Mi historia está perdida en tus sueños

Capítulo 5

                              Las puertas de los pisos inferiores y superiores se han abierto de golpe tras oír el grito por ellas. Los vecinos indignados salen al rellano para protestar sobre el ruido. Sus quejas suben y bajan hacia el sexto piso. Incluso la vecina del 6A sale a ver qué ha sucedido y pedir silencio. Más por marujeo que por la tranquilidad. Ella tiene una reputación que mantener frente a sus vecinos. Sus cotilleos son lo más en las reuniones comunitarias. Sí señor. Se asoma poco a poco y ve a una mujer de pelo rizado encima de otra de pelo multicolor. Ambas están temblando. "Vaya. ¿Cómo puede aguantarla?" se pregunta asombrada mientras observa a las dos chicas atentamente. La castaña parece ser más alta que la del pelo arcoíris. Fija su atención en donde están mirando las chicas, y ve a su vecina con la visión fija en el interior de su apartamento. Mira sobre la cabeza de Selene y observa una cabeza flotante. Totalmente blanca e iluminada por algo parecido a un foco. Su aspecto es de un muerto. Asombrada, abre los ojos como platos y grita entrando en su casa.

           - ¡Un muertoooooo! - todas las quejas de los vecinos se callan al oír el grito y el portazo de su vecina. Ahora los vecinos bajan el nivel de su voz y dan un giro a su conversación. Hablan entre ellos en susurros. "¿Un muerto?" "¿Se habrá muerto la vieja Selene?" "¿Han asesinado a los nuevos?"

Mientras tanto en el sexto, las tres mujeres han contenido la respiración todo el tiempo. Selene se ha petrificado del susto. La cabeza flotante salida de ultratumba sigue volando a sus anchas y sonríe. De un momento a otro reacciona, furiosa.

         - Pedazo de idiota- grita furiosa Selene dándole un guantazo a la cabeza. Los vecinos meten la oreja para oír todo y no perder detalle. Con este grito la vieja del visillo ha vuelto a cotillear, pero esta vez desde la protección de su casa.

       - Auchhh, querida. - oyen quejarse a la cabeza muerta. Vemos como se aleja y la mira.

         - ¿Qué te dije sobre asustarme así? - le grita. Las chicas se quedan alucinadas la cabeza flolante es un señor. Vestido de negro y con la cara maquillada de color blanco. Además, lleva una linterna para hacer el efecto de foco. Le vuelve a pegar, esta vez en el hombro. El señor, disfrazado se vuelve a quejar del golpe.

       - Cariño, deja de pegarme. - suelta el hombre con voz quejumbrosa.

       - Te lo mereces, por idiota. - le replica furiosa la mujer. Damarys y Scarlett se miran a los ojos y arquean las cejas sorprendidas. Ven a los dos discutir. Han deducido que el señor es el marido de Selene. Damarys baja de encima de Scarlett. Quien mueve los hombros por el esfuerzo de haberla sujetado tanto rato además de por la tensión del susto.

       - Cariño, no he podido aguantarme. Además, hace más de diez años que no te daba uno de estos sustos. - dice intentando que le perdone.

       - Nada más faltaba. Encima que aguanto tus achaques, tus manías y tus charlas estúpidas sobre magia. – va refunfuñando mientras le da la espalda. Es ahí cuando se da cuenta que las chicas están ahí observándoles. Se sonroja un poco. - Disculpad al zopenco de mi marido. Le encanta hacer estos juegos. Asi le recuerdan a su juventud. Desde que se jubiló no ha vuelto a acercarse a estas cosas. Querido- dice mirándole- no tienes modales. No me has asustado solo a mí. Sino también a estas jovencitas. - le afirma mientras las señala con la mano.

       - Oh, lo siento niñas. Un placer. Soy su marido. Efraín Rosette a su servicio- exclama. Mientras hace una reverencia como un caballero del siglo XII. Ellas se ríen de las ocurrencias del señor.

       - Encantadas, me llamo Damarys y ella es Scarlett.

       - Unos nombres preciosos. ¿Sois las nuevas inquilinas del 6B? - ellas afirman con la cabeza. Scarlett se toca los bolsillos pensativa. No encuentra las llaves. Mira por el suelo, las encuentra al lado de su puerta. Se le han debido caer del primer susto.