Capítulo 16

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Minutos después arribaron el Dr. Pimentel y su esposa Patricia, y me dio tanta tristeza al verlos tomados de la mano, sonrientes, felices y orgullosos, deseé que mis padres algún día se hubieran visto así, pero ni siquiera podían hablarse por teléfono, es más ni a mí me llaman por sus múltiples ocupaciones, según.

Un mesero pasó y de la bandeja tomé una copa de champagne que me bebí de un solo trago, necesitaba valor para el momento que inevitablemente ocurriría. La siguiente en llegar fue precisamente Doniya, de la mano de su novio, del que no recordaba su nombre, pero que extrañamente su rostro me resultaba familiar, se parecía a alguien que conocía pero no sabía a quién. De inmediato los fotógrafos se acercaron a ellos y ambos posaron, ella con una gran sonrisa y él un poco tímido, se veía que no estaba acostumbrado a las cámaras.

Siguieron llegando más invitados, incluido Scott que iba con su esposa, de inmediato me acerqué a saludarlos y él me felicitó por lo bien que el salón lucía y por toda la organización del evento, tuve que recordarle que lo había organizado en conjunto con Luana, pero él me sonrió y me dio unas palmaditas en el hombro. Me quedé hablando un buen rato con ellos y me bebí otra copa de champagne.

Después Doniya se acercó a Luana y a mí y nos saludó con un gran abrazo, de inmediato noté el hermoso anillo de oro, con un diamante al centro, que portaba en su dedo anular de la mano izquierda, debía ser de compromiso, sin duda.

– Muchas gracias chicas, todo está espectacular.
– No tienes nada que agradecer, es nuestro trabajo y lo hacemos con gusto – respondió Luana.
– Y los vestidos les quedaron perfectos, ustedes también van a pasar a modelar, ¿eh?
– No Doniya, de ninguna manera, te lo agradezco, pero no hay forma alguna de que yo me suba a esa plataforma – dije un tanto seria y con miedo.
– Pero si te ves hermosa _____, aunque yo había pensado que te pusieras el vestido rojo, no es que se te vea mal a ti Luana, para nada, pero los elegí pensando en sus respectivas personalidades.
– Por eso yo traigo el rojo, _____ es muy tímida y quiere pasar desapercibida.
– Pues yo percibo en ella un lado muy sensual que debería explotar – aseguró guiñándome el ojo.
–Doniya, que cosas dices – exclamé muerta de la vergüenza, con la cara roja como tomate, si supiera cuanto había explotado esa parte con su hermano.

Entonces, vi que los fotógrafos corrían a la puerta y volteé motivada por la curiosidad y lo vi entrar, Joel Pimentel en todo su esplendor, vistiendo un smoking y corbata negra, con una camisa blanca, el cabello un poco más arreglado que de costumbre, pero sin perder su toque, era un monumento a la belleza masculina. Mi corazón empezó a latir a toda prisa mientras lo veía posar junto a Cher, quien lo tenía tomado por un brazo, no pensé que vendría con ella, pero claro, no podía llegar solo tampoco.

Me excusé con Doniya al ver que caminaban directamente a ella y me fui a meter a la cocina, con el pretexto de ver si ya tenían listos más bocadillos. Me quedé ahí varios minutos hasta que escuché que el maestro de ceremonias le pedía a la audiencia que tomaran asiento porque estaba por empezar el desfile. Salí a ocupar mi lugar y en el camino me atajó Cher.

– _____, ¡que sorpresa verte aquí!, ¿y Brandon? – exclamó abrazándome.
– No pudo venir, está en un viaje de negocios – respondí al separarnos.
– Ese hombre no cambia, no sabía que eras amiga de Doniya.
– No lo soy, yo trabajo en la agencia de publicidad que organizó toda la promoción del evento y de la línea de ropa.
– ¿En serio?, ¿eres la responsable de los espectaculares que hay en la calle?, te felicito, están geniales.
– Bueno, en realidad mi compañera Luana es la que lleva la cuenta, yo sólo estoy como apoyo.
– Buenas noches – dijo Joel
parándose a su lado y pasé saliva al verlo.
– Buenas noches – respondí con voz ronca por la impresión.
–No pensé encontrarte aquí – agregó extendiéndome la mano para saludarme.
– Soy una de las encargadas de la logística del evento – dije estrechándole la mano que me acarició sutilmente con su dedo pulgar.
– Felicidades, el salón luce de maravilla – dijo mirándome de pies a cabeza.
– Gracias, pasemos a tomar asiento, el desfile ya va a comenzar – agregué nerviosa soltando mi mano de la prisión de la suya.
Me senté en una fila delante de ellos, en diagonal, el presentador anunció a Doniya y ella subió y dio las palabras de bienvenida, agradeció a todos los presentes, incluida su familia y su prometido Omar Valence, ahí supe porque su rostro me era familiar, era hermano de Marie, vaya sorpresa, supuse porqué ella lo conoció.

