Capítulo 40: Lluvia

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Capítulo 40:

Los golpes de un Alfa son más potentes que el de cualquier otra persona, asimismo las heridas causantes tardaban más en cicatrizar, esa era una de las grandes líneas que diferían a los líderes de los demás.

Y esto pude vivirlo una vez más, justo en frente de mis ojos.

Los potentes y ágiles golpes de Iker golpeaban con furia el cuerpo de Kelian, este al no soportar la situación comenzó a responder con golpes, con menos intensidad que la de mi hermano, pero con la misma furia.

Valentina veía horrorizada la violencia de los dos chicos.

Soldados guardias arribaron el lugar, rodeando y protegiendo a la chica de lentes.

Ellos iban a atacar a Kelian, no a Iker.

Jev de inmediato paró a los soldados guardias y con la ayuda de Scott y Ashaia los separaron.

—Hablas de Valentina— habló Kelian, la sangre escurriendo de su boca y nariz —pero en el fondo aun no olvidas a Lía— cuando terminó escupió sangre y saliva deshaciéndose del agarre de Scott.

— ¡Hermano! —le reprochó Liszt.

—Tu no hables, decidiste quedar al lado de un...

—Una palabra más y te escoltaremos a la cárcel, por allanamiento en propiedad privada y el intento de asesinato de un futuro Alfa— los profundos ojos negros de Mason vieron con asco a Kelian, que volvió a escupir sangre cerca del soldado.

Enseguida el muchacho dio un paso cerca del chico rubio y yo me interpuse evitando una pelea más.

—Bueno, chicos, creo que hay que calmarnos un poco y regresar cada quien a sus hogares, y respectivos trabajos— sentía la mirada indignada de Kelian, cuando me giré hacia él hablé con total serenidad —puedes pasar a la enfermería, ahí atenderán tus...

— ¿Ahora lo defiendes? Aun cuando te hirió, aun cuando mató gente inocente, uní a todos los hijos de los solitarios caídos para ayudarles a detener a este monstruo, aun con todo el esfuerzo que hicieron mis compañeros, lo liberaste y le diste un digno lugar de trabajo, y si fuera poco ahora ya es alguien de alto rango que puede guiar a unos ¿sabes qué es la traición?

—Las decisiones que tomé jamás serán de tu incumbencia, no te dañan de ninguna manera, entonces no te da el derecho de opinar sobre esto— un aterrador silencio se formó entre la pequeña multitud, carraspeé un poco dándome cuenta.

Las palabras habían salido antes de pensarlas, era algo que nunca hacía, tenía que ver a quien dañaban antes de pronunciarlas.

—Y-yo no— pasé saliva ante el rostro sorprendido de Kelian.

— ¿No me incumbe? Y que tal, como ya dije, todos los hijos de los solitarios que reuní para salvarte a ti— su dedo índice me señaló — ¿Aun piensas que no me incumbe?

— ¿Ayudas a la gente para luego restregar los favores apenas tienes la oportunidad?

Mason siseó.

—No lo digo por esto.

Una débil risa se escuchó.

—Qué amigos los tuyos, Aidan— finalizó con una sonrisa burlona.

—Basta, la manada Fuego agradece tus esfuerzos por tu contribución, el Alfa tiene preparado un lugar para ti en los soldados cuando seas mayor, y yo de corazón lo agradezco, pero como ya lo dije, fue decisión de Illazki que él esté libre, y eso no te incumbe ni a ti, ni a nadie.

Mi Luna AzulOpowieści tętniące życiem. Odkryj je teraz