La parada

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El manto negro cubre el cielo y la gente comienza a escasear en las calles. Comienzan a aparecer caras y figuras más extrañas, inspiran desconfianza; esa desconfianza que te hace cruzar la calle cuando se acercan caminando.
Estaba en la parada, de pie firme y con paciencia. La gente empieza a irse de a poco, dejándome sola. Siempre termina igual, espero la parada donde no pasan los colectivos porque no quieren, no les da gana de pasar donde estoy. Por más que cambie de parada siempre pasa la misma escena cómica de mi vida.
Cuando al fin viene un colectivo se siente como si fuese un salvador que viene a rescatarme de las calles frías de Rosario pero para pocos metros decirme "esperame acá" El chofer baja a tomar un café, preparándose para repetir la misma rutina diaria.
Adentro me siento segura, protegida de todo el peligro. Aunque vea pasar otros colectivos se que no me dejan donde yo quiero ir, este es el único para mi. Se que la espera valdrá la pena; todo el esfuerzo, espera y cansancio serán recompensados cuando llegue a mi tan ansiado destino.




PD: no se queden fuera hasta tan tarde.

escritos randomWhere stories live. Discover now