El desfile dio inicio y yo sentía las insistentes miradas de Joel, eso me ponía más nerviosa y cuando volteaba a mirarlo me sonreía seductoramente. Hubo un momento en el que ya no resistí y hui de ahí, me metí a la bodega que se había adecuado como vestidor para las modelos y en la cual había un caos con gente entrando y saliendo. Me senté en un sofá, que había en una esquina, tratando de guardar la compostura, puse mis codos sobre mis rodillas y me llevé las manos a la cara cubriéndome los ojos.

– ¿Cansada o nerviosa? – escuché que me dijo con su hermosa voz.
– Cansada, ha sido una semana muy pesada – respondí después de aclarar mi garganta, levantando la cara, estaba parado frente a mí, sonriéndome.
– Necesitas relajarte – dijo poniendo su mano en mi hombro y apretándolo suavemente, ¿por qué insistía en torturarme?
– Gracias por el consejo, lo tomaré en cuenta – dije mirando hacia el suelo, conteniendo mi respiración.
– No es un consejo – deslizó su mano por mi brazo – es una invitación – agregó y bajó hasta llegar a mi mano que tomó.
– ¿Estás loco?, afuera hay un mundo de gente, incluida tu familia y tu novia, no voy a ir a esa habitación arriesgándome a que alguien nos vea – exclamé tratando de soltarme, pero no lo conseguí.
– La gente está muy entretenida con el desfile, incluida mi familia y mi amiga, además jamás mencione subir a la habitación – dijo mientras me hacía ponerme de pie – hay otros lugares, usemos la creatividad – agregó apretando mi mano.
– ¿Y qué paso con tus reglas? – pregunté tratando de controlarme.
– Ya son obsoletas, claro que si quieres, se pueden poner unas nuevas.

Comenzó a caminar y no me había percatado que al fondo había una pequeña puerta, la abrió y me hizo entrar. Me di cuenta que era una pequeña bodega donde guardaban cosas para el aseo. Entró y cerró la puerta, quedamos completamente a oscuras, sólo se colaba un poco de luz por debajo de la puerta y sentí miedo, la adrenalina estaba subiendo a mi cabeza, pero temía que alguien pudiera abrir la puerta.

Sentí sus manos en mi cintura, atrayéndome a su cuerpo y su boca besándome desenfrenadamente, con hambre y le correspondí de la misma forma, había extrañado tanto esos besos, aunque este era más intenso, mi cuerpo de inmediato se encendió, ese hombre era mi perdición. Subió lamiendo al lóbulo de mi oreja mientras una de sus manos apretaba mi nalga por encima del vestido, un jadeo se me escapó, su cuerpo estaba reaccionando de la misma forma que el mío. Mis manos se movían hacia su pantalón para desabrochárselo, las suyas subieron presurosas por mis muslos y las deslizó por debajo del vestido, alcanzó mi ropa interior y comenzó a bajarla, le ayudé a deshacerme de ella con las piernas.

Me recargó en una especie de estantería y sus dedos se dirigieron a mi parte íntima que comenzó a frotar en tanto yo lograba por fin desabrocharle el pantalón, se lo bajé un poco al igual que su bóxer y acaricié su erección. Segundos después, él se separó lo necesario para ponerse el condón, mientras yo sentía mi respiración agitada. Sentí que colocaba su miembro en la entrada de mi sexo y yo subí una pierna y la coloqué en su cadera. Él me ayudó, poniendo su mano en mi muslo mientras lo sentía entrar en mí con fuerza, me mordí el labio para no gritar, él se movía en mi interior ávidamente y al mismo tiempo me besaba para silenciar los gemidos que no podíamos reprimir, mis manos estaban aferradas a su espalda por debajo de la camisa que había desabrochado a la mitad. Rompimos el beso para respirar.

– ¿Me extrañaste? – susurré con la voz entrecortada.
– No tienes idea cuanto – respondió en mi oído con su voz distorsionada.
– Muéstrame que tanto – agregué apretando su espalda.

Él acelero más sus movimientos mientras lamía mi cuello, yo seguía aferrada a su espalda y la acariciaba, él me apretaba el muslo y su otra mano estaba en mi cintura, volvimos a besarnos ansiosamente, después nos separamos y lamí su cuello.

– Te extrañé tanto _____ – susurró en mi oído mientras seguía moviéndose en mi interior.
– Repítelo – pedí vuelta loca porque había pronunciado mi nombre.
– Te eché muchísimo de menos... _____.

En su boca fue como música para mis oídos y sentí como una intensa corriente eléctrica recorría todo mi cuerpo al llegar al éxtasis total y ahogué el gemido en su cuello.

– Yo también te eché de menos... Joel – en ese instante sentí como llegaba él al orgasmo mientras me besaba con fiereza para evitar gritar.

Después se separó de mis labios y puso su cabeza en mi hombro, sentí su tibio aliento en mi piel y lo sujeté con más fuerza, su miembro seguía dentro de mí y él me abrazó fuertemente tratando de controlar su respiración al igual que yo.

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Hola hola ! Al fin nuevo capitulooo ♡
Diganme que les parecio

La Libertad (Joel Pimentel y tu) "Hot"Where stories live. Discover now