Capitulo 23

3.1K 317 20
                                    

No podía dormir y por más que miraba el reloj sentía que el tiempo no avanzaba, no sabía cómo alejar todos estos pensamientos que tenía en la cabeza, no sabía que sería de mi cuando terminara el colegio ¿Seguiría estudiando? ¿A qué universidad asistiría?

Me incorporé en la cama tratando de no despertar a Kale que aún seguía dormido a mi lado, su boca estaba un poco entreabierta mientras su mejilla estaba dulcemente recargada en la almohada, su brazo izquierdo me envolvía por la cintura y le preste atención a sus pestañas largas, sonreí al darme cuenta que era muy afortunada de estar con él.
Y no sólo por lo atractivo que era si no, por todo lo que habíamos pasado juntos.

Difícilmente moví su mano pero conseguí zafarme de su abrazo sin que se despertará, camine al armario y busque mi ropa deportiva, sabía que era muy tarde para hacer ejercicio (O muy temprano) pero necesitaba salir de estas cuatro paredes que parecían que me robaban el aire. Me hice una coleta y comprobé que tenía las agujetas amarradas antes de salir de casa para dar unas cuantas vueltas y despejarme de todos los líos que tenía dentro de mi cabeza, solía tener todo planeado con anticipación, estar preparada para cualquier cosa pero desde que Kale se había cruzado en mi camino todo eso dejo de existir, comenzó a volver mi orden en desorden y había dejado de anticipar las cosas porque con Kale era imposible hacerlo.

Tenía que afrontar todo lo que me había llegado de golpe, ver la realidad de todo lo que me había pasado estas últimas semanas, por más que tratara de que no me afectará tanto no podía conseguirlo, ahora que había descubierto el pasado de mi familia todo había cambiado, seguíamos estando bien desde luego pero el aire que estaba entre nosotros se sentía diferente y tanto yo como ellos lo sabían, incluso saber de mis poderes me cayó como un balde de agua fría. Miguel había dicho que era un ángel pero en realidad no tenía ni idea de lo que eso me convertía, porque era mitad mortal...viéndolo bien no sabía si alguien como yo todavía seguía existiendo y eso me asustaba.

Seguí corriendo pero levanté la cabeza al escuchar un trueno sobre mí, seguido por un rayo que me confirmaba que había sido pésima idea haber salido de casa. Genial. Esto no podía empeorar más.

Pero estaba equivocada.

Justo cuando pasaba frente a la casa de mi mejor amiga, pude distinguir a una persona bajar por la ventana de su habitación, rápidamente el corazón se me acelera al imaginarme lo peor pero aún así me detuve y camine hacia él árbol que tenía frente a su casa para ocultarme. El hombre dio un salto y cayó sobre el césped riéndose, acto seguido Clara asoma su cabeza por la ventana y le dice adiós con la mano, no podía creerlo hasta que lo vi ponerse de pie y despedirse de la misma manera.

-No puede ser- murmure sonriendo también.

James sale del jardín dando pequeños pasos y una vez que veo que se dirige en mi dirección salgo de mi escondite.

-¿Qué estabas haciendo allí?

Como respuesta a la sorpresa que le di se puso una mano en el pecho y rodó los ojos mientras seguía respirando agitada mente.

-Mierda, Mad. Me diste un susto de muerte.

Me reí.

-¿Que estabas haciendo en su habitación?-volví a preguntar.

Él se río también.

-Contando cuentos de terror ¿Tú qué crees?- miró de reojo hacia la ventana para comprobar si Clara ya se había ido y así era.

-¿Desde cuándo están haciendo esto?- apunte con el pulgar a mi espalda.

Era innegable, tenía una sonrisa inmensa en su cara.

Ángel de la Muerte. [Libro 2]Where stories live. Discover now