Capítulo XVII: <<Cielo en la tarde>>

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-¿Kate? ¿Kate estás bien?- preguntó Edgar preocupado

A pesar de que Kate estaba allí físicamente, no parecía escuchar su nombre. Se había quedado atónita mirando la marca del brazalete que tenía alrededor del brazo derecho. Cuando pareció que volvió en sí dirigió la mirada a su profesor. La mandíbula articulaba un leve castañeo y sus ojos se empañaron de lágrimas a pesar de no derramar ninguna.

-Kate, puedo ayudarte- dijo Edgar amablemente

-Usted es un psicólogo. ¿no lo entiende? Estoy loca. No necesito un psicólogo, necesito un psiquiatra y a menos que usted lo sea no puede ayudarme- respondió tenaz

De repente las voces empezaron a resonar en la cabeza de Kate, repicaban más fuerte que las campanas de una iglesia. Gritos, llanto, dolor… llevaron a Kate a un estado de nerviosismo incontrolable

-Kate tú no…- la mano de Edgar tocó a Kate y un enorme chispazo al rozarle le hizo a este retroceder del susto.

-no me toque- dijo asustada- por favor no quiero hacerle daño- Kate se dirigió rápidamente hacia la puerta y salió despavorida

- ¡Kate espera! Puedo ayudarte mucho más de lo que piensas- gritó aunque de poco sirvió, únicamente estaba él en el despacho de Emer – tú no…. tú no estás loca –susurró.

Kate corrió como alma que lleva al diablo hasta que se aseguró de estar lo suficientemente lejos en algún lugar del inmenso jardín del claustro de Gogian. A medida que se iba tranquilizando las voces se iban apagando hasta que finalmente lo único que podía escuchar eran sus propios pensamientos.

-Ángeles…demonios…bujas.. hadas…vampiros y hombres lobo… qué tontería…. ¿de verdad estaba empezando a creer en esas estupideces? De todas formas… ¿Quién iba a creerte,  a quién se lo ibas a poder contar Kate?- se preguntó a sí misma.-Ni siquiera tus padres creerían por un segundo en la certeza de esa hipótesis ¿Quién en su sano juicio podría creer que fuese verdad algo que ha soñado una persona diagnosticada de desajuste mental? No es posible…. – Kate se quedó mirando a lo lejos donde un grupo de jóvenes hablaban y reían – no es justo.

Pasaron quizá un par de horas en las que se distrajo mirando las ondas que dibujaba el agua del lago central del jardín y “disfrutando” de la tranquilidad que tanto había echado de menos hace no mucho tiempo. Finalmente se puso en marcha camino a su cuarto – ya casi es hora de comer- pensó mirando su reloj 

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-Katee te estábamos esperando para bajar al comedor- dijo Regan

Louis salió del baño

-¿se lo has dicho ya?- preguntó impaciente

-no, aún…..-Regan reparó en la expresión fatigada de Kate - ¿te pasa algo?

-no, no te preocupes, todo bien. ¿Decirme el qué?- preguntó Kate

- alguien ha colado una carta por debajo de la puerta. Pone <<para Kate>> pero cuando hemos abierto ya no había nadie… no pone remitente…. ¿tienes algo que contarnos? ¿será Jared? ¿será….?- explicó Louis ansioso

-puede ser de cualquier amigo suyo-  repuso Regan

-No… ya sabes lo que siempre digo.. Kate solo tiene pretendientes y ….

-pretendientes y compañeros de cuarto, ya sabemos tu famosa frase Louis- Regan participó nuevamente en la conversación impidiendo a Louis terminar la frase

- no iba a decir eso, no me has dejado acabar la frase. Lo que estaba diciendo antes de ser interrumpido…- Louis miró de reojo a Regan- Kate solo tiene pretendientes y…. ….. compañeros de cuarto – finalizó con una mueca burlona

Regan y Kate de dijeron todo con la mirada – este capullo de Louis tiene chispa innata- pensó Regan cariñosamente

-Bueno ¿y la carta?- preguntó Kate

- ah sí, toma- dijo Regan cogiendo de su mesilla un sobre blanco y extendiendo la mano para entregárselo a su destinataria. Kate la cogió entre sus manos y la abrió. Del interior del sobre sacó una hoja tamaño cuartilla que parecía ser una hoja proveniente de un libro que alguien se había empeñado en arrancar.

- es un…poema- repuso

-¿veis? Os lo dije…- evidenció Louis

-callaa, deja que lo lea. Pero en voz alta eh- apuntó Regan resaltando la entonación en la última frase

El extremo superior izquierdo hacía referencia al nombre del autor <<Rafael Morales>> mientras el extremo superior derecho únicamente informaba de la página que había sido arrancada. Kate empezó a leer.

CIELO EN LA TARDE

Era el cielo una vasta pregunta silenciosa;

Infinito, increíble, sobre el mundo curvaba

Su silencio intangible, su soledad grandiosa,

Y en el alma anhelante como tierra pesaba.

Sin pájaros, desierto, como un dios olvidado,

Su torso azul, sin nubes, sereno se extendía,

Tremenda fuerza inútil, arcángel derribado

Que en la tierra silente a lo lejos se hundía.

Allá, entre las montañas desiertas y calladas,

Donde el sol vespertino se desangra sin ruido,

Ved las alas azules, intangibles, cansadas,

De este arcángel inmenso sobre el polvo caído.

¡Ay, arcángel silente que a la tierra se entrega,

Azul arcángel bello, sin fin y sin camino!

Ya la noche implacable se te hunde y te ciega,

Y, oscuro, gira el mundo, tremendo y sin destino...

Tras acabar la lectura el silencio inundó la habitación, fue entonces cuando Regan miró a Louis el cual le devolvió la mirada girando la cabeza a modo de negación.

-ahora vengo- dijo Kate guardando la carta en el interior del sobre

- ¿a dónde vas?- preguntó Louis

- a ver a Jared… a que me explique qué narices intenta decirme con todo esto- respondió

'Gorgian' La historia de KateDonde viven las historias. Descúbrelo ahora