Gatito Jungkook

O

La chica se removió algo perezosa en la cama, pero al recordar que su pequeño gatito se había dormido con ella, de inmediato abrió los ojos. El miedo llegó a ella al pensar que tal vez lo había aplastado.

Se movió de manera brusca, cayendo al piso de manera graciosa, una pierna quedó arriba de la cama mientras la otra estaba en el piso al igual que su cuerpo.

─Rayos... ─ se sentó en el piso y se sobo su cabeza. Se levantó del piso apollando ambas manos en la cama, solo que se sorprendió al ver un bulto grande bajo sus sábanas.

Con cuidado levantó la sábana, abriendo a más no poder sus ojos cuando ve un cuerpo desnudo en su cama. Cae de trasero al piso.

─Pero qué...─

El cuerpo desnudo en su cama se empezó a mover, escuchó un suave ronroneo mientras veía como se estiraba. Ella no podía quitar sus ojos de esa persona.

─Humana, has despertado ya ─ murmura la persona que estaba en la cama.

Todo el sueño que aún tenía, desapareció al escuchar su voz.

─¿Quien eres y que haces en mi casa? ─ preguntó ella.

─¡Soy humano! ─ el chico no contestó la pregunta, pero si habló emocionado. Al darse cuenta de que lo miraba con atención, puso toda su atención en ella. ─Soy yo, soy Kookie ─

Dijo él, sonriente y acercándose.

─¡Ahh! ¡Detente, estas desnudo! ─ exclamó ella cuando vio cosas que no debería. ─¡Tapate con la sabana! ─ le lanzó la sábana, Jungkook la miró confundido pero obedeció.

─¿Te encuentras bien, humana? ¿Tienes hambre? Puedo compartir mi leche tibia ─ señaló su tazón, el cual estaba vacío. ─Bueno, te compartiré después de que me des mi porción ─ asintió.

Ella lo miraba aún estupefacta, sorprendida y sin poder creer nada.

─Tú no eres Kookie, él es un pequeño gatito de color gris jaspeado, tú eres... Grande ─ no supo que otra palabra usar más que esa.

─Yo soy Kookie, me encontraste cuando estaba vagando por la calle ─ hizo un puchero.

Ella no podía creerle, era imposible que eso pasara... ¿Verdad?

[...]

Ella lo miraba mientras Jungkook bebía y comía el cereal que ella le había preparado, pues la pancita de Jungkook parecía estar en guerra causando diferentes sonidos.

─Supongamos que eres Kookie, el pequeño gatito... ¿Cómo fue que te convertiste en ésto? ─ preguntó Jungkook sólo se encogió de hombros. ─¿Cómo regresarás a la normalidad? ─ ésta pregunta fue más para ella.

Y la verdad es que estaba sorprendida y asustada, ¿qué diría cuando sus padres llegarán a casa por la noche? Daba gracias a Dios que ellos estaban trabajando. No podía mantenerlo oculto en su habitación para siempre.