Capítulo =2=

1.4K 93 19
                                    

<<Nadie nota tu tristeza>>

Puede que hubiese sobrepasado lo que yo creía como distancia prudencial entre el Elegido y yo

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Puede que hubiese sobrepasado lo que yo creía como distancia prudencial entre el Elegido y yo. Llevábamos días hablando, tal vez un minuto o dos, pero cada vez que eso pasaba la sensación de estar solos, él y yo, sin problemas, sin remordimientos, sin una guerra de por medio, me invadía, lo hacía de tal manera que no lograba concebir el mínimo deseo de apuñalarle por la espalda o soltar una mala palabra. Él, en sí, era el creador de aquella sensación. Puede que fuese verdad, que tú realmente no te das cuenta de cuando empiezas a empatizar y pierdes el miedo delante de alguien. Porque el maldito Potter había tomado un espacio en mis pensamientos. Y yo ni siquiera me había dado cuenta.
Él simplemente sonreía, decía un montón de tonterías, como que no lo lograría, y yo simplemente, le animaba. Por Merlín, como llegamos a aquel punto. En que momento se me había ocurrido, aunque en verdad estas cosas no las planeas, solo suceden.

Era un día común, nada fuera de lo usual, la noche estaba entrada y yo aún seguía patrullando los pasillos, entonces vi al santurrón. Se quitó su capa de invisibilidad entrando en el gran castillo y miró un pequeño frasco de cristal en su mano con satisfacción. Parecía realmente complacido.

Di un paso, otro paso, él estaba tan ensimismado que no notó cuando me acerqué tanto como para que la suave luz, que inundaba el ambiente, mostrase mi rostro.

—Eres tú — dijo sorprendido, sus ojos dejaron de admirar el frasco y se fijaron únicamente en mí.

—¿Esperabas a alguien más? —pregunté con una sonrisa sarcástica—Creí que aquellos que no son prefectos debían estar ya en sus salas comunes, debería quitarte puntos por esto—farfulle intentando sonar intimidante.

—Oh, realmente ¿lo harías? —y su sonrisa iluminó la habitación, era extraño, como si no fuese él del todo, parecía confiado, como si le hubiesen rociado un buen puñado de ego.

Guardo el frasco en su túnica y colocó la capa sobre su brazo para después dar un paso al frente, hacia mí. Y allí estaba, esa sensación de nuevo, me odiaba por disfrutar aquellos momentos, por si quiera pensar que él podría sentirse de la misma forma y por eso me hablaba, pero mi mente no era racional.

—¿Qué hacías fuera? ¿Y qué era eso que tenías entre las manos? — dije cruzándome de brazos — y por Merlín ¿¡Cómo diantres conseguiste esa capa!? ¡Sabes acaso lo que ...!

De golpe, su mano tapó mi boca, no fue brusco, sino todo lo contrario, un tacto delicado que me hizo estremecer. Haciéndome callar por completo.

—Te he contado muchas cosas estos últimos días ¿sabrás guardar este secreto también? — su voz de nuevo sonaba confiada, e increíblemente le daba un aura impresionantemente carismática.

Tomé su mano con las mías y delicadamente la aparte, su agarre sobre mis manos se intensificó. Lo miré confusa y entonces, simplemente, noté electricidad. Acariciaba la parte superior de mi mano con su dedo pulgar, haciendo círculos lentos y delicados. Mi cuero se tensó, pero no aparte la mano, por mucho que mi conciencia gritase por algo de raciocinio en mi cabeza.

Te odio Potter | Hansy Donde viven las historias. Descúbrelo ahora