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frank, ray y yo estábamos ahora en la habitación que compartía con el avellana, tratando de resolver un lío.

nadie podía saber que éramos nosotros, especialmente porque el rumor de que se había comenzado una venta de drogas dentro del instituto se estaba corriendo.

lo cual era bueno, pues a pesar de estar en una escuela católica, las ventas habían aumentado, pero constantemente debíamos esconder el dinero, y ser lo más discretos posible.

llevaba tan solo un mes y un par de días aquí, y ya había logrado hacer del instituto un desastre.

comenzaba a pensar que de verdad yo podría ser una mala influencia para cualquiera que se me acercase.

y eso lo confirmé cuando frank me contó que quería saber que se sentía drogarse, o fumar, pues nunca lo había hecho en su vida.

supe que la culpa era mía, porque antes de dormir siempre le contaba cómo era mi vida antes de llegar aquí.

siempre pensé dormía.

solo me había ignorado.

─ray, ¿podrías dejarme a solas con frank?─ murmuré, mordiendo mi labio.

él solo chasqueó su lengua, y asintió saliendo de la habitación.

─escúchame bien─ lo tomé del mentón apegando su rostro al mío ─no puedes contarle a nadie, ¿está bien, niño bonito? puedes comprar toda la droga que quieras, pero si abres era linda boquita que tienes te corto la lengua con mis propias manos.

─gee...─ suspiró.

maldición se veía tan inocente.

lo tomé del cuello de su camisa y lo halé para volver a robarle un beso.

era como un impulso.

frank no correspondió a mi beso, y no esperaba que lo hiciera, sin embargo tampoco se movió, y una vez más cerró sus ojos.

me permití tomarlo de la cintura, y morder su labio, rozando mi piercing con sus dientes, haciendo un pequeño ruido entre estos.

─no voy a contarle a nadie, lo prometo.

sonreí, su mirada se veía tan serena. su boca ligeramente abierta, como si esperara más.

frank era mío. ahí lo supe.

entonces decidí que me encargaría de corromper a ese lindo niño de porcelana.

era hora de que tuviera nuevas experiencias.

─¿quieres salir esta noche conmigo?─ murmuré con una sonrisa.

él se sonrojó, y asintió con vergüenza.

─hecho.

me alejé de él, y caminé hacia la puerta para luego salir. del otro ray me esperaba de brazos cruzados.

─¿y bien?─ preguntó él, sin moverse ni un centímetro.

─frank no hablará.

ʀᴜʟᴇᴢ ᶠʳᵉʳᵃʳᵈDonde viven las historias. Descúbrelo ahora