CAPÍTULO 22 (Parte 2)

Start from the beginning
                                    

—Mañana hacemos como si nada de ésto hubiera pasado —besé suavemente sus labios, intercalando entre su labio inferior y superior, causando que él hiciera lo mismo.

Colocó una pierna a mi costado y después la otra, quedando justamente sentado en mi entrepierna. Me sobresalté un poco, nunca habíamos tenido un contacto así de íntimo. Aunque a Emilio se le hacía de lo más normal.

—¿Pasa algo? —se separó de mis labios.

—No, solo que no quiero que... —miré mi entrepierna.

—¡Ah! ¡No wey! Solo me subí para estar más cerca, pero si te molesta me...

Tomé sus muslos antes de que logrará apartarse. Recorrí lentamente su silueta haciendo que su traje de baño se subiera un poco, me detuve en su cintura acercándolo mí. Sí ésta sería la única vez que estaría así con él, debo aprovechar la oportunidad.

—Joaco, no conocía esa fase de tí —dijo con voz seductora.

—No te emociones, solo es un beso —palmeo su espalda.

—Si tú lo dices —se apoyó de mis hombros y con sus rodillas separó mis piernas.

Recordé lo que hizo Diego, y por instinto lo aparte.

—L-lo siento, yo... Yo —rasqué mi ceja.

—Perdón, creo que sé lo que sucede —se sentó a mi lado— Ven aquí chiquito —extendió sus brazos.

Me acerqué a él, recostandome en sus brazos, quedando en una posición similar a la de un bebé en los brazos de alguien más.

—¿Te han dicho lo bonito que eres? —suspiró.

Todo esto parecía ser un sueño. No entiendo su repentino comportamiento, no sé que es lo que siente por mí, ni cuales serán sus intensiones a futuro. Pero es tanto el amor que siento por él, que estoy dispuesto a todo... Soy un idiota.

—¿Lo crees? —me sonroje.

—Lo eres —acarició mi rostro.

—Tu eres guapísimo —acaricié su nariz

—¿Puedo besarte?

—Si, por favor —me levanté, pero él me detuvo, haciendo que me recostara en la arena.

Se hincó sobre mí, bajo lentamente su rostro hasta mi ombligo, depositando un beso sobre él. Después, dió dos besos a los costados de éste, y así por todo mi abdomen. Paso por en medio de mi pecho hasta llegar a las clavículas. Siguió por mí hombro, bajando por todo mi brazo izquierdo hasta llegar a mi mano, continuó con la derecha, esta vez subiendo subiendo a mi cuello, y por último besó mis labios.

Sentí como un cosquilleo se apoderaba de todo mi cuerpo, los labios de Emilio recorriendo mi torso, es simplemente perfecto. No estoy interpretando su acción como algo sexual, más bien como algo tierno e íntimo. Emilio está siendo tan dulce.

—Eres muy suave —besó mis ojos, como lo había hecho anteriormente.

—Nunca antes alguien había besado mis párpados, sólo tú —sonreí.

—¿Soy el primero? —fingió sorprenderse.

—Así es —hice un gesto de aprobación.

—Nunca antes han besado... —se detuvo a pensar —Mi rodilla... Creo.

—Lo supuse, todo tú has sido besado—dije divertido.

—La única persona que ha besado mis  párpados es mi mamá, y es muy diferente a que... Tú lo hagas —dijo apenado— Quiero decir, puede ser nuestro sello...

EMILIACO 🏳️‍🌈. #Wattys2019Where stories live. Discover now