Cuando, donde y como el amor quiera

Capítulo 5: Superchica al rescate.

- Jaja si te tienen loca Betancourt es porque eres una dominada jajaja ,huy como se pondrá Vale cuando le cuente como estás hablando de Lord Tugbigton tercero – se burlaba la castaña.

- No te tengo miedo tonta ¿sabes? – la mira Natalia - ¿Pero no le vas a contar verdad? – suplica la latina.

- Jaja como te tienen Betancourt , jaja quien hubiera visto que la misma morena que hacia correr los chicos de miedo por amenzarlor con sacarles los ojos por mirar a su novia , sera tan dominada jaja

- Ya ya. Yo que tu no me reiría tanto que por lo menos mi novia se acuerda de la fecha de mi cumpleaños – esta vez era la latina la que atacaba.

- Oye ya te he dicho mil veces que Sara no se olvido de mi cumpleaños sino que se confundió de fecha – parecía que Calle trataba más de convencerse a ella misma que a su amiga.

- Shh ahí viene Beth – Natalia le hace un gesto con la cabeza señalando por el camino que venía su sobrina.

Calle miraba como su niña se acercaba a ellas lentamente con una triste mirada.

- Hola mini Calle ¿Qué tal tu día? - Su tía trataba de subirle el ánimo

- Supongo que bien ¿podemos irnos ya?

- Si si claro ven – le agarra la mano a su niña - Vamos a dejarte en el estudio de danzas de tía Vale y luego tu tía Natt y yo vamos a ir por el coche ¿sabes?.

- Si mami como quieras – Beth asistía aún con los ojitos tristes mientras Calle y Natalia cruzaban miradas de preocupación.

Estadio del New York Liberty – horas después del entrenamiento.

Poché seguía lanzando al aro, cuando fue interrumpida.

¡Garzón! – La llamaba su entrenadora.

La deportista se acerco a ella – coach Sue.

- Creo que ya deberías ir a descansar, lo has hecho muy bien hoy y ya es suficiente.

- Sólo un par de lanzamientos más y prometo que me iré a las duchas coach.

- Ok, ok sólo un par, no quiero que ese brazo se vaya a gastar ee – le advirtió jugando la entrenadora que dio media vuelta y se fue.

Poché se quedó en medio de la cancha cerró los ojos y suspiro

"Mira Poché mira, el estadio de New York. Si sigues jugando así algún día estarás ahí mi estrella – un hombre muy guapo le decía a su hija.

- Lo prometo papá. Por ti, por mamá y por mi que lo voy a lograr"

- Pff – volvía a suspirar Poché tras el recuerdo - Vieron Mamá, papá lo logré. Por ustedes por mi – una lágrima caía en su rostro mientras se iba a los camerinos.

Coche de Natalia de camino al taller

- ¿Estás segura que es por aquí Dani? – pregunta la latina mientras trata de ver por qué calle doblar.

- Por décimo cuarta vez Natalia, si estoy segura, dobla por esta calle y ahora sigues derec ..

¡PUMMMM! Un ruido del coche asustó a las dos mujeres e hizo que Natalia frenara su coche y bajará a ver que había ocurrido. Calle siguió sus pasos.

- No puede ser, es la rueda Calle, la rueda. pinchamos una maldita rueda – enojada la morocha pateaba su coche.

- ¡Calmate Natalia calmate! Asi no logras nada. La cambias y listo. – razonaba Calle