para después desaparecer.

"No llores, podemos estar juntos un tiempo, mientras descanso" Se recostó sobre el inocente árbol, y lo miró.

Aquellas ramas con toques blancos junto a los pequeños cristales de hielo, le recordaba cuando era cuidado por alguien de sumo poder.

Aquella linda sonrisa de un niño pequeño, acostado viendo directamente los pequeños adornos que colgaban del techo con cuerdas, le divertía.

Volviendo a la realidad, aquel chico ya se había dormido junto aquel árbol quien le apodó como su 'mejor amigo', descansaba finalmente después de largos días de pura caminata en aquel helado paisaje.

Mi Destino lejos de casaWhere stories live. Discover now