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Caroline amba ver cómo la noche caía en New Orleans, tal vez era por la brisa cálida qué cambiaba repentinamente o era la iluminación de Rosseaus qué invitaba a cualquier habitante o turista a entrar a tomar algunos tragos o tal vez era por el hecho qué en aquella hora solía caminar hasta al centro del bosque y ver las estrellas acurrucada junto a su esposo, Klaus Mikaelson.

A pesar de qué no quisiera admitirlo, sabía perfectamente cuál era su respuesta, le daba bronca pensar qué a pesar de todos esos siglos y luego de lo qué le hizo aún seguía pensando en él, mientras pensaba en eso escucho crujir la madera del barandal cuál estaba apoyada, pero no le importaba.

-Si sigues así vas a romper el brandal- La voz de Marcel la sacó de aquello qué estaba pensando, se alejó de allí y luego se dio la vuelta para hacerle frente a su querido "hijo" - ¿Estás bien?- Le preguntó él cuando ella se acercó.

-Claro qué si, cariño.- Ella apoyo sus manos en el rostro del vampiro y paso sus pulgares en forma de caricia. -No hay nada de qué preocuparse.-

Marcel dudo en un principio pero cuando vio una sonrisa verdadera en el rostro de la rubia, terminó por creerle. Marcel y Caroline siempre habían tenido una relación especial, desde el momento en qué se conocieron ella lo tomó bajo su ala protectora cómo si fuese una madre y siempre estuvo con él en cada paso qué dio.

Su relación se hizo más fuerte cuando los Mikaelson, los qué solían llamarse familia de ellos lo abandonaron en manos del psicópata de Mikael, aquella noche ambos pensaron qué morirían ambos habían vivido por un tiempo largo con él y sabían de lo qué eran capaz, pero cuando eso no pasó prometieron estar juntos para siempre.

La cercanía de la rubia fue beneficioso para él, especialmente porqué tanto cómo los vampiros y la mayoría de las brujas amaban a Caroline, su capacidad de encontrar el lado positivo de las cosas hizo qué muchas veces peleas entre él y algun miembro de eso llegarán a un acuerdo donde habría paz hasta llegar a lo qué era ahora.

Marcel besó suavemente la mano de la rubia antes de abrazarla, ignorando los ojos curiosos de algunos aliados qué se encontraban allí, era normal para los sobrenaturales ver esos gestos amorosos entre ellos, en un principio pensaron qué entre ellos había algo más, pero con el correr del tiempo pudieron ver qué Caroline era sólo una antigua y más querida aliada de él.

-Vamos señorita, Forbes.- Marcel se alejó de ella lentamente. -La noche es joven y hay mucho para hacer.-

El moreno estiró su mano hacía ella y la rubia la aceptó para luego empezar a caminar lejos del lugar, una vez qué estuvieron afuera ambos se dirigieron velozmente hacía lo profundo del bosque.

A/N: ¿Qué les parece? He tenido esta historia por un buen tiempo pero no sabía cómo escribirla hasta ahora, espero qué me dejen su opinión.

An Original LoveOnde histórias criam vida. Descubra agora