summer love; seulrene (terminada)

1 》 holidays

Llegó aquella época del año, los viajes, las bebidas y helados, el calor. Llegó el verano. A Bae Joohyun no le interesaba tanto, pero este año estaba entusiasmada. Sus padres le prometieron unas vacaciones a la playa, en la ciudad de Busan. Hace mucho que no viajaba, por eso estaba tan emocionada. Joohyun siempre vivió en Daegu, nunca había estado en una ciudad tan grande.

Joohyun siempre fue una chica simple, a ojos de muchas personas es hermosa, pero ella no cree que sea la gran cosa. Hija única y con pocos amigos en la escuela. Pero nunca pudo enamorarse de nadie. Tuvo muchos pretedientes, pero ella los rechazó a todos.

Pocas veces alguien le habrá atraído, y en esos casos, fueron chicas. Joohyun pasó la mitad de su adolescencia cuestionandose, pero llegó a la simple conclusión que los chicos no le atraían. Unos años después, se lo contó a sus padres, y se lo tomaron bastante bien.

Aunque ella era feliz, a veces sentía su vida vacía, sin acción. Le gustaba salir con sus amigos, pero a veces le gustaría ser más rebelde. Durante su infancia, no tuvo memorias o anécdotas divertidas con sus amigos de vecindario.

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Cuando llegaron a su alquiler, los ojos de la joven relucieron como en un dibujo animado. Tenía una hermosa vista a toda la ciudad y una parte de la playa. Recorrió las habitaciones y acomodó su ropa. Eran las 11 AM. Pasarían el día paseando por Busan y visitarían la playa.

— Joohyun, ¿estás lista? — dijo su madre esperándola en la otra habitación.

— ¡Ya casi! — y colocándose sus aros, se dirigió a la puerta. Estaba reluciente, con unos bonitos jeans y una remera ancha.

Después de pasar un tiempo recorriendo la ciudad, decidieron almorzar en un restaurante en la playa.

Para cuando habían terminado de almorzar, el sol ya se estaba ocultando, el mar se mezcló con los dulces colores del cielo; naranja y morado. Joohyun se quitó sus zapatillas y caminó por la orilla, sus pies se hundían suavemente por la arena. El viento golpeaba su rostro y su cabello. Una escena magnífica, tallada por los mismos dioses.

Recogió su cabello y se sentó en la arena cerca de la orilla. Observaba como el sol se escondía tímidamente para dejar salir a una hermosa luna.

Se sobresaltó cuando sintió como alguien se sentaba en la arena a su lado de repente.

— ¿No eres de por aquí verdad?