31.

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- Ven aquí, dame un abrazo. - pidió Jinyoung en cuanto nos reunimos.



No le había contado lo que había pasado, pero él supuso que no había sido bueno por la expresión que traía.

Entre sus brazos, la tranquilidad comenzó a expandirse por todo mi cuerpo y me permití cerrar los ojos para disfrutar mejor de la calidez de su cuerpo. Estar allí con él se sentía como estar en casa, como estar en el lugar al que pertenecía.



- Mañana las grabaciones serán en la tarde. - le escuché decir, mientras seguíamos disfrutando de la cercanía del otro. - ¿Que te parece si nos quedamos juntos por unas horas más?



Jinyoung se alejó un poco para poder ver mi rostro y me mostró una sonrisa dulce que activaba el aleteo en mi pecho y me recordaba lo increíble que era lo que ambos sentíamos por el otro.

Me encantaba estar con él, me encantaba ser su novia. No podía pensar en un solo momento en el que me hubiese sentido de esa forma con algún otro hombre, a pesar de haber salido con otros en el pasado.

Un nudo apretó mi garganta con fuerza, recordándome mi conversación con Junmyeon y la inminente llegada de mi madre. Ella no era un monstruo, pero solía tener el hábito de controlar todo y todos a su alrededor. Por eso, el hecho de que mi progenitora planeara un viaje sorpresivo a Corea al enterarse de quién era el hombre con el que pasaba mis días, me tenía nerviosa.




- Jinyoung. - le nombré, antes de pasar un poco de saliva. Él ladeó la cabeza ligeramente y, manteniendo la bella sonrisa en su rostro, se quedó viéndome expectante. - Te amo.



El rostro de mi novio expresó sin vergüenza la alegría que aquellas dos palabras le provocaban y se apresuró a colocar sus manos en mis mejillas para atraerme a él y besarme.



- Te amo más, Soo.



x



Jinyoung no me dijo a donde íbamos, solo me pidió subir al auto y disfrutar del paseo.

El camino me parecía familiar, pero mi cabeza estaba lo suficientemente aturdida como para poder recordar cuándo había recorrido esas calles. Así que me limité a hacer lo que mi novio había pedido, disfrutar el viaje.



- Hagamos una pequeña parada aquí. - pidió él, mientras estacionaba el vehículo. - Recogeré algo de casa de mis padres. - añadió mientras se quitaba el cinturón.



¿Casa de sus padres? No, no podía ser. Su padre me mataría si me veía en el auto con él.

La ansiedad se apoderó de mi cuerpo en ese momento y tuve que meter las manos a los bolsillos de mi saco para que no notara cómo habían comenzado a temblar.




- ¿Quieres bajar conmigo? - ofreció, antes de abrir la puerta del auto. - Mis padres estarán contentos de conocerte.

- Uhm. - dudé por unos segundos, negándome a voltear hacia la casa y prefiriendo darle la espalda. - Creo que debería quedarme aquí.

- Muy tarde. - replicó y acto seguido, se inclinó hacia mi sitio para poder sacar una mano por la ventana del copiloto a modo de saludo. - ¡Mamá, papá!


Era mi fin.

Jinyoung abrió la puerta para mí y me tomó de la mano para ayudarme a bajar. Sentía la mirada de sus padres fija sobre nosotros, pero no me animaba a verles el rostro. Tenía miedo, mucho miedo. Ya no era solo el miedo a lo que mi madre pudiera hacer al llegar a Corea, era también el miedo a lo que Park Seo Joon, el padre de Jinyoung, hiciera.


Indeleble | Park JinyoungWhere stories live. Discover